Camina con leones (en vez de matarlos)


La noticia de que un mal nacido (por no llamarlo de otra manera) ha acabado de manera furtiva con Cecil, el león más viejo y querido del parque nacional de Hwange, en Zimbabwe, me ha dejado tan estremecido como imagino que a todos vosotros.
Frente a los rambos con escopeta que aún andan por África liquidando animales salvajes, otras organizaciones ofrecen actividades para acercarse a ellos y protegerlos. Por ejemplo ésta, que permite caminar con leones en libertad en el mismo Zimbabwe:
En los últimos 50 años ha desaparecido el 90% de la población de leones de África. Y los grupos que quedan están muy dispersos y son por tanto endogámicos, con el peligro de degradación genética que ello conlleva.
Por fortuna, en el mismo Zimbabwe donde un desalmado (identificado como ciudadano español en un principio; ahora parece que estadounidense) ayudado por furtivos locales ha acabado con Cecil, hay muchas personas y organizaciones que luchan por salvar a los leones. Un ejemplo es Antelope Park, una reserva de animales privada cerca de la localidad de Gwero, al sur del país, dedicada entre otras cosas a la cría de leones y mejora genética de la especie para reintroducirlos luego en espacios salvajes donde están en franco retroceso.
Para financiar la investigación y el mantenimiento de unas instalaciones costosas en las que hay ya más de 120 leones en distintas fases de crecimiento y en enormes espacios abiertos -pero vallados- ofrecen a los visitantes alojamiento y diversas actividades en torno a la fauna salvaje.
La más sorprendente es la posibilidad de caminar por las praderas que rodean el río Ngamo con dos o tres leones juveniles en libertad. Son leones que por una u otra razón quedaron huérfanos. Desde pequeñitos se les acostumbró a que su familia eran los cuidadores, con los que cada día, al amanecer, salen a dar un paseo por la sabana. En ese grupo de cuidadores se integran los visitantes que esa jornada han pagado por vivir una de las experiencias más impactantes de África.
Caminar junto a un león (a veces incluso cogiéndolo del rabo), acariciarlo, sentirse parte de su manada….. no es algo que se pueda hacer en muchos sitios. Y de paso, aprender que estos bellísimos animales no solo son los reyes de la selva; son parte fundamental de la cadena trófica de un ecosistema que sin ellos, se vería severamente afectado.
Los leones que pasean junto a los turistas nunca podrán volver a vivir en libertad porque se han acostumbrado a la compañía humana; pero a cambio de ese sacrificio, generan suficiente dinero para que sus hermanos puedan criarse en la reserva y un día ser liberados para repoblar zonas donde casi han desaparecido.
Si queréis vivir la experiencia, su web es www.antelopepark.co.zb. El paseo cuesta 79 dólares por persona, que se pagan con gusto tanto por disfrutar de la experiencia como por saber que contribuyes a ayudar a estos grandes felinos, y no a pegarle tiros.
Además del centro de Gwero, tienen otro en Victoria Falls, la población zimbabuesa junto a las cataratas Victoria, donde llegan muchos más turistas que a Gwero.
He hecho el paseo con leones un par de veces y os lo recomiendo vivamente. Os dejo abajo el vídeo que grabé en las instalaciones de Gwero. Los guardas de la reserva os harán comprender que un león vivo vale más que uno muerto y genera muchísimos más ingresos para las comunidades locales.
Por desgracia siempre habrá impresentables, como el que mató a Cecil, que pensarán que es mejor tener la cabeza disecada en su pabellón privado de caza para vacilarle a los amigos.
NOTA AÑADIDA POR EL AUTOR: una sociedad protectora de animales se ha dirigido a mi para expresarme que esta actividad de caminar con leones es también dañina para la especie porque luego acaban en granjas de caza enlatada. No fue eso lo que vi ni lo que me enseñaron en esta reserva, pero pueden haberme mentido. Volveré a pedir a Antelope Park datos e información sobre el destino de los leones y su versión sobre esta acusación; mientras tanto queda aquí expresado ese otro punto de vista sobre esta actividad de caminar con leones.
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