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PORQUE LO DIGO YO
Columna
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Endogamia

Las leyes de la atracción entre famosos o normales son un misterio

Julia Roberts, esta semana en París.
Julia Roberts, esta semana en París.David M. Benett (Dave Benett/Getty Images for Lan)

¿Adónde vamos? ¿De dónde venimos?¿Por qué desapareció nuestro amado Brody de Homeland? Hay preguntas que no tienen respuesta y no nos queda más remedio que seguir viviendo. Sin más. Sin embargo, hay otras cuestiones que, a sabiendas de que la respuesta pueda ser dolorosa, nos empeñamos en perseguir como polillas que se golpean contra el aplique de la pared.

 A ello voy. Futbolistas brasileños con modelos, actrices o presentadoras. Millonarios australianos con modelos, actrices o presentadoras. Modelos de Victoria´s Secret con millonarios, cantantes y presentadoras. ¿No me digan que no es casualidad que todos los famosos se líen barra casen barra divorcien de otros famosos? Porque es así.

La cuestión es… ¿Es que no conocen a nadie normal? ¿Les limpia el polvo de la mesa del comedor Tom Brady? ¿Miranda Kerr es su vecina y no nos hemos percatado? Los famosos sí que son una casta, Pablo, entérate. Con una ley clara, la endogamia, y un objetivo, su continuidad. Transmitir su patrimonio genético a retoños tan adorables como la caterva de críos de Brad y Angelina, aunque sean adoptados.

Las leyes de la atracción entre famosos o normales son un misterio. A mí, leer de adolescente y a escondidas la novela de Bret Easton Ellis no me aclaró en absoluto el tema. Al contrario, como a Dinio, me confundió más. Donde me he hecho un máster, que ni en Harvard, sobre el apareamiento del ser humano alfa —millonarios, modelos, actores y futbolistas— es combinando las revistas del corazón y la prensa deportiva con el Financial Times.

Pero toda teoría loca siempre tiene que fastidiártela alguna excepción. Ahí está mi favorita ever Julia Roberts, la última estrella, para desbaratarme mi tesis. De dos maridos, ninguno de categoría GL. El primero, sí, cantante; Lyle Lovett. Pero feo. Muy feo. El segundo y actual, un cámara que conoció en un rodaje y del que se enamoró. Pero Julia, al estilo de Elsa, la princesa Disney de Frozen, convierte en famoso a todo al que roza con los dedos. Así que ya son famosos todos. Lo siento, Julia, pero teoría confirmada gracias a ti.

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