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Tentaciones
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¿Qué fue de ‘Hey, pijo’?

MC Randy firmó el primer éxito del rap en español, y uno de los maxis más vendidos de nuestra historia. El documental ‘Dos platos y un micro’ recupera su figura y la de otros pioneros de la cultura hip hop

Estamos en 1989, apenas unos años después de que el rap en español haya comenzado a gatear. Hace poco se ha lanzado el recopilatorio Madrid Hip Hop, en el que bandas como Estado Crítico, DNI o Sindicato del Crimen empiezan a dar forma a las rimas en su propio idioma. En un concierto de presentación invitan a un joven MC Randy a subirse al escenario. Canta uno de sus primeros temas, Hey, pijo. Cuando baja del escenario, un ejecutivo de la discográfica Ariola le aborda: “esa canción está muy bien, ¿quieres grabarla?”. Casi sin querer, había nacido el primer (y puede que el mayor) éxito de la historia del rap en español.

“Al principio no me di mucha cuenta de lo que pasaba”, explica Randy (ya sin el MC) veintiséis años después de ese momento. “No reaccioné hasta que estuve muy metido. Después de un año, cuando empezamos a girar, eso ya fue una locura. A partir de ahí fue un no parar. Todo el rato de viaje, en hoteles, atenciones por todas partes… y con 18 años, imagínate”. Ahora puede parecer primitiva y sus rimas ingenuas, pero estamos hablando de una canción que puso en contacto al gran público con el rap y, si atendemos a la leyenda, uno de los maxis más vendidos de la historia de España.

Después de años siguiendo la evolución del rap como un aficionado más, con la única excepción de un disco, Pura Vida, publicado en 2012, su figura es reivindicada junto a la de otros pioneros de la cultura hip hop en el documental Dos platos y un micro, impulsado por Red Bull para celebrar los 30 años del rap nacional, y que culminará en la final de la batalla de gallos que se celebrará en Alicante el 18 de julio. Antes de la presentación del documental en Madrid, hablamos con un Randy que asume con naturalidad y sin asomo de ego su condición de pionero. “Esa palabra creo que significa más para los demás que para uno mismo”, explica. “A lo mejor la gente te pone en un pedestal en el que tú no te ves. Yo tuve la suerte de empezar en una movida que ahora está muy bien. Pero eso no hace que me sienta con más galones que nadie”.

¿Cuál fue tu primer contacto con la cultura hip hop?

Empecé con el break. Yo tenía 14 o 15 años y un amigo de mi barrio llegó con un VHS que acababa de alquilar que se llamaba Breakdance. Y claro, el colorido de la película, esa gente haciendo esas cosas que las veíamos por primera vez, era un flipe. En esa película no se veía tanto el grafiti como por ejemplo en Beat Street, pero ya se veía en las paredes. Luego salió Electric Boogaloo, que también la vi, pero lo que me hizo tomar conciencia con el hip hop como movida fue Beat Street, que ya abordaba todos los campos de lo que era el hip hop: el break, el Dj, el grafiti, el MC…

¿De dónde surgió la idea de Hey, pijo?

"Me daba mucha rabia que gente fuese de pijo viviendo en Vallecas"

En aquella época, y antes incluso de que se pusiese de moda el rap, estaban los jevis y los pijos. Pero no ya pijos de barrio pijo de verdad, que yo no los conocía, sino los pijos de pastel, los de mi barrio, los quiero y no puedo. A mí me daba mucha rabia que gente fuese de pijo viviendo en Vallecas. No me cabía en la cabeza. El Hey, pijo lo hice pensando en los pijos de mi barrio. Luego conocí a otros que presumían de moto, de consumir cocaína… Yo era un crío, la canción es muy plana, lo enfoqué como el chaval de 17 años que era. Pero la canción tenía un mensaje muy directo. No había tantas referencias a los pijos, solo una canción de Hombres G y una de Sabina, pero ninguna tan directa como lo había hecho yo. De eso me di cuenta con el tiempo, con la distancia. Y claro, apareció en todos los medios, hasta los 40 principales me censuraron, imagínate.

Cuando lanzaste ‘Hey, pijo’ tenías 18 años, y la canción apareció en los medios, actuaste en la tele... ¿Cómo asimilaste toda esa atención?

No soy de los que hace mucho caso a las palmaditas en las espalda ni se deja llevar por los éxitos. Siempre he intentado tener los pies en el suelo. Alguna vez se me habrá ido la olla, pero en general no me di mucha cuenta hasta que estuve muy metido. Después de un año, cuando empezamos a girar, eso ya fue una locura. Me lo tomé bien, pero tenía claro que igual que había venido eso se iba a ir. Nunca pensé que iba a hacer una carrera de aquello. Y así pasó: todos los que estábamos en aquel disco desaparecimos

¿Por qué dejaste de publicar canciones desde 1990 hasta tu disco de 2012?

Yo tenía una novia, en ese momento vivía en la carretera, y llegó un momento en el que estaba un poquito hasta las narices. No veía a mi familia, a mi novia, a mis amigos. La gente me decía ‘chico, pero si estás viviendo una cosa que millones de personas matarían por vivirla’. También luego el rap empezó a decaer un poco, empezó la moda de Chimo Bayo y Paco Pil. Y luego me fui a la mili. Era objetor de conciencia, pero como me había tocado en Madrid aproveché el tirón y me quité. De vez en cuando me llamaban de BMG Ariola y me decían de forma indirecta que las modas estaban cambiando, y que si quería seguir grabando tenía que pensar en cambiar de registro. Y por ahí no pasaba. Si no hacía rap no iba a hacer el Chimo Bayo. También en el mundo del hip hop había mucho mierdeo. Acabé quemado de mucha gente que creía que eran amigos. Hay mucho ego, mucho “yo llegué y tú no”…

¿Cómo seguiste la evolución del rap posterior a ti?

Llegó un momento en el que parecía que el rap había muerto. No veías a gente con pintas por la calle, solo a gente empastillada, incluso gente de mi movida veía que se había metido en eso, y pensaba que ya nadie iba a hacer nada en el rap. Hasta que un par de años después vi a CPV, y ahí me di cuenta de que la movida no había muerto del todo, que había gente haciendo cosas: Sonia de Zona Bruta, Supernafamacho, el Rango… colegas míos de antes de CPV. Volví a vivir la movida como antes, como una persona que estaba en eso por estar, no por triunfar ni por ser alguien.

¿A qué te dedicaste después?

He hecho de todo. He trabajado en muchas cosas, los últimos quince años he estado de técnico de telefonía móvil, es lo que más me ha durado… Hasta que me han despedido y ahora estoy parado.

En 2012 decidiste volver, y publicaste el disco Pura Vida. ¿Cómo surgió ese regreso?

Saqué Pura Vida de rebote. No tenía pensado hacer nada. Gracias a Sr. Tecee y mucha gente que ha creído en mí he seguido haciendo cosas, pero tampoco con la idea de querer quitarle el trono a nadie ni nada así. Estoy en una edad en la que yo ya no quiero competir ni ser más estrella que nadie.

En Pura Vida incluiste un fuerte mensaje político, con críticas muy claras al sistema. ¿Echas de menos más conciencia social o de clase en el rap actual?

Lo echo de menos en grupos punteros, pero luego sí que hay otros que llevan ese rollo. Gente como Los Chikos del Maíz, por ejemplo. Y bueno, Nach es puntero y también tiene bastante conciencia. ZPU también... gente que se centra más en política en el mensaje. Pero sí es verdad que grupos más grandes igual deberían tener un poco más de conciencia de lo que está pasando en el sistema. Ya no solo se lo pido a mi cultura y al rap, sino al rock, al cine… a todo. Con el 'no a la guerra' sí se implicó mucha gente de la cultura, pero llevamos siete años de crisis espantosa y un politiqueo increíble y no veo que la gente se implique. También creo que es porque los medios meten mucha caña a quien levanta la cabeza. La gente tiene miedo a perder su público, o a perder su sitio.

Con la perspectiva de haber sido uno de los pioneros del rap, ¿qué opinas de lo que se está haciendo ahora?

Lo he seguido como alguien que está metido en la movida sin más pretensión. Hay mucha gente de mi quinta que está muy quemada con lo que se está haciendo ahora, que no se sienten representados. A mí me parece que no debería ser así. Creo que el hip hop ha evolucionado como tenía que evolucionar, tanto el break, como el rap, los grafitis… Te puede gustar o no el estilo, pero la construcción de las canciones ahora es increíble. Para mí el rap ha evolucionado un 100%. A lo mejor en nuestra época tenía más autenticidad, pero también era porque éramos los primeros. Pero cada uno vive la autenticidad de una manera distinta, tampoco tienes que ser un puritano. La gente se metía mucho con Camarón con La leyenda del tiempo, y hoy en día nadie discute a Camarón.

Siempre que se habla de Randy, el nombre va unido a Hey, pijo. ¿Alguna vez has llegado a lamentar que se te asocie solo con esa canción?

Estuve peleado con Hey, pijo durante un tiempo. Era un crío y no supe afrontar muchas cosas, entre ellas que la gente no quisiera escuchar otra canción que esa. Giré durante dos o tres años, y la gente solo quería escuchar Hey, pijo, y yo ya tenía canciones mucho mejores. Por suerte lo he superado. Hacerme mayor y madurar me ha hecho darme cuenta de todo lo que le debo. Le debo todo lo que soy a esa canción.

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