Grecia
“Deseando acrecentar la solidaridad entre sus pueblos, dentro del respeto de su historia, de su cultura y de sus tradiciones,…”, este es uno de los múltiples desiderátums que nos encontramos en el Preámbulo del Tratado constitutivo de la Unión Europea. Más adelante, en su artículo 3, podemos leer que la Unión tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos. Palabras todas ellas muy bellas, pero que casan bastante mal con la actual situación que padecen los helenos, cuna de la eikasia, la pistis, la dianoia, la episteme... Las deudas hay que pagarlas, pero no pueden servir de coartada para arrodillar, y mismo aniquilar, a una nación. Como en toda crisis del sistema capitalista, quienes peor lo pasan son las personas más vulnerables, aquellas que nunca son las que toman las decisiones que las convierten en rehenes de los mercados financieros. En estos días de corralito no solo el dinero está restringido; la política, también.— F. Javier Santos. Porto do Son, A Coruña.
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