La vigencia de Twitter y los tiempos verbales
Mucho se ha escrito estos días sobre los chistes ofensivos contra los judíos y contra la víctima del terrorismo de ETA, Irene Villa, reproducidos en su cuenta de Twitter, en 2011, por el edil del Ayuntamiento de Madrid, Guillermo Zapata. La historia se conoció el sábado 13 de junio, y desató de inmediato una polémica que se ha saldado con la dimisión del edil de Ahora Madrid, como responsable de Cultura municipal. Varios lectores me han escrito molestos por la cobertura que este periódico ha hecho del caso.
Uno de ellos, Daniel Iglesias, comienza su mensaje declarando su intención de dejar de leer EL PAÍS: La razón de ello es el desengaño que he sufrido al darme cuenta de que o bien su periódico escoge la temática de sus artículos según soplen los vientos (lo que denotaría falta de calidad); o lo que es peor, publicaría sus artículos para provocar un efecto intencionado y llamar la atención sobre temas objetivamente menos relevantes que muchos otros (espero que no sea el caso). Se refiere este lector a la cobertura hecha por este diario del ‘caso Zapata’. Otra lectora, María del Mar Núñez, me ha escrito para criticar que en editoriales y columnas de este diario los tuits de Guillermo Zapata hayan sido denominados ‘comentarios’, cuando se trataba de chistes que el señor Zapata reprodujo, entrecomillados, según él mismo ha explicado.
No eran comentarios, efectivamente, lo que el señor Zapata escribió en su cuenta de Twitter en 2011, sino chistes que, obviamente, no eran de su invención. Aún así, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha estimado oportuno, creo que con toda razón, aceptar la renuncia como responsable de Cultura del Ayuntamiento de Madrid del señor Zapata.
Otros lectores se han dirigido a mí para quejarse no de la cobertura de esta noticia, sino de la confusión temporal que ha podido derivarse de algunos titulares del diario.
La inclusión en primera página, como titulillo bajo la noticia principal, de los comentarios por Twitter de Guillermo Zapata, nuevo concejal de Madrid, sacan de contexto por completo la desafortunada actuación de esa persona, que tuvo lugar en 2011, como luego se explica en el cuadernillo Madrid, dando la impresión de que esos comentarios se produjeron ayer, en la renovación y toma de posesión del nuevo equipo municipal, me escribía Juan Ramón Azaola. En mi opinión, el sumario de portada al que hace referencia este lector cumplía con todos los requisitos del Libro de Estilo, ya que utilizaba el verbo en tiempo pasado, y era pertinente, porque la portada del diario estaba dedicada precisamente a la toma de posesión de los nuevos consistorios surgidos de las elecciones del 24 de mayo, y se ilustraba con una fotografía a cuatro columnas de la nueva alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
Otro lector, Pablo C., me remitió un largo mensaje a propósito de algunas noticias del caso Zapata, publicadas en la web de EL PAÍS. Hoy día 14 de junio, escribe, ha salido a la luz una relevante polémica en torno a las antiguas publicaciones en Twitter del recién nombrado consejero de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid, Guillermo Zapata. En las mismas, Zapata se hace eco de distintos chistes antisemitas o sobre las víctimas de ETA, bromas de un lamentable mal gusto y de una tremenda crueldad.
En la edición web de El País se ha cubierto la noticia con dos titulares y un análisis de opinión de una concejal socialista. Los titulares son los siguientes: 'Un edil de Ahora Madrid se burla en Twitter de los judíos y de Irene Villa'’ y ‘PP, PSOE y C's piden el cese del edil de Cultura de Madrid por tuits injuriosos’. Una vez más me parece que el periódico ha cubierto esta noticia de una manera sesgada y con unos titulares que no se corresponden con la información contrastada de los hechos, que por otra parte el periódico se encarga de esclarecer en sus páginas, pero de forma desigual. No se pueden obviar a la hora de escribir el titular las explicaciones dadas por el mismo Zapata, tanto en la entrevista telefónica que hace El PAÍS como en la publicación del blog del concejal, sobre el contexto de los desafortunados tuits. Zapata aclara que esos tuits vienen entrecomillados y que por lo tanto él no hace suyas en ningún momento tales afirmaciones ni siente empatía hacia ellas sino que serían citaciones de chistes populares que están insertos en un debate sobre los límites del humor que se desarrollaba en Twitter en el momento de su publicación. Este matiz es importantísimo y EL PAÍS no lo tiene en cuenta a la hora de redactar su titular ya que afirma sin medias tintas que Zapata ‘se burla’ de los judíos y de Irene Villa, además usando un tiempo verbal en presente, siendo unos hechos que ocurrieron hace cuatro años. En el interior de la noticia el redactor insiste en la misma idea señalando que ‘el concejal también se ha reído en Twitter de la víctima del terrorismo Irene Villa’. Además, aunque al final sí que se hace referencia a las disculpas de Zapata, las explicaciones más detalladas y las contextualizaciones del concejal no se incluyen en la noticia enmarcada en este titular sino en la otra en la que se informa la solicitud de destitución por parte del resto de partidos políticos.
He pedido a Vicente G. Olaya, redactor-jefe de la sección Madrid, y autor de la noticia y el titular objeto de las críticas, que responda a esta queja. Olaya me envía el siguiente correo electrónico:
El análisis de una pieza web a través de la casuística, tal y como hace el lector, para descalificar la información no es algo nuevo. El lector se escandaliza por el titular (el empleo periodístico del presente histórico) y porque en él no se hayan introducido las explicaciones sobre el humor negro del que habló Zapata para justificar sus tuits. Sin embargo, pasa de puntillas sobre la barbaridad inaceptable escrita por el concejal de Cultura en Twitter. Esa información iba acompañada, en las horas siguientes, de varias piezas donde se daba cabida a todo tipo de justificaciones del concejal, además de las reacciones de la oposición, de los usuarios de Twitter, de las víctimas del terrorismo y de la comunidad judía. Incluso, se reprodujo casi en su integridad una carta abierta de Zapata que colgó en la web para justificarse. No se ocultó nada.
En la primera información, ya desde el primer párrafo, se indica, además, que el tuit es de 2011 y se dan también todas las explicaciones que el edil hizo al respecto. En cuanto a lo que el concejal afirma de que los tuits están entrecomillados, lo que demuestra que son una reproducción de humor negro, eso es algo imposible de confirmar, ya que Zapata los borró en cuanto se desató el escándalo. Al día siguiente, dimitió como responsable de Cultura, no sin antes escribir en Twitter que todo era una campaña orquestada por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en connivencia con EL PAÍS. Pero eso también lo borró a las pocas horas, como los tuits en los que se mofaba de las víctimas del Holocausto y del terrorismo entre comillas.
Otro lector, Julio Villanueva, limita su crítica al tiempo verbal del titular de esa misma noticia: Independientemente del mal gusto de los chistes o comentarios realizados por este concejal, creo que EL PAÍS vuelve a meter la pata al titular el artículo ‘Un edil de Ahora Madrid se burla en Twitter de los judíos y de Irene Villa’, cuando la realidad es que dichos comentarios se realizaron en 2011. Solo más adelante se indica esta información, pero el titular transmite la idea de que los comentarios se han realizado en la actualidad: una nueva y burda manipulación por parte del diario, en la misma línea de vienen siguiendo desde hace varios meses.
Olaya señala: El empleo del presente histórico es lo común en los titulares de los periódicos: Rajoy no ‘nombró cinco ministros’, sino ‘nombra cinco ministros’. En este caso, el subtítulo decía claramente que las declaraciones eran de 2011, cuando no era concejal. El año 2011 no iba en el titular porque la caja web tiene unas medidas y no se pueden sobrepasar. Me parece que hablar de manipulación es una manipulación porque no se ocultó ningún dato: simplemente no cabían todos en el titular y se utilizó el subtítulo para aclararlo.
Considero que el despliegue efectuado por EL PAÍS sobre el caso Zapata está justificado por la polémica que ha rodeado a este asunto que ha terminado por costarle la cartera municipal de Cultura a Guillermo Zapata. Y estoy de acuerdo con Olaya en que la información ofrecida por este periódico incluyó ampliamente las justificaciones y explicaciones del propio Zapata, sin omitir nada.
Dicho esto, creo que los lectores tienen razón cuando se quejan de que el titular Un edil de Ahora Madrid se burla en Twitter de los judíos y de Irene Villa induce a error. Es cierto que otros diarios titularon exactamente de la misma manera, dando actualidad temporal a Twitter, debido a la permanencia de lo que en esta red social se escribe. En mi opinión, sin embargo, el titular tendría que haber respetado el tiempo pasado, ‘Un edil de Ahora Madrid se burló en Twitter’, o haberse formulado de otro modo para no confundir al lector. Y no basta el subtítulo, donde se precisa que los hechos se remontan a 2011, para aclararlo, porque lejos de hacerlo, el título entra en contradicción temporal con él. Es cierto que en los pies de foto se usa el presente aunque la escena sea anterior. Por ejemplo, en la página 3 de la sección Internacional del 18 de junio, una fotografía del primer ministro griego, Alexis Tsipras tenía el siguiente pie: El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se prepara para recibir al canciller austriaco, Werner Faymann, ayer en Atenas. Pero en este caso, no hay margen para la confusión porque toda la secuencia temporal se explica en la misma línea.
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