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Tentaciones
LO QUE HAY QUE VER

¿Que se ha muerto quién?

10 veces que las series nos dejaron un poco huérfanos al eliminar a un personaje

Queridos fans de Juego de tronos: ha vuelto a pasar. Ya no hay nada que hacer. Por respeto a aquellos que todavía no sepan de qué hablamos, no haremos spoilers, pero incluso en ese caso deberíais preparaos para lo peor. Y sí, con eso queremos decir LO PEOR. La muerte, otra vez, de uno de esos personajes a los que hemos ido tomando cariño, uno de aquellos que muchos pensaban que nos acompañarían hasta el final. Que no te amarguen tampoco los lectores de la saga de George R. R. Martin diciéndote que ellos ya lo sabían: habíamos visto suficientes cambios en la serie con respecto a las novelas como para albergar algo de esperanza. Pero no: toca estar de duelo otra vez.

La de (nombre censurado) nos ha hecho recordar otras ocasiones en la que los guionistas, esas criaturas sin escrúpulos, han jugado con nuestros sentimientos. Personajes que parecían fundamentales y que, bien por circunstancias ajenas (una mala relación con otro miembro del casting, o una petición de subida de sueldo, por ejemplo), bien por buscar un golpe de efecto, han sido eliminados cruelmente. A continuación repasamos una decena de ocasiones en la que las series nos rompieron el corazón. Obviamente, aquí sí que hay spoilers, así que avisados estáis. Guionistas, productores y showrunners: no sabéis nada.

Chanquete (Verano Azul)

Empecemos por un clásico: el equivalente seriéfilo a esa primera mascota que, de un día para otro, desaparece de casa. El comienzo del fin de la inocencia para muchos fue la defunción de ese venerable anciano que pasaba más tiempo del recomendable en compañía de preadolescentes. Solo las muertes del abuelo de Heidi, la de la madre de Bambi o la reconversión de David el gnomo en árbol han causado más estragos en la infancia.

Charlie Pace (Perdidos)

Es cierto que esta entrada podría impugnarse según la interpretación de cada cual sobre el final de la serie, pero el momento en el que vimos a Charlie Pace, esa exestrella del rock británica adicta a la heroína creada a imagen y semejanza de los Gallagher, morir ahogado mientras avisaba a su compañero Desmond de que ese no era el barco de Penny, se convirtió en el momento trágico por excelencia de Perdidos. Esto es, hasta que llegó el final, claro.

Nicholas Brody (Homeland)

El más difícil todavía: como cargarse a uno de los dos personajes principales de una serie y seguir con ella después. Los rumores apuntaban a las malas relaciones entre Claire Danes y Damien Lewis, el encargado de dar vida al exmarine más esquizo de la historia, como la principal causa de esa ejecución pública en un parking de Teherán. Sorprendentemente, Homeland no solo siguió con vida, sino que sacó adelante una temporada más de manera digna.

Will Gardner (The Good Wife)

Hay veces que las muertes vienen provocadas por los actores y no por los guionistas. Josh Charles se hartó de ser el instrumento que hacía subir la tensión sexual en The Good Wife, y pidió a Robert y Michelle King una salida. Su manera de hacerle desaparecer fue un dramático tiroteo en pleno juicio a mitad de la quinta temporada. La vida siguió para la serie de Alicia Florrick, pero muchos echan todavía de menos a ese picapleitos pagado de sí mismo y capaz de hacer cualquier cosa por ganar un juicio.

Mike Ehrmantraut (Breaking Bad)

Obviamente no es la muerte más importante de Breaking Bad, pero admitamos que Mike, ese expolicía metido a hombre para todo de la mafia de la metanfetamina era, junto con Saul Goodman, el personaje que más empatía generaba, aunque solo fuese por tener que sacar de apuros al enloquecido Walter White y al cabeza hueca de Jesse Pinkman. En este caso, la vida nos dio una segunda oportunidad en forma de precuela, esa Better Call Saul que nos permite volver a verle en pantalla.

Derek Sheperd (Anatomía de Grey)

Solo Shonda Rhimes puede hacer sombra a George R. R. Martin y los showrunners de Juego de tronos en cuanto a frialdad a la hora de exterminar a sus criaturas. Mucho se habló en su día sobre la posible venganza de la creadora de Anatomía de Grey contra el actor Patrick Dempsey, en un momento en el que había firmado por dos temporadas más. El caso es que el doctor Sheperd acabó arrollado por un camión cuando socorría a las víctimas de un accidente. Una muerte de héroe, pero muerte al fin y al cabo.

Rita Morgan (Dexter)

A veces no es solo la muerte lo que impacta, sino la manera en la que ese personaje se va. En el caso de Rita Morgan, la esposa de ese serial killer disfrazado de ciudadano modelo, fue especialmente cruel. La imagen del hijo de ambos llorando mientras su madre se desangra en la bañera fue, incluso para algunos fans, demasiado difícil de aguantar.

Zoe Barnes (House of Cards)

Buscando un golpe de efecto para comenzar su segunda temporada, House of Cards eliminó a una de sus piezas clave de una manera brusca e inesperada: lanzándola a las vías del metro. Mientras mucha gente, incluidos Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, discuten todavía si es creíble que un político mate con sus propias manos a una periodista (por supuesto, no hablamos aquí de imaginarlo), el giro sirvió para añadir una capa más de crueldad a un Frank Underwood que todavía no había llegado a lo más alto en su escalada hacia el poder.

Nate Fisher (A dos metros bajo tierra)

En una ecuación de la sorpresa, podríamos decir que el shock es directamente proporcional al cariño que sea capaz de generar el personaje. Nate, uno de los tres hermanos Fisher en A dos metros bajo tierra, parecía curado de su afección cerebral, pero justo antes de acabar la serie, Alan Ball decidió que ésta debía acabar con un extra de drama. El siguiente capítulo, el penúltimo, fue un duelo doble: el de los personajes y los espectadores.

Ned Stark (Juego de tronos)

El primer aviso de George R. R. Martin, su paso por el Rubicón, el momento en el que nos demostró a todos que no tendría piedad, que en su mundo todo podía pasar y que los buenos no siempre saldrían victoriosos. Después de aquello ha habido muchos más momentos así (volvemos al comienzo de este artículo) y todo hace suponer que habrá aún más, pero esa decapitación fue el principio de todo.

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