_
_
_
_
porque lo digo yo
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Kim en llamas

Esta semana, la mujer ha anunciado que estaba de nuevo embarazada, para poco después casi morir durante una fiesta cuando acercó su vestido a una vela y se prendió fuego

Xavi Sancho
Kim Kardashian en los premios CFDA.
Kim Kardashian en los premios CFDA.Charles Sykes (AP)

Ser modelo es muy duro. Ahí estás, tumbada en una playa del Caribe, enfundada en un bikini cuya cantidad de tela no da para envolver una canica, sin haber cenado la noche antes y sin saber a ciencia cierta en qué momento te pedirá el fotógrafo que te toques el pelo. Con tanta incertidumbre no hay quien viva. Es peor que ser periodista autónomo, o alguien que tiene cita para pactar la investidura de Susana Díaz. Ser futbolista debe ser terrible, también. Rutina de entrenamiento, siesta y peluquería, donde alguien con nociones de paisajismo te hará el flequillo. Nada, que los futbolistas salen por la noche, no porque les guste la bachata y aparcar en doble fila, sino porque, si se fueran a la cama, se despeinarían. Pero nada de esto es comparable con ser Kim Kardashian, una categoría laboral (y metafísica) en sí misma. Un trabajo que sólo puede hacer una persona. Esta semana, la mujer ha anunciado que estaba de nuevo embarazada, para poco después casi morir durante una fiesta de estas en las que el mundo de la moda se da premios con guantes y besos a un centímetro de la mejilla. Acercó su vestido de látex y plumas (si leen esto diez veces seguidas, Albert Rivera se hace independentista catalán) a una vela y se prendió fuego. Más tarde, bromeó en redes sociales con el incidente. Si esto le pasa a la modelo, en diez segundos tenemos brasas para hacer asado para uno. Si le sucede al futbolista, la gomina entra en convulsión y del mundo de la moda solo sobrevive John Galliano, que es el único al que ya no invitan a fiestas.

 

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_