Una nonagenaria en la Red

Betty White tiene Instagram

Hay una mujer que supo rentabilizar la importancia de quitarse glamour: Betty White, divina nonagenaria conocida en todo el mundo como la pazguata Rose de la serie estadounidense Las chicas de oro. Durante 40 años ha interpretado a una abuela un poco verde de más y a una vecina de oro un poco de rancia. Como el juego con la apariencia es lo que mueve a Internet, la era 2.0 le ha arrogado a White, de 93 años, un poder y un seguimiento inéditos en su carrera. El miércoles pasado se abrió una cuenta en Instagram y fue noticia en todo Estados Unidos. Cuando eres sabio, creas moda.

Un relato en tiempo real

Cuando la actriz Jennifer Lawrence se tropezó al recoger su Oscar por El lado bueno de las cosas en 2013, el público se enamoró de la estrella patosa. Con ella se agrandó la tipología de famosa cómplice que comete errores cotidianos. Como la actriz Kristen Bell (Frozen) que la semana pasada pasó de tener un Twitter razonablemente ignorado a recibir aplausos por narrar en directo cómo se había subido a un taxi que no era suyo y que no paraba de recoger nuevos viajeros por Los Ángeles. La historia no era gran cosa pero el amor que recibió en la red social, espectacular.

Vulnerabilidad pública

También otra mujer ha aprendido de golpe algo sobre la celebridad y la vulnerabilidad en público. Sheryl Sandberg, la número dos de Facebook, se había labrado una imagen de ejecutiva luchadora y feminista, pero cuando su marido, Dave Goldberg, murió por accidente hace un mes su duelo modificó su imagen. La empresaria publicó en su perfil de la red social un conmovedor texto sobre la viudez y un canto a los reveses que da la vida. Zuckerberg, Arianna Huffington y casi un millón de personas le dieron a “me gusta”. Nada más perfecto que la imperfecta realidad.