Cómo hablar de los niños en los medios de comunicación
PorMaría Jesús Rodríguez,de Aldeas Infantiles SOS
Foto: Samuel Sánchez-El País.
Partido de fútbol Granada-Mallorca, hace varias temporadas. Se interrumpe bruscamente porque un árbitro resulta herido en la frente por un paraguas, aparentemente lanzado desde la grada. Varios testigos increpan a un niño que, asustado, huye del campo. En pocos minutos, los medios comienzan a comentar el “paraguazo”. Unos, con respeto. Otros, calificando al chico de “energúmeno”, “vandálico” o “descerebrado”. La Policía detiene al adolescente y, junto con la Fiscalía de Menores, analiza los vídeos del partido, interroga a testigos y en unos días desvela la increíble verdad: un paraguas que se rompe y sale lanzado al campo. Un joven aficionado que animaba con entusiasmo a su equipo y, sorprendido, se quedó con el mango en la mano. Un accidente.
El niño estaba en una difícil situación familiar que, semanas antes, había llevado a los Servicios Sociales a buscarle un hogar distinto al biológico. Necesitaba protección y seguridad, pero la mano de sus cuidadores no pudo protegerle de los insultos ni borrar las frases escritas tras el incidente.
Es fácil imaginar cómo fueron los días posteriores para este adolescente y cómo este hecho fortuito agravó su inseguridad. De los medios andaluces saltó a los nacionales, a pesar de los llamamientos del Gobierno de la Junta de Andalucía, que pedía prudencia antes de emitir un juicio. Sin embargo, más de un periodista olvidó comprobar la veracidad de los hechos; más de dos publicaron datos personales del afectado, olvidando que estaba protegido por la Ley del Menor y, aún peor, que esos detalles eran absolutamente irrelevantes.
En torno a 35.000 niños, según los últimos datos del Observatorio de Infancia, viven en España bajo la tutela de la Administración. Protegerlos en los medios de comunicación es el propósito de Aldeas Infantiles SOS de España al publicar un “Código ético periodístico para el tratamiento de la infancia vulnerable”. Si los periodistas tienen que cuidar con esmero la información que atañe a la infancia, con más motivo cuando el foco se centra en una situación de riesgo. Esta guía es una novedad en España, ya que hasta ahora no existía una guía de estas características, y se ha enriquecido con la contribución de periodistas e ilustradores que han aportado su visión de la infancia en los medios, entre ellos Gallego & Rey, Idígoras y Pachi o José Manuel Puebla.
“No podemos anteponer los intereses publicitarios a la ética”, afirma con firmeza Elsa González, presidenta de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas), copartícipe en este proyecto. Y defiende que la labor periodística ha de respetar los derechos de los menores y denunciar los comportamientos que los vulneren.
Lejos de pretender decir a los periodistas cómo se debe escribir, esta publicación les ofrece una serie de consejos útiles. El presidente de Aldeas Infantiles SOS, Pedro Puig, afirma que en la organización tienen una norma: “Escribir cada noticia de tal forma que cuando la lea uno de los niños, jóvenes o familias que atendemos, se sienta correctamente tratado". Esta convicción es la que tratan de compartir con los profesionales con sugerencias como “no magnificar y no alarmar”, “informar como si fueran nuestros propios hijos”, “no utilizar el morbo y el sensacionalismo” o “resaltar lo positivo antes que lo negativo”.
Es un deber de los Gobiernos proteger a la infancia, y así se plasma en la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, que en noviembre del año pasado cumplió su 25 aniversario. Es asimismo un reto que se recogerá en alguno de los objetivos de la Agenda de Desarrollo Post 2015 en la que está trabajando la comunidad internacional y que se espera firmar el próximo otoño. En España no podemos quedarnos rezagados en la protección a la infancia. 35.000 niños la demandan.
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