El Yin-Yang de la moneda: ¿Escasez o Afluencia?
Por Miguel Yasuyuki Hirota, experto en monedas sociales
Una teoría muy interesante que nos ha mostrado Bernard Lietaer, experto mundial de monedas sociales y complementarias, es el yin-yang de la moneda. Quisiera enfocarme en este tema para presentaros una perspectiva reveladora.
El yin-yang es un concepto importante del taoísmo (una filosofía autóctona de China) y consiste en el dualismo de Yin (femenino, negativo, Luna, tinieblas, frío, etc.) y Yang (masculino, positivo, Sol, luz, calor etc.). Según Lietaer, ambos conceptos tienen las siguientes coherencias:
Yang
Yin
Búsqueda de certeza
Capacidad para tolerar la ambivalencia
Autoridad central
Confianza mutua
Creencias en las jerarquías
Creencia en la igualdad
Competencia
Cooperación
Razonamiento analítico
Intuición, empatía
Pensamiento lógico, mental, lineal
Paradoja, pensamiento corporal-emocional, no lineal
Causa y efecto
Sincronicidad
Reduccionismo
Holismo
Lo grande es hermoso
Lo pequeño es hermoso
Predominio de la tecnología
Predominio de las habilidades interpersonales
Dios trascendente
Divinidad inmanente
Es muy importante destacar que el yin y el yang están relacionados con la afluencia y la escasez, respectivamente. En su otro libro “New Money for a New World” se describen anécdotas interesantes: las primeras monedas de la Humanidad estaban vinculadas con la Gran Madre para representar su abundancia material, lo que fue posteriormente reprimido por los indoeuropeos impulsados del yang, surgido con la escasez causada por el cambio climático de aquel entonces con el fin de conquistar nuevas tierras y saquear la riqueza de los pueblos conquistados. Esta predominancia del yang ha durado casi y siempre en el Occidente hasta ahora, salvo en el Siglo XIII cuando la pluralidad monetaria y la adoración a las Vírgenes Negras coincidieron con la prosperidad y la pluralidad monetaria (una moneda para el comercio internacional y otra para intercambios locales). También en Egipto Antiguo existía este dualismo monetario, lo que fue uno de los secretos que explican por qué duró por tanto tiempo aquella civilización a lo largo del Nilo.
Ahora recordemos mi post anterior “No puedes enriquecerte sin empobrecer a nadie”: Nuestras monedas oficiales (euro, dólar, libra esterlina…) son puramente del Yang por varios motivos:
- Competencia: Se crea el dinero como crédito bancario a través de que la banca exige no sólo la devolución del principal sino también el pago de las tasas de interés, con el fin de maximizar su lucro en detrimento de la economía a la cual inyecta la liquidez (de hecho, saqueándola).
- Escasez: Este mismo mecanismo de creación monetaria hace que la masa monetaria sea siempre insuficiente para cancelar toda la deuda que existe en la sociedad. Es parecido a Sillas Musicales en que siempre alguien tiene que estar desahuciado del juego una vez que pare la música.
- Autoridad central: Aunque la financiación es fundamental para arrancar prácticamente cualquier actividad económica, la toma de decisión está hecha exclusivamente por estas entidades financieras sin permitir ninguna participación de la sociedad civil.
- Lo grande es hermoso (expansionismo): He explicado ya que la moneda oficial es escasa. Esto obliga que la economía crezca = los prestatarios aumenten sus facturaciones para poder pagar deudas que incrementan exponencialmente, llevando al expansionismo eterno en un mundo ilimitado. “Quien crea que el crecimiento exponencial puede durar para siempre en un mundo finito es un loco o un economista.” (Kenneth Boulding, economista británico-norteamericano)
Obviamente la crisis está afectando una buena parte de la sociedad española y de tantos otros países, pero al mismo tiempo podemos decir que hasta cierto punto es algo artificial, ya que es la consecuencia inevitable de un sistema monetario diseñado de esta forma. Por lo tanto valdría la pena que la sociedad civil tome iniciativas para gestionar sus propios medios de intercambio, basados en la cooperación (establecimiento de relaciones económicas recíprocas en que todo el mundo saldrá ganando), en la afluencia (ej.: España sigue siendo un país muy fértil desde el punto de vista agrícola), en la democracia y en principios de decrecimiento.
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