Una rentable tercera edad
¿Nunca es demasiado tarde para triunfar en el cine? ¿Estamos ante el debut de un nuevo género por y para los mayores de 70 años?
Los fans de la serie Downton Abbey perdían sus mantitas al levantarse de un salto de sus sofás. El susto se lo pegaba nada menos que la condesa decana de Grantham, el personaje cuya sola presencia hace temblar al resto del reparto. La actriz Maggie Smith, de 80 años, insinuaba su despedida porque tal y como la serie había avanzado en el tiempo, echando cuentas, Lady Grantham rondaría unos inverosímiles 120 años. Inmediatamente, un desmentido calmó a los inquietos seriófilos. Que nadie se lleve las manos a la cabeza. Vamos a poder disfrutar del talento de Maggie Smith durante el tiempo que ella quiera. Porque si hasta ahora se reconocía como verdad universal que la industria del entretenimiento no solo no respeta las canas si no que, o te las tiñes o te condena a los últimos puestos en la listas de créditos, empieza a haber brotes verdes para los productos por y para la tercera edad.
Este fin de semana se estrena El nuevo exótico hotel Marigold, la segunda parte de una pequeña película de 2012, de casi idéntico título, protagonizada por actores septuagenarios (y octogenarios, como la citada Maggie Smith), que con un presupuesto de más de nueve millones de euros recaudó en su día más de 130 en todo el mundo. Multiplicar por 13 la inversión es una de las fórmulas favoritas de los ejecutivos de la industria del entretenimiento. Y eso crea tendencia.
Un año después, el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa fue para Amor, de Michael Haneke. Sus protagonistas Jean-Louis Trintignant, de 84 años, y Emmanuelle Riva, de 88, conmovieron a las audiencias. Los seniors salían del armario gracias al único muro que puede contener la conocida gerontofobia que identifica a Hollywood: el negocio.
Pero, ¿qué está pasando ahí fuera para que de repente haya público —y mucho— para películas cuyos protagonistas ya no cumplen los 70? ¿Para que los andadores sustituyan a las ametralladoras, y las damas invernales a las chicas neumáticas?
Echando mano de la demografía, al año que viene cruzará la barrera de los 70 la mayor generación de ciudadanos senior de la historia de los Estados Unidos: casi ochenta millones de almas, ojos y orejas. La Casa Blanca se vuelve aún más blanca y el todo Hollywood también. Bill y Hillary Clinton, Laura y George W. Bush, Cher, Donald Trump, Susan Sarandon, Candice Bergen, y Steven Spielberg cumplirán 70 años en 2016. Y solo en España, en los próximos 15 años, más de 11 millones de personas tendrán más de 75.
Los baby boomers se han hecho mayores, muy mayores. Aquellos niños, nacidos entre 1946 y 1964, los responsables de los avances en sanidad y educación, la locura por los MBA y el auge y caída del tinglado financiero, se jubilan. Ahora tienen tiempo y quieren ir al cine, pero les cansan los robots que despedazan coches y su vejiga no aguanta los metrajes de casi tres horas.
Por lo que nos atañe más directamente, si repasamos el top ten de la taquilla española, nuestras producciones todavía no se han incorporado ni a la tendencia seria ni a la más popular, aunque no hay que olvidar que en 2001 el mundo entero lloró emocionado con una película en español a la que podríamos considerar precursora de este nuevo género, El hijo de la novia. Esta historia de un amor más grande que la vida, consiguió una nominación al Oscar para Argentina.
Trece años después, Hollywood cayó rendido ante otra muestra del cine over 70 en español, la película hispano argentina Elsa y Fred (2005), y la adaptó en su versión estadounidense con Shirley MacLaine (80 años) y Christopher Plummer (85 años) en los papeles de los ya fallecidos China Zorrilla y Manuel Alexandre. La conclusión en ambos filmes era que nunca es demasiado tarde para encontrar el amor y hacer realidad los sueños.
¿Nunca es demasiado tarde para triunfar en el cine? ¿Estamos ante el debut de un nuevo género por y para la tercera edad? El tiempo lo dirá. Lo que es cierto, es que el tiempo corre a su favor.
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