14 fotosDrogas para huir de la pobrezaEn Kampala, un elevado número de niños y jóvenes se refugian en el consumo de alcohol y drogas para huir de la pobrezaAna PalaciosUganda - 06 abr 2015 - 11:32CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceKinsenyi está sembrado de talleres improvisados, donde se repara cualquier cosa. Se funde el metal, se tritura madera y se aprisiona plástico. A continuación, esos materiales se venden a las plantas de reciclaje o bien ellos mismos fabrican muebles, utensilios de cocina o piezas de moto.Ana PalaciosAl salir el sol, en el suelo del gueto empiezan a moverse cientos de orugas de plástico. Son niños que se despiertan y salen de sus sacos, que habitualmente son su única propiedad.Ana PalaciosMukwasi Robert vive en Kinsenyi desde que una inundación arrasó su pueblo, Mbale, en 2010 y quedó huérfano.Ana PalaciosEl kilo de metal está a 700 chelines (0,22 euros) y el de plástico a 300 (0,09 euros). A veces, en Kinsenyi el negocio puede estar en solo poseer la báscula.Ana PalaciosEl programa de reinserción de la ONG local Voice of Hope se lleva a cabo todas las tardes en una escuela improvisada dentro del gueto a la que los jóvenes acuden. Deben dejar las drogas –o demostrar una intención firme, al menos– y ayudar en labores de limpieza dentro del gueto.Ana PalaciosPasados seis meses y después de haber demostrado buena conducta, los jóvenes que han mostrado interés en ir al colegio son admitidos en distintas escuelas de la ciudad que colaboran con estas ONG otorgando becas a estos estudiantes para facilitar su escolarización.Ana PalaciosA los chicos se les provee de una comida al día y algo de ropa, se les enseña higiene personal y se les ofrece apoyo psicológico.Ana PalaciosJacob, de 10 años, es uno de los niños elegidos para salir del gueto. Enfermo de malaria, muestra sus pastillas. "Mis padres murieron pero yo quiero volver a casa, aquí me pegan todos".Ana PalaciosMark (a la derecha) quiere más para estos niños, por eso les enseña números de circo, su especialidad. Quiere darles una herramienta para ganarse la vida, que además une el arte con el deporte y la disciplina.Ana PalaciosTres días a la semana, los niños de Kinsenyi practican números circenses en la St. Peters Catholic Church Nsambya, una iglesia que le cede el patio y el jardín para que puedan entrenar con regularidad y en un entorno seguro.Ana PalaciosEstos niños entrenan para actuar en eventos y celebraciones,aprenden a negociar tarifas y a valerse por sí mismos en el mundo laboral.Ana PalaciosCon el circo desarrollan la concentración y la creatividad, y eso les lleva a mejorar su autoestima. Aprenden que son capaces de mucho más que sumar, restar y leer.Ana PalaciosAdemás de divertirse, aprenden un oficio con el que pueden ganar dinero. Esto les demuestra que no están destinados a permanecer en la miseria, que se puede salir.Ana PalaciosMark, de 38 años, es profesor de circo, ex niño de la calle y ex niño soldado. Ha fundado su propia ONG Voice of Hope Foundation para identificar a chicos de la calle y ofrecerles una alternativa.Ana Palacios