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Distintos grados de feminismo

Dos lectoras se han dirigido a mi para protestar por artículos o iniciativas de este periódico relacionados con las mujeres. En ambos casos, opinan, se menoscaba nuestra dignidad. La primera de las quejas se refiere a un texto de psicología publicado en  El País Semanal del domingo 27 de febrero. El suplemento cuenta con una sección fija de psicología en la que se abordan problemas muy comunes de los seres humanos en la sociedad actual. El que ha provocado la carta de protesta de la lectora se titulaba El síndrome de la mala madre. El sumario acotaba el alcance del tema: "¿Es posible compaginar maternidad, pareja, amistades y parcelas de privacidad? Lo mejor es centrarse en atender a la calidad de las relaciones y el vínculo con sus hijos".

Itziar Urrutia Salazar me ha escrito una carta de elevado tono crítico en la que dice, entre otras cosas:  

"El artículo se dirige a las mujeres en general, y a las madres en particular como si fueran imbéciles y es un insulto a la inteligencia de las lectoras. Supone, además una sonrojante violación de la intimidad de cualquiera cuando sugiere tonterías tales como que "se aparten por un día los biberones", como si las mujeres en general necesitáramos un esquema que nos diga cómo dirigir nuestro día no vaya a ser que no sepamos qué hacer. 
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¿Se imagina usted este artículo dirigido a los hombres? Sin duda valdría lo mismo y sin embargo en ningún sitio lo he visto publicado. ¡Hasta la autora lo reconoce!"
"Las ideas que este artículo propaga son precisamente las que contribuyen a socavar el futuro profesional de las mujeres de manera discreta pero implacable. Una de las razones por las que las mujeres son menos en los puestos más importantes es que simplemente tienen menos tiempo para intentar medrar. ¿Y por qué es eso? Pues bien, es porque están intentando cumplir absurdas obligaciones inútiles impuestas por artículos como este".
 
He remitido esta carta a la autora del texto, Patricia Ramírez, que me envía la siguiente respuesta:
"Mi artículo se dirige a todas esas mujeres que sienten la emoción equivocada e inútil de culpa por no llegar a todo. Nadie nos exige llegar a todo ni ser perfectas, pero nosotras sí solemos hacerlo
con nosotras mismas. Igual a la lectora no le ocurre, es normal, todas somos y sentimos de forma diferente, pero le aseguro que sí son muchas las mujeres que se identifican con la descripción del artículo. Si mis soluciones, herramientas o propuestas pueden servir a que alguna pueda aliviar y manejar su ansiedad y malestar, me siento satisfecha. Entiendo que no todas las mujeres lo compartan, pero no era mi intención llegar a todas, sino a las que sí se identifiquen".
 
En realidad, el artículo, que fue muy leído en la web del periódico y se difundió ampliamente en las redes sociales, se limitaba a sugerir a las mujeres con hijos a su cuidado que la vida no puede circunscribirse a atenderles abandonando todo lo demás: carrera profesional, amigos, relaciones de pareja, o aficiones. Y lo hacía en un tono próximo que, quizás, ha molestado a la lectora.
Entiendo que hay mujeres que han llegado a liberarse de cualquier atadura social en razón de su sexo y viven un feminismo pleno y activo en todos los ámbitos de su vida. Pero no veo el menor ánimo ofensivo, ni intención alguna de vulnerar la intimidad de nadie, en un texto divulgativo de psicología, redactado con ánimo de llegar a un máximo de lectoras con las cosas no tan claras. 
 
Otra lectora, Elena Castán, me escribe un breve mensaje bajo el título bastante irónico, "cosas de chicas", en el que se queja del anuncio hecho por EL PAÍS sobre la creación de un barómetro para medir las desigualdades de género en la revista SModa, que se vende los sábados con este periódico.
 

"Mientras las discusiones enfocadas en lograr la igualdad entre hombres y mujeres parezcan solo cosa "de chicas", y no una cuestión que atañe a toda la sociedad, no avanzaremos", denuncia esta lectora. "Mientras los medios reflejen esta idea, no avanzaremos".

Lo que esta lectora señala daría pie a un largo debate. ¿Son las revistas de moda un vehículo adecuado para abordar las cuestiones relativas a la desigualdad entre los sexos? Es cierto que las revistas de moda tienen una visión más que discutible sobre las mujeres. La obsesión por su aspecto, con profusión de imágenes sobre las colecciones de moda, los maquillajes del momento o cómo estar estupenda después de haber pasado una noche en vela, pueden resultar irritantes. Hay que aceptar también que la moda interesa a muchas mujeres (y a muchos hombres), y que, en los últimos tiempos, muchas revistas como SModa se han preocupado de incluir reportajes y artículos de mayor sustancia. Entiendo además que al ser publicaciones con un considerable número de lectoras eso facilita que el barómetro llegue a más mujeres susceptibles de concienciarse con los problemas de género que les afectan a ellas y al conjunto de la sociedad.

Comentarios

Como dice el título del blog hay distintos grados de feminismo y, como la palabra indica, todas somos féminas; las prioridades de unas y de otras son distintas, asi como antes a la mujer se la educaba para el hogar y los hijos ocupando y desarrollando ese papel durante muchos años, en la actualidad y gracias a los movimientos feministas y las necesidades sociales, el papel de la mujer ha cambiado, pero tan loable es el que una mujer quiera vivir independientemente, sin casarse ni dedicarse a una familia o haciendo lo que le venga en gana, como la que quiera dedicarse a tener familia, hijos, con o sin trabajo, con o sin vida social o lo que le quiera venir en gana igualmente, como he dicho antes todas seguiremos siendo mujeres, con distintos papeles en la vida, pero mujeres al fin y al cabo.
Hablando desde nuestra actual cultura occidental a día de hoy, el concepto de persona asimilado a los hombres y a las mujeres por igual, ha tenido y sigue arrastrando diferentes enfoques en la sociedad de consumo en la que vivimos, en función del rendimiento y el gasto.O sea, prima la economía por encima de los valores que decimos defender, aunque luego nos digamos iguales, está el negocio primero.Porque para exigir primero hay que ofrecer un soporte real y constatado a las mujeres que serán madres.A nivel empresarial, los ojos de los servicios de personal buscan rendimientos a largo plazo, y flexibilidad. No bajas laborales por problemas de maternidad.Tenemos el mal enfoque social y administrativo por no primar la maternidad a todos los niveles ya que es un bien social indiscutible de todo el mundo.Se hacen declaraciones de boquilla de cara a la galería, con montajes en la calle, pero no en profundidad a nivel social para que nadie huya de contratar a las mujeres por el hecho de ser madres en potencia.No se prima el hecho de traer hijos al mundo por más plataformas en defensa de la vida que se monten, o cheques al portador.Las legislaciones sobre el aborto reprimen un acto en la elección de la mujer sin ofrecerles alternativas a cambio, sino que se las hace reo de su propia condición de mujeres y madres.Se restan soportes y ayudas con censuras y con recortes de derechos y libertades individuales, pero no se suman medios sociales para favorecer lo que se dice defender en favor de los nacimientos.Y ahí la mujer se queda sola y a la intemperie ante el hecho real de que se dice una cosa en defensa de los valores sociales y se hace otra a la hora de dar soportes y medios a los que agarrarse.Aparte los casos concretos de violencias y abandonos.La igualdad no es una teoría, sino que ha de ser una realidad social de verdad para poder exigir responsabilidad y poder incorporar a todo el mundo en la consecución de ese valor que se reconoce en la constitución.Desde la legitimidad y la verdad aplicada a la realidad, no desde la teoría imaginada.Como el comer, que es necesidad y no una imaginación o un capricho.
Pienso que el dia 8 de marzo es muy malo para hombres y mujeres. És una forma de discriminacion positiva, una manera de tratar la mujer como una discapacitada. Ubrique tiene toda la razøn. Europa va a pagar caro por sua inacapacidad de garantizar una buena maternidad a sus mujeres, porque encuanto una europea tiene 0 o 1 hijo, una mussullmana tine 10. Muy, muy triste.
los "ismos" son malos siempre, lo sientopero no puedo pensar otra cosa.... siempre estamos en el "y tu mas"...en finhttp://goo.gl/sJqrv4

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