La mejor enseñanza, el ejemplo
“Educad a los niños y no habrá que castigar a los hombres” (Pitágoras). El sábado, mi hija, árbitro de baloncesto, ha sufrido un desagradable episodio de violencia y acoso verbal a la salida de un partido por parte de algunos padres del equipo perdedor. La gente en general desconoce las sesiones de formación, exámenes y preparación física que deben mantener, así como la escasa remuneración económica que perciben. Un trabajo que aun siendo perfecto nunca contentará a todos y sobre el que se suele admitir que se descarguen violencias de todo tipo. Puede que el papel del árbitro sea más sancionador que educador, pero este tipo de reacciones de individuos violentos, cobardes amparados en la masa, deberían ser erradicadas de la práctica deportiva. También me queda la duda de qué habría pasado si en lugar de una mujer de 18 años hubiese sido un hombre y de más edad.
¿Cómo enseñar a los hijos el respeto por el contrario, por las decisiones arbitrales, por las reglas del juego, si tú, padre adulto, no lo haces? La mejor enseñanza, el ejemplo. Los que solo transmiten violencia y falta de respeto sobran en el baloncesto, en el deporte y, por supuesto, en cualquier ámbito de la vida.— Inmaculada Page.
