La parte arquitectónica del éxito de las escuelas finlandesas
Escuela Strömberg en Helsinki de Kari Järvienen y Merja Nieminen. FOTO: Arno de la Chapelle
Acceso universal, gratuito e igualitario, escolarización de alto nivel, inclusión… ¿adivinen de qué sistema educativo estamos hablando? Desde hace una década, los finlandeses obtienen los mejores resultados en las pruebas internacionales PISA que realizan todos los estudiantes europeos. ¿Hasta qué punto influye la arquitectura de las escuelas en las que reciben esa educación?
La arquitecta Kaisa Nuikkinen, responsable del departamento de educación de Helsinki, recuerda, en el catálogo de la muestra, que las escuelas jugaron un papel crucial en la transformación de la economía finlandesa de agraria a industrial. Sucedió a partir de 1970, cuando el sistema educativo impuso nueve años de escolarización. Esa educación pensada para todos y con el mismo nivel en todos los centros necesitaba nuevos escenarios que dejaran atrás el “sistema medieval del scriptorioum” y utilizaran el potencial de la arquitectura para indicar, enseñar y experimentar. “La clave de la arquitectura más humana es que sirve a la gente corriente durante los días de diario”, insiste Nuikkinen. Fue la respuesta de los usuarios, más que los atributos de las instalaciones lo que esta arquitecta analizó en su tesis doctoral. La conclusión fue que los mejores espacios educativos son los que han sido diseñados para todos, no solo para el ideal físico o psíquico de alumno, los que establecen una relación con el lugar y con el mundo exterior en vez de aislar, los que son flexibles y se pueden reinventar (los estudiantes más imaginativos lo hacen para jugar y trabajar). Todo eso convierte la arquitectura en una lección. ¿Cuál es la traducción arquitectónica de un lugar del que aprender?
Someramente:
1-Aprovechar lo que hay fuera: luz, paisaje, vida urbana. No aislar, integrar.
2-Un lugar seguro: física y psicológicamente cómodo, acogedor, abierto, integrador. Un gran vestíbulo de entrada polivalente cumple en muchas escuelas finlandesas esta función.
3-Combinar orgullo, mantenimiento y flexibilidad: En muchos pueblos, la escuela es el edificio más visible. Es a la vez un símbolo y un lugar longevo que debe durar y, sin embargo, cambiar para adaptarse a las nuevas generaciones.
4-Prueba y error: Hoy en día las escuelas finlandesas son el resultado de haber corregido muchos errores del pasado como el aislamiento de los estudiantes o la falta de rincones para juegos tranquilos o ratos de conversación privada.
Escuela Sakarinmakide en Helsinki de FLN Architects (Sari Nieminen, Esa Laaksonen y Kimmo Friman).
Escuela Kirkkojarvi en Espoo de Verstas Architects (Väino Nikkilä, Jussi Palva, Riina Palva e Ilkka Salminen). FOTO: Tuomas Uusheimo
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