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El misterioso testamento lacrado de la duquesa de Alba

Un juez abrirá durante este mes un sobre cerrado cuyo contenido nadie conoce Cayetana Fitz-James Stuart se lo confió a un notario hace 41 años

Cayena de Alba junto a cinco de sus hijos en mayo de 2011.
Cayena de Alba junto a cinco de sus hijos en mayo de 2011. paco puentes

En 1973, hace 41 años, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, se presentó en el despacho de su notario habitual en Madrid y le entregó un sobre cerrado. Acudió acompañada de cinco testigos. Le contó que en el sobre había una especie de testamento. Pero con la singularidad (casi ni existen los de este tipo) de que su contenido no sería desvelado hasta después de su muerte. La duquesa de Alba falleció el pasado 20 de noviembre a sus 88 años. El notario al que confío el viejo sobre lacrado, Alberto Ballarín, llevaba varios años jubilado cuando se produjo el óbito. Pero no olvidó el encargo y alertó a su sucesor, al que antes de la jubilación traspasó todos sus expedientes, el también notario de Madrid Alfonso Madridejos.

En cuestión de testamentos, el último es el válido, y revoca todo lo anterior

Había llegado la hora de abrir (judicialmente) el sobre que le había encomendado Cayetana de Alba, 14 veces grande de España y una de las mayores fortunas del país. Entonces aún vivía Franco, y un año antes había fallecido el que es el padre de sus seis hijos herederos, Luis Martínez de Irujo. Ni a los testigos ni a Ballarín contó la duquesa qué había o se decía dentro del sobre (de color blanco y del tamaño de un folio).

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La víspera de las pasadas navidades, el notario asió el sobre y se presentó con él en el decanato de los juzgados de la plaza de Castilla. Al ver de qué se trataba, lo atendió la propia secretaria general, que también avisó al decano, el magistrado Antonio Viejo, de la llegada de una suerte de testamento en sobre cerrado de Cayetana de Alba. Decidieron no dejarlo, por si se rompía el lacrado o alguien tenía la tentación de abrirlo, entre los montones de demandas que se acumulan a diario en la plaza de Castilla a la espera de ser repartidas entre los 101 jueces de lo civil que hay en la capital. La propia secretaria metió el número asignado al sobre en el ordenador que reparte los asuntos. Quería saber cuanto antes el juzgado concreto que iba a encargarse de buscar a los testigos y abrirlo. Y ella misma se puso en contacto con el Juzgado de Primera Instancia 81 de Madrid, situado en la plaza de Los Cubos y que ya se ha hecho cargo del asunto. Un funcionario lo llevó en mano desde la plaza de Castilla hasta el juzgado 81.

El juzgado ya ha logrado localizar a los cinco testigos (algunos murieron hace años, por lo que es posible que se haga una pericial caligráfica de las firmas de los ausentes para su cotejo). Y también es posible que este mismo mes, el juez celebre en vista solemne la apertura del sobre. Según explicaron fuentes del decanato, el sobre “no es gordo”, y por el tacto da la sensación de contener cuatro o cinco folios. Es opaco y nada se trasluce.

El Juzgado de Primera Instancia 81 de Madrid se ha hecho cargo del asunto

La inquietud por el contenido del extraño sobre ha llegado hasta los hijos, que a través de sus abogados ya han contactado con el juzgado 81 para interesarse por el procedimiento. Según fuentes jurídicas, en el juzgado no hay constancia pero es notorio que la duquesa de Alba ha hecho testamentos posteriores y tenía todos sus bienes legados a sus hijos en el momento de fallecer (bienes muebles e inmuebles que pueden alcanzar los 3.000 millones de euros).

En cuestión de testamentos, el último es el válido, y revoca todo lo anterior. “Otorgar una voluntad en sobre cerrado, sin ni siquiera decir su contenido al notario, es algo muy excepcional”, señala el juez decano de Madrid. “Lo normal es ir al notario, describirle los bienes y señalar a los beneficiario”, añade Antonio Viejo. Ahora se abren muchas posibilidades, por ejemplo que supla lagunas del último testamento, aflore nuevos bienes ignorados, o haga alguna disposición que no esté revocada, o que complemente otras. “Solo queda esperar abra el sobre y conocer cuál era, hace 41 años, la voluntad de la duquesa, y qué es lo que no quiso que se supiera hasta después de su muerte”, coinciden en señalar diferentes fuentes jurídicas. Posiblemente se sabrá a lo largo de este mes

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