El tigre de Putin regresa a casa
‘Kuzya’, liberado por el presidente ruso, llegó a China y estuvo a punto de provocar un incidente diplomático
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha desarrollado este año una cierta querencia por desplazarse a China —dos veces— y por los tigres siberianos que libera, también. Putin ha tratado de suavizar su imagen de tipo duro retozando públicamente con estos animales en peligro de extinción y ha hecho de la conservación del tigre una de sus causas.
Kuzya fue puesto en libertad en mayo por Putin, pero el animal acaba de regresar a Rusia tras un par de meses de incursión en la provincia de Heilongjiang, en el noreste chino. Pero el alivio de los granjeros, que temían por su ganado, y de las autoridades de ambos países, ante lo que podía convertirse en un incidente internacional si el felino —una especie en peligro de extinción— era abatido por cazadores furtivos, es solo temporal. Los responsables de los servicios forestales rusos y chinos han confirmado esta semana que, de acuerdo con el localizador que porta, Kuzya cruzó el río Amur, que marca la frontera entre los dos países, y ha retornado a territorio ruso. Pero “es muy probable que vuelva a visitar China, pues ha marcado las áreas que visitó con su orina y las ha designado como su territorio”, ha asegurado a la agencia china Xinhua Zhang Minghai, subdirector del Centro de Investigación de Felinos de la Administración Forestal del Estado.
Kuzya es uno de cinco cachorros de tigre siberiano rescatados por los servicios forestales rusos en el este del país hace dos años. Tres de ellos fueron puestos en libertad en una ceremonia en la que Putin se encargó de abrir la jaula. Los otros dos fueron devueltos a su hábitat natural en junio, con algo menos de alharaca. Se calcula que quedan menos de 500 tigres siberianos en libertad, de los que menos de una treintena se encuentran en China.
En octubre, los expertos detectaron que el animal había cruzado el Amur, algo que suscitó la preocupación de los dos países dada la alta densidad de población en el territorio chino, la aparente escasez de presas naturales del tigre y lo valorado del animal en el mercado negro en China. Zhang ha asegurado que durante su visita Kuzya no evitó carreteras ni zonas pobladas. De ser así, Kuzya ha sido un turista mucho más educado que su hermano Ustin, que también ha estado recorriendo la provincia china de Heilongjiang en los últimos meses. Pero Ustin sí ha causado desmanes para alimentarse. Un granjero en la remota isla de Heixiazi le acusa de haberse comido 18 de sus cabras.
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