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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

El año más caliente de la historia de la humanidad

Por Anna Pérez Català (@annaperezcatala)

El frío inusual de este año en verano, y el calor extraño en otoño, nos hacen preguntarnos por el cambio climático mientras nadamos en la playa en noviembre. Terminando el que puede ser el año más cálido de la historia de la humanidad según la NASA, la discusión climática también se pone caliente.

El 1 de Diciembre, empezó la 20ª Cumbre de las Partes (COP por sus siglas en inglés) de la Convención marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, que se reúne anualmente con el objetivo de reducir las emisiones de efecto invernadero que están cambiando drásticamente nuestro planeta. Cientos de delegados se reúnen en Lima para dar un empujón final a un acuerdo que podría estar muy cerca, después de un año repleto de declaraciones, compromisos y movilizaciones.

¿Cómo llegamos hasta aquí?

No todo han sido buenas noticias en cuanto a las negociaciones, de hecho se dice que la opinión pública perdió el interés en ellas el 2009, cuando la cumbre de Copenhague falló estrepitosamente en conseguir un acuerdo. Desde entonces, las naciones se han vuelto a comprometer y la sociedad civil ha vuelto a organizar sus demandas para pedir acción climática.

Lo cierto es que este año se han vivido eventos sin precedentes. Para empezar, en septiembre 400.000 personas se manifestaron en Nueva York en la Movilización Climática de los Pueblos, con eventos similares en España y alrededor del mundo. Hace unas semanas China y Estados Unidos, que juntos representan el 45% de las emisiones, llegaron a un acuerdo conjunto para reducirlas, impulsando así que otros países tomaran compromisos similares. Además, el Fondo Verde para el Clima, el mecanismo para que los países en desarrollo se adapten y mitiguen el cambio climático, ha recibido aportaciones de muchos países, entre ellos España, y ya casi llega a su objetivo mínimo: se recogieron $ 9.300 millones de un total de $10.000.

No se escribe Clima sin Lima

Este optimismo e ímpetu, pero, tiene que traducirse en acción durante las próximas dos semanas de negociaciones. Los acuerdos que surjan de Lima van a trazar el camino para el acuerdo global que no se consiguió en Copenhague, que pretende cerrarse el año que viene en París. Así pues, Lima puede sentar bases sólidas para un acuerdo climático, los cimientos de un proceso que debería llevarnos a olvidar los combustibles fósiles y repensar nuestra economía.

La COP20 tiene distintos objetivos a cumplir en este sentido. Las diferentes partes deben acordar un borrador bastante concreto del futuro acuerdo de reducción de emisiones, para ser revisado y aprobado en París el 2015. Si todo funciona según lo previsto, este acuerdo sería ratificado por las diferentes partes, e implementado en 2020. Es por eso que la segunda parte importante de estas negociaciones son las medidas deben tomarse antes de 2020, para acelerar la acción climática pre-2020, es decir, antes de que el nuevo acuerdo entre en vigor. Finalmente, también debe decidirse cómo se harán las contribuciones de cada país y qué van a incluir: hasta ahora algunos países se han comprometido a reducir emisiones, pero el compromiso también podría añadir temas de adaptación al cambio climático, o financiamiento para países en desarrollo.

La sociedad civil: guardiana del acuerdo

La 20ª Conferencia de las Partes, además, ha empezado con una gran movilización de la sociedad civil. Durante el primer día, 10.000 personas de alrededor del mundo han ayunado por el clima, ‘en solidaridad con las victimas del cambio climático y para pedir progreso hacia un acuerdo significativo el año que viene en París’, como explica su portavoz Martin Kopp, ‘ayunamos porque estamos hambrientos por acción’. El día anterior, la sociedad civil celebró una vigía con velas en el parque de La Floresta de Lima, conmemorando las victimas del Tifón Hayan, que devastó las costas de Filipinas el año anterior, justo durante la COP. Y ha sido una de estas mismas velas la que estaba en el podio para el discurso inaugural de Christiana Figueres, la secretaria ejecutiva de las naciones unidas para el cambio climático.

La sociedad civil puede, en cierta forma, seguir siendo esta vela que ilumina el complejo proceso de negociación de las Naciones Unidas. Uniendo esfuerzos, proponiendo, tirando y dejando, pero siempre llevando la voz de los que no entran en la COP bien adentro del recinto de negociación.

El optimismo de estos últimos meses necesita sudor y sangre, mucha voluntad de los países y un gran trabajo de la sociedad civil. Y debemos aportar todos nuestra pequeña parte.

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