¿Dónde están los jóvenes en la planificación urbana?
Una ciudad sin jóvenes pierde vitalidad. La juventud atrae: genera creatividad, ayuda a la resiliencia, fomenta la innovación e incentiva el desarrollo económico y cultural. Sin embargo, en la planificación urbana la juventud destaca por su ausencia, sus opiniones no son contempladas y sus motivaciones a menudo ignoradas.
Considerando que estamos ante la juventud más migratoria de la historia, no incorporarles en los planes urbanísticos tiene una consecuencia muy directa: los jóvenes se van. Si algo ha quedado claro de esta juventud es que se mueve hacia ciudades donde hay oportunidades. Permanece en ellas mientras las oportunidades duran. Cuando las oportunidades se acaban, se va.
Video co-producido por CAD Productions/ Vision Communication Consultancy/ Towards the Human City
Existe un sinnúmero de índices y rankings que evalúa la calidad de vida de las ciudades, aunque muy pocos hasta ahora lo hacen incorporado la perspectiva de la juventud. Una de las excepciones ha sido el índice creado por Youthful Cities, que analiza las mejores ciudades en función de cómo facilitan la participación de la juventud urbana y la accesibilidad a dimensiones básicas para su propio desarrollo.
Su metodología evalúa 25 ciudades en cinco continentes a través de 80 indicadores, considerando aspectos tan variados como el acceso a educación y empleo, la participación ciudadana, el acceso a la financiación, acceso a cultura, acceso digital, la sostenibilidad medioambiental o el uso de espacios públicos. Según estos indicadores, las tres ciudades más atractivas potenciando la participación de jóvenes son Toronto, Berlín y Nueva York (ninguna ciudad española fue considerada en el estudio).
Medir las ciudades por su capacidad de potenciar el papel de los jóvenes no sólo es interesante desde un punto de vista comparativo, también lo es para diseñar políticas públicas urbanas. En este contexto, los procesos de diseño participativos urbanos tienen el objetivo de fomentar métodos para lograr más participación y propiedad de la ciudad por parte de la ciudadanía. El método se basa en técnicas de consulta, mediación y discusión en grupo para facilitar el entendimiento acerca de las necesidades y preferencias en el uso de espacios públicos comunes.
Siguiendo este marco conceptual, empiezan a surgir organizaciones que capacitan a jóvenes para que adquieran una visión de ciudad y participen en su diseño. La iniciativa “Territorios Urbanos con Rostro Humano” es un ejemplo de ello. Financiada por la Comisión Europea y organizada por la Fundación Ensurecer y la organización Hochdrei, tiene como objetivo capacitar a jóvenes con el fin de observar y escuchar mejor a la ciudad y sus ciudadanos, dotándoles de herramientas de diseño participativo para que actúen en su planificación.
Para ello organizaron dos semanas de talleres participativos, uno en Berlín y otro en Barcelona, con 10 jóvenes de cada ciudad. Juntos, los participantes se convirtieron en investigadores urbanos y sociales, visitando iniciativas urbanas innovadoras, participando en debates con municipalidades locales y usando diferentes técnicas como la observación participante, las derivas, el mapeo y las cartografías de barrio colectivas. En Barcelona, la acción investigadora tuvo lugar en Poble Sec junto con la organización Raons Publiques que durante el proceso ayudó a crear una sesión de retroalimentación presentando los resultados a los vecinos de Poble Sec y a los transeúntes del barrio.
Participantes del taller Territorios Urbanos con Rostro Urbano interactúan con vecinos de Poble Sec. Foto: Rodrigo Vigo
“La finalidad es dotar herramientas pedagógicas que obligan a reflexionar sobre cómo se mira lo publico, para encaminar a transformaciones sociales desde la base, a través de la educación” cuenta Lucía Bárcena, coordinadora del proyecto. Este tipo de iniciativas recuerdan la importancia que tiene la apropiación del espacio público por parte de la ciudadanía, en este caso de la juventud, para rediseñar ciudades según la convivencia de sus ciudadanos. “La participación de los jóvenes viene muy fuerte revindicando cada vez más el espacio público porque quieren ciudades más humanas, hechas para personas” enfatiza Sofía Freire, una de las participantes de la iniciativa.
El proceso de participación ciudadana en el diseño de ciudades se está priorizando cada vez más por urbanistas que han entendido lo necesario que es planificar ciudades con una ciudadanía activa e implicada. Los jóvenes lo tienen claro: cada vez valoran más la participación a la hora de seleccionar ciudades donde quieren vivir y desarrollarse. Cabe preguntarse si las autoridades locales lo han entendido y si comprenden las consecuencias de plantear modelos de ciudades donde los jóvenes se van.
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