El más influyente puede ser el más insultado
Del mundo de los insultos a famosos en redes sociales se habla poco A Ricky Gervais le han nombrado el usuario más influyente del Twitter londinense, a la vez que uno de los más odiados
Doble rasero, triple filo. Al cómico inglés Ricky Gervais un estudio le ha nombrado esta semana usuario más influyente del Twitter londinense, a la vez que otro le identificaba como uno de los más odiados del Twitter inglés. Que esto sea una contradicción es algo negociable. Quien no quiera argüir que en la red social quien es odiado no manda puede concluir que un buen inglés no mira a un londinense influyente sin reservas. Luego los dos podrían decir que, total, los estudios son a los datos lo que las opiniones a los humanos: todos tienen el suyo, así se contradigan descaradamente. Pero cuando pasan estas cosas lo mejor es comprobar el modus operandi que ha llevado a según qué gente a publicar esa conclusión. El primer estudio lo firma una agencia llamada PeerIndex, que se ha inventado su propia manera de medir la influencia en redes sociales. Según ella, Gervais tiene un 97. El genio Stephen Fry, por comparar, 96. El otro estudio, no obstante, ha tasado las cosas de una forma mucho más científica, inglesa y tajante: midiendo los insultos que se sueltan por Twitter.
De Shakespeare a Twitter. Quizá por poco edificante, del mundo de los insultos a famosos en redes sociales se habla poco. Pero en según qué culturas tuiteras puede suponer un género en sí mismo y en según qué manos, un arte. Aquí los británicos siempre nos han llevado ventaja. Quien no quiera leer los insultos de cinco palabras que escribía Shakespeare puede al menos ver la cuenta de David Cameron: leer las respuestas a sus tuits oficiales es tan entretenido que hay blogs dedicados a recopilarlas. Sin hacerle mucha justicia al asunto, podríamos recordar aquella vez que Cameron anunció: “Según los planes de la oposición, el litro de gasolina costaría hoy 20 céntimos más”. Respuesta: “¿Aún no te has ido a la mierda, maquiavélico y espinogelatinoso necio?”. Se hacen una idea.
El fin de los datos. A Gervais se le insulta más moderadamente, pero un 2,6% de los tuits que recibe le manda al cuerno. Quizá porque el cómico, que en la década pasada gozaba de la admiración que hoy se le da a su colega Louis C.K., es bastante dado a la parodia y la burla, y cuanto más pensamiento crítico tiene uno, ya se sabe, más difícil resulta ofenderle. ¿Es una cifra alta o baja? ¿Significa que el cómico es influyente por insultar u odiado porque recibe insultos? Ahí está el sagrado matiz y la mejor lectura de los dos estudios: lo que eleva a Gervais es que entiende que el único insulto que ofende es el que carece de ingenio.
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