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De la droga y la cárcel al éxito, o cómo un perro te cambia la vida

Ana Alfageme

Un violento ataque de tos inicia la conversación telefónica. Al otro lado de la línea, en Londres, habla John Dolan, un exconvicto, exdrogadicto y, según dice, muy pronto exfumador. Desde hace solo un año, es un reconocido dibujante objeto de dos exposiciones en el barrio trendy de Shoreditch, con autobiografía recién publicada y colaboraciones con los mejores artistas callejeros del mundo.

“Si no fuese por el perro, no habría tocado el papel y el lápiz”, confiesa John, 43 años, la voz gangosa que atraviesa una boca sin dientes, herencia de dos décadas de calle, prisión y heroína. George, un Straffordshire bull terrier que heredó de dos vagabundos que no pudieron llevárselo con ellos a una casa cedida por las autoridades, es el causante del tremendo giro de su vida y también el protagonista de la exposición que se puede ver hasta el 21 de septiembre en la galería Howard-Griffin de Londres.

Georges (1200)

George, posando con los dibujos de John Dolan. HOWARD-GRIFFIN GALLERY

Con George a su cargo, John tuvo que dejar de delinquir. Si entraba en la cárcel, le perdería. Así que se sentó en la calle principal de Shoreditch y puso un vaso de cartón frente al animal. Para escapar a la humillación de mendigar, un día dibujó el viejo edificio de enfrente. “Inmediatamente sentí una gran excitación. El dibujo salió de mi sin esfuerzo y el barullo de alrededor pareció calmarse al tiempo que perfilaba los detalles de la arquitectura”, cuenta en sus memorias. Fue un recuerdo de sus habilidades de la infancia vivida en una familia humilde que escondía una pavorosa verdad: la hermana de John era en realidad su madre. Cuando lo supo, a los 10 años, el niño se perdió: empezó a esnifar pegamento y visitó el primer correccional. Al encontrarse con George estaba, según escribe en su biografía, “atrapado en una puerta giratoria de falta de vivienda, crimen, prisión, depresión y droga durante muchos, muchos años”.

Uno de los dibujos de John Dolan de su perro George.

John atribuye al perro algo que trasciende el efecto beneficioso de una especie que convive y trabaja con nosotros desde hace siglos. Cierto, son una gratísima compañía; y auxilian a invidentes, autistas o enfermos mentales. Pero ¿llegan a ser salvavidas y mentores? “Fue George el que hizo que el artista que hay en mí se levantase y saliese de la oscuridad”, dice el creador en la introducción de su autobiografía, John and George, the dog who changed my life.

Rutina diaria: John Dolan con su perro George, en la calle. ROB WEIR

John sobrevivió vendiendo a los viandantes sus dibujos durante tres años. George, el perro por el que un escocés loco pidió a cambio tan solo una lata de cerveza fuerte, siempre estaba a su lado. Participó en 2011 en un libro que tenía como protagonista al vibrante barrio del Este de Londres, Shoreditch Unbound, en el que célebres vecinos como Gilbert y George o Tracey Emin aportaron su trabajo. Pero fue un amante del arte callejero que solía encabezar paseos guiados por la zona, Richard Howard-Griffin, Griff, el que le propuso hacer una exposición el pasado año invitando a otros artistas underground a plasmar su visión sobre los dibujos de John.

Así cuenta el galerista via correo electrónico su encuentro: "Hallé a John en octubre de 2012 en Shoreditch High Street en el lugar donde se había sentado durante los últimos tres años dibujando, con George a su lado. Me asombró la incongruencia entre su situación en la calle y el nivel de su trabajo artístico. Inicialmente me interesó también su obra porque dibujaba su interpretación de las creaciones de artistas callejeros y grafitis presentes en los edificios de Shoreditch. Yo conocia a algunos de esos artistas y me pareció interesante".

“Aquello estaba lleno de gente”, rememora el artista sobre la exposición que le lanzó. "John es el Hogarth [por el dibujante satírico británico del siglo XVIII William Hogarth] de nuestro tiempo", asegura su descubridor. "Va a ser realmente interesante y emocionante ver su ascenso en el mundo del arte, tanto en el Reino Unido como en todo el mundo". Por su parte, el artista habla sin descanso sobre su vida. En la época de su primera exposición, consiguió acudir al médico y desengancharse de la heroína.

Richard, el hombre que dejó su trabajo en la City para perseguir sus sueños, sigue mostrando en su galería el trabajo de los artistas callejeros y John dicta conferencias, viaja a Los Angeles y planea una exposición en Belfast. Solo su depresión pervive. Pero tiene a George.

La exposición John and George, de John Dolan,puede verse en la galería Howard-Griffin de Londres hasta el 21 de septiembre.

La fotografía que abre este post, donde se puede ver a John Dolan dibujando junto a su perro George en Shoreditch High Street, es de Rob Weir.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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