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Cena benéfica en ‘casa Banderas’

El actor preside la gala Starlite acompañado por estrellas como Mia Farrow

Elisabet Sans
Antonio Banderas y Mia Farrow, a su llegada a la gala benéfica organizada por el actor español en Marbella.
Antonio Banderas y Mia Farrow, a su llegada a la gala benéfica organizada por el actor español en Marbella.daniel pérez (getty)

“Antonio, Antonio”, gritaban decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras en la entrada de una antigua cantera de Marbella. Banderas, acompañado de Mia Farrow, era el último en pasar por la alfombra roja de la gala benéfica Starlite, celebrada la noche del sábado en la antigua mina de Nagüelles. Sobre la montaña unas letras blancas, al estilo Hollywood, señalaban el Auditorio Marbella. Tras ellas, la luna casi llena. Entre la multitud alguien observaba con una mirada de orgullo: el padre de Sandra García-Sanjuán, coanfitriona de la cita, que celebraba su quinta edición llenando de filantropía y glamurla añeja escena marbellí.

“Todo el mundo habla de la fiesta, pero no se puede perder la esencia del proyecto, que es ayudar a los demás”, aseguraba la empresaria por teléfono ayer, con la voz algo castigada tras la noche de fiesta. Todavía no ha podido hacer el recuento de lo recaudado entre el precio del cubierto, la subasta y las donaciones, pero confía en que será parecido al de las ediciones anteriores: unos 300.000 euros, destinados a la fundación Lágrimas y Favores, presidida por el actor, y otras organizaciones humanitarias.

La gala Starlite está bien marcada en el calendario de Banderas. No solo porque suele coincidir con su cumpleaños —a las doce de la noche soplaba las velas por sus muy bien llevados 54 años—, sino porque para el malagueño esta noche marbellí es ya una cita obligada. “Estoy encantado de promover la ciudad —dijo Banderas—, la fundación y traer amigos”. Era un día para hablar de solidaridad y de los proyectos que se han llevado a cabo gracias a Starlite, pero tras su separación de Melanie Griffth, una incondicional de la fiesta —fue la primera vez que no estaba invitada—, la pregunta era obligada: ¿Qué pasa con Griffith? Y la respuesta, obvia: pacto de silencio. Ni el actor ni la estrella estadounidense hablan de su divorcio.

Unos 450 invitados disfrutaron un menú de Aduriz y pujaron en una subasta

Como había prometido, Banderas se trajo amigos, y muchos. La que más empujones y nervios generó entre invitados, periodistas y cámaras fue la actriz estadounidense Mia Farrow, quien durante la cena se animó a cantar el estribillo de Bésame mucho. “No podemos dar la espalda a la gente que necesita ayuda”, explicaba del motivo que por primera vez la traía a Marbella. Por la alfombra roja —aunque era negra con estrellas azules del logo del festival, que termina el 23 de agosto— desfilaron un centenar de personalidades que a la salida de un photocall saturado de invitados y periodistas plasmaban su firma sobre el nuevo Ford Mondeo —que todavía no está disponible en Europa—, una de las joyas de la subasta. Vistieron de etiqueta, protocolo obligado de la cena, las actrices Hiba Abouk o Ana Obregón; cantantes como Antonio Carmona, Ana Torroja o Pasión Vega; modelos como Helen Lindes o Valeria Mazza, que junto a Joaquín Prat ejerció de maestra de ceremonias; celebrities varias, desde Carmen Lomana a la baronesa Thyssen, e incluso el mexicano Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo con una fortuna de 79.000 millones de euros, según Forbes, y que recogió un premio por su labor filantrópica.

El empresario mexicano Carlos Slim, uno de los 450 invitados que acudieron a la fiesta.
El empresario mexicano Carlos Slim, uno de los 450 invitados que acudieron a la fiesta.jorge guerrero (afp)

Todos con el mismo discurso: esta noche es la oportunidad de mostrar su faceta más generosa y de (intentar) devolver a la noche de Marbella el esplendor de épocas pasadas; concretamente de los setenta y ochenta cuando atraía a la jet set global. “Va siendo hora que la gente venga a Marbella con otro punto de vista”, resaltaba Banderas intentando dejar atrás los escándalos políticos que han golpeado a la ciudad. “El festival significó el año pasado 40 millones de euros de impacto económico para la zona”, resalta García-Sanjuán, citando un estudio de Price Waterhouse. El éxito de esta verbena filantrópica es innegable y están en conversaciones para exportarla México o Rusia. “El proyecto se concibió para que fuera la Fórmula 1 del ocio”, resalta la empresaria.

García-Sanjuán confesó que le hubiese gustado limitar el número de invitados a 350 (fueron 450), pero asegura que le fue imposible ante el alud de peticiones. Y eso que la entrada no era barata: entre 500 y 1.000 euros por acceder y cenar el menú del chef con dos estrellas Michelin Andoni Luis Aduriz. De primero, una interpretación de la ensalada rusa, luego un royal de ave con fondo de cangrejo y una pieza de vaca cubierta de crema acre de rúcula y atillo de hierbas. Y para terminar, postre de Dani García y una tarta de cumpleaños en honor del anfitrión elaborada por Antoni Escribà.

“Estoy encantado de promover la ciudad y traer amigos”, defiende el artista

Antes de las copas y el pachangueo —que lo hubo y mucho—, se celebró la subasta, locutada en inglés. Las estrellas fueron el Ford Mondeo (22.000 euros), una comida con Julio Iglesias en su casa de Punta Cana (16.000), un programa detox en Healthhouse Las Dunas (12.000) y una guitarra inteligente donada y firmada por Carmona, que alcanzó los 12.000 euros tras el compromiso del cantante de ir a tocarla a casa del comprador.

Probablemente, Banderas se fue ayer, con resaca, de su tierra. Esa a la que tanto le gusta volver ya sea como devoto de la Semana Santa o anfitrión de su gala filantrópica. Pero siempre con la promesa de regresar: el malagueño estará en el próximo Festival de San Sebastián con Autómata (que protagoniza y produce) y Santander será el escenario de su próximo proyecto (una película sobre el descubrimiento de las cuevas de Altamira). Él, encantado de pasar tiempo en su tierra.

Sobre la firma

Elisabet Sans
Responsable del suplemento El Viajero, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en secciones como El País Semanal, el suplemento Revista Sábado y en Gente y Estilo. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Ramón Llull de Barcelona y máster de Periodismo EL PAÍS.

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