¿Petróleo para los más pobres?
Naciones Unidas está hablando con distintos países africanos productores de petróleo para que donen el 10 % de cada barril producido para crear un fondo con el fin de ayudar a las naciones más empobrecidas a mejorar sus servicios de salud pública.
Esta iniciativa que quiere recaudar dinero para ayudar a los países más necesitados se une a otras dos también bastante inusuales: una tasa sobre los billetes aéreos en más de una docena de países y la tasa europea, aún sin implementar, sobre transacciones financieras.
El receptor de este dinero sería UNITAID, una iniciativa global de salud en gran parte financiada por la tasa solidaria sobre los tickets aéreos. Fue establecida en 2006 por los gobiernos de Brasil, Chile, Francia, Noruega y el Reino Unido. Busca fondos para garantizar el suministro de medicinas, los diagnósticos y la prevención del VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis en los países menos favorecidos.
Poco a poco, otros países se han ido uniendo a esta iniciativa, varios de ellos africanos como Camerún, Congo, Guinea, Madagascar, Malí, Islas Mauricio o Níger además de la Fundación Bill y Melinda Gates. España también es parte del mismo.
En la actualidad, esta tasa aérea aporta el 75 % de los 300 millones de dólares que supone el presupuesto anual de UNITAD, que tiene su sede en Ginebra y está bajo el paraguas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo financia proyectos en 94 países.
Una idea similar es la que se maneja en Europa referente a un impuesto sobre las transacciones que realizan las instituciones financieras entre sí. Hace tiempo que se habla de esta tasa conocida como Robin Hood, aunque a los estados les cuesta ponerla en práctica. Desde 2012 Francia cobra un 0,2 % por cada acción vendida, siendo pionero en este sentido y empieza a marcar el camino a los demás socios comunitarios. Otros 11 países, entre los que se encuentra España, han prometido aplicar medidas similares.
La ONG OXFAM estima que con una tasa del 0,5 % se podrían conseguir unos 500 mil millones de dólares al año, cuatro veces la cantidad que según Naciones Unidas se necesitaría para dar un fuerte impulso al desarrollo y luchar contra las enfermedades a nivel mundial.
Mientras estas ideas se hacen realidad hay que seguir buscando fuentes alternativas de financiación, por eso Naciones Unidas ha tenido la idea de recaudar más fondos a través de una tasa sobre el petróleo.
Philippe Douste-Blazy, Asesor especial del Secretario General de la ONU para las fuentes innovadoras de financiación para el desarrollo, es la persona encargada de las negociaciones con los distintos países africanos. Da la impresión de ser una persona muy optimista porque espera que para el próximo año esté listo el acuerdo que pondrá en marcha este impuesto.
El proyecto está en fase de negociación y parece que ya hay algunos Presidentes africanos receptivos a la idea. La propuesta es pagar 10 céntimos de dólar por barril. Este dinero será deducido de la parte que corresponde a los Estados, no a las compañías petroleras que por el momento no quieren oír hablar del tema.
El siguiente paso sería extender esta tasa también al gas y a los productos mineros, pero esto todavía está en estudio.
La pregunta es por qué solo los estados africanos contribuirían a esta iniciativa. El propio Douste-Blazy comenta que es porque, hasta ahora, son los únicos que se han mostrado receptivos a la idea.
Los principales productores de petróleo en el continente africano son: Nigeria, Argelia, Angola, Sudán, Sudán del Sur, Guinea Ecuatorial, Congo, Gabón, Ghana, Chad, Egipto, Túnez, Costa de Marfil, Libia, República Democrática del Congo y Mauritania.
Douste-Blazy dice que uno de sus deseos es poner fin a la malnutrición crónica, uno de los puntos claves de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), y mejorar los sistemas de salud para 2015, pero los presupuestos de salud en todo el mundo no hacen más que decrecer, justo cuando más dinero se necesita. De ahí que esté trabajando contrarreloj con esta propuesta.
Operación en el hospital gubernamental de Wao, Sudán del Sur.
En este mismo contexto de buscar nuevas fuentes de financiación para apoyar el desarrollo de los países más empobrecidos, sobre todo en el sector de la salud, se enmarcan unas propuestas similares presentadas por la primera dama de Zambia, Christine Kaseba-Sata, embajadora de buena voluntad de OMS contra la violencia de género.
Zambia es un país rico en cobre, de donde obtiene gran parte de su riqueza. Según la señora Kaseba-Sata, hace tiempo que su país está estudiando imponer una tasa sobre la minería y la construcción con el objeto de recaudar fondos para mejorar el sistema sanitario del país, especialmente en lo que se refiere a la lucha contra el VIH.
En este país, ya existe desde 2006 una tasa de un uno por ciento sobre los depósitos bancarios destinada a financiar el sector sanitario.
Lo que me parece más interesante de la idea de que sean solo los países africanos productores de petróleo los que se estén planteando participar en esta iniciativa o que Zambia esté implementando ya una tasa sanitaria y esté pensando ampliarla, es que sale reforzada la cooperación Sur-Sur. Y lo hace sobre todo en un momento en el que la Ayuda Oficial al Desarrollo proveniente de los países que han sido donantes tradicionales hacia el continente ha decaído mientras que la pobreza extrema y el compromiso de erradicarla siguen presentes.
Los países africanos sí que necesitan buscar fuentes alternativas e imaginativas de financiación y este deseo de colaborar entre ellos puede ser el camino a seguir.
Fotos Chema Caballero: primera Laboratorio del centro de salud de Hai-Jebel, cerca de Juba, capital de Sudán del Sur.
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