El dinero es para África, no para sus presidentes
Días de duro trabajo en Togo. /GERAINT ROWLAND(CC)
Me preocupan mucho los chavales que están intentando llegar a Europa desde África. Son chicos que, como mucho, tienen entre 20 y 22 años. No han tenido educación ni nada, son como materia prima que sale de mi continente para venir aquí. Cuando llegan, tampoco van a estudiar y, si no estudian, no van a tener un buen trabajo.
Hoy en día, para conseguir un permiso de residencia en España, tienes que justificar que como mínimo vives desde hace tres años en el país. Y eso no es garante de que te la concedan. Cuando un chaval africano de 22 años logra entrar en la península sin papeles tiene que empezar una nueva vida, pero ¿qué vida va a empezar aquí si no tiene nada? Aunque estos jóvenes vienen con muchas ganas de ganar dinero y de aprender algo bueno, lo que está ocurriendo últimamente es que estoy viendo muchos más jóvenes delincuentes que antes, y eso como africano que soy me pesa. Veo muchos chicos en la calle sin trabajo ni ganas de vivir pero, ¿cómo van a hacerlo?¿Cómo vives tres años sin ningún papel? Para pedir un permiso de residencia necesitas un contrato de trabajo, y para que te den un trabajo necesitas tener papeles. ¿Por dónde empezamos? Ellos no van a dormir en la calle y por eso caen en la delincuencia. Al final, el resultado es que África está perdiendo su juventud y Europa sufre porque cada vez recibe más delincuentes.
¿Cuál es la solución? El pasado tres de abril se celebró en Bruselas la Cumbre Europa-África, a la que acudieron 80 presidentes, 41 de varios países africanos y, el resto, de la UE. Entre otros temas, se tocó la inmigración irregular. No estaba previsto en el programa inicial, pero la muerte de cientos de inmigrantes el pasado octubre frente a la costa de la isla de Lampedusa y los continuos saltos a las vallas de Ceuta y Melilla situaron este asunto en primera línea.
En las conclusiones de la cumbre se abogó por reforzar la cooperación entre todos los países para frenar la inmigración irregular y fomentar la que es legal, y, para ello, una de las soluciones que los europeos decidieron es dar a África dinero para montar una infraestructura que permita a los jóvenes encontrar trabajo en su propio país. En ese momento no se especificó qué porcentaje de los 28.000 millones de euros que la Comisión Europea planea destinar a África entre 2014 y 2020 se destinaría a esta misión. La semana pasada, supimos que 10 millones de euros irán destinados a España para realizar obras en las vallas, ampliar los CETI y fomentar planes de retorno voluntario.
No hay ningún presidente ni político que haya llegado en patera a España o que haya luchado por cruzar la frontera. Eso lo hace la gente humilde, la que vive en chabolas en las zonas con más pobreza de cualquier país. Los presidentes tienen pasaporte diplomático, igual que sus hijos, a quienes tienen estudiando en Europa. Ellos vienen todas las semanas de vacaciones. Entonces, ¿qué va a hacer un presidente si ni su hijo ni él saben cómo es la lucha por atravesar un desierto?
La solución no pasa por hablar con los presidentes porque la corrupción en África es grande. Ellos van a quedarse ese dinero. Si lo único que se hace es endurecer las medidas de seguridad, al final lo que va a pasar es que las mafias van a ganar mas por pasar a gente de forma ilegal al Europa. Tendrás que pagar más si quieres cruzar la frontera porque será más difícil.
Mandatarios durante cuarta cumbre entre la Unión Europea y África./OLIVIER HOSLET(EFE)
La solución puede pasar por frenar un poco el dinero que la UE da a los presidentes africanos y mirar hacia los recursos naturales de mi continente para generar empleo y riqueza. Pero desde África y para África. El pasado 27 de abril, los ministros de Comercio de la Unión Africana decidieron rechazar la firma de los acuerdos de la Asociación Economica (AAE) con la Unión Europea. Esto traerá consecuencias, ya que, a partir del 1 de octubre, Europa prohibirá la venta de productos africanos en Europa, y muchas economías africanas dependen de lo que exportan aquí.
En lugar de firmar el acuerdo, los países africanos creen que deben desarrollar una industria propia que cree más puestos de trabajo. Los acuerdos contemplan que Europa pueda llevar todos sus productos a África, pueda montar sus fábricas y exportar sin límite, pero sin pagar IVA. El 80% de lo que se genere es para ellos y solo el 20% quedará para los africanos. Si abre una tienda de vasos hechos en Europa al lado de un comercio pequeñito que vende vasos hechos en África, todo el mundo va a comprar el vaso europeo porque cree que es mejor, y la tienda del otro cerrará. Y al final cerrarán todas las pequeñas fábricas de África. Esto me da mucho miedo.
En Ghana, por ejemplo, si exportamos una tonelada de la materia prima que se usa para hacer aluminio, ganamos 40 dólares, pero una tonelada de aluminio vale 350 dólares. Si nosotros mismos podemos hacer aluminio con ese materia, deberíamos hacerlo nosotros y venderlo. También en mi país varias empresas estadounidenses extraen petróleo, pero solo se queda el 13% de todas las ganancias. En el caso del oro, no llega al 4%. Si se aprueban los acuerdos que propone la UE pasará como en Bangladesh: aumentará la mano de obra barata y la precarización. Los dueños de las fábricas serán los europeos y arruinarán a las empresas pequeñitas porque ellas no pueden competir con los gigantes occidentales.
Los europeos no quieren que los africanos que vengan a sus países y estoy de acuerdo porque los africanos aquí no tienen futuro. Tengo tres hijos en Ghana y nunca he querido que vengan; ellos han estudiado su carrera en África gracias a lo que yo he trabajado y he mandado a casa.
Que los europeos monten empresas si quieren, pero que lo hagan en un pueblo donde puedan dar trabajo a dos mil personas para que mejore el país. Y que se queden los beneficios en África, que no se vayan todos a Europa. Si se hace así, la gente se quedará en su país a trabajar y no se marcharán a Europa.
Ahora, el beneficio de todo lo que se exporta a Europa nunca vuelve a África, se queda allí o en las cuentas de los presidentes. Ellos también son cómplices de los ladrones de Occidente.
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