La violencia como método
Cuando la violencia se utiliza para lograr cuestiones, mal pinta en un Estado de derecho. Negociar con los que queman contenedores y toman las calles para destrozarlas, como se ha hecho en Barcelona en Can Vies por el edificio ocupado, o como se hizo en Burgos en Gamonal con el paseo, es motivo de grave preocupación en una democracia. ¿Basta con ser un violento para que te escuchen los poderes políticos de turno?
Si los Ayuntamientos ceden en su autoridad y siguen aceptando la ira y fuego de algunos para cambiar iniciativas, la mecha se contagiará y será difícil pararla. Sí; un gravísimo error aceptar la apología de la violencia. Y no; no es justo para esa sociedad silenciosa y mayoritaria que cumple y se queja sólo por caminos legales.— David García.
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