Desigualdad estructural
La mayoría de los ciudadanos españoles, las mujeres, soportamos una realidad flagrante marcada por la desigualdad en derechos y deberes. Las ganancias por nuestro trabajo son un 30% inferiores a las que perciben nuestros conciudadanos varones; con un nivel de formación similar o superior, seguimos soportando menores oportunidades para ocupar cargos de responsabilidad. La presencia de mujeres en muchos ámbitos y puestos de responsabilidad decrece a medida que devolvemos al ámbito familiar todas aquellas tareas de cuidado de las cuales se beneficia el conjunto de la sociedad.
Es una violencia de la que no se habla. O se habla poco. Y el debate sobre la desigualdad sigue pivotando en torno a cuestiones de violencia física. Continuamos sin situar el centro de la cuestión: existe una desigualdad estructural en España por la cual la minoría disfruta de mayores derechos y oportunidades por el simple hecho de pertenecer al género masculino.— Gloria Rodríguez Klaus.