"Al convivir con gente de fuera aprendes muchísimo"
Casey Death acabó en España por casualidad. A los 20 años, cansada de trabajar 18 horas diarias en su Australia natal, decidió recorrer el mundo, y en Málaga terminó. Desde entonces han pasado casi diez años, y ahora Casey tiene una empresa de turismo alternativo llamada Biznaga Travel Company con la que enseña a otros australiamos que España no es solo toros y sevillanas. En una entrevista con la ONG Málaga Acoge en el marco de la campaña por la integración Todas las piezas son importantes, esta australiana destaca que la diversidad cultural es la mejor herramienta para abrir la mente.
Cuando llegué el primer día y paseaba por el paseo marítimo, mi padre me llamó y yo le dije que esto iba a ser un problema. Sin embargo, 10 años después, todavía estoy aquí y desde siempre me he sentido siempre en casa. Lo difícil fue coger el idioma, algo que tuve que practicar mucho. También tuve una pareja cuya familia me ayudó muchísimo para conocer las costumbres, aprender español… Y realmente fue muy fácil adaptarse. Además, soy una persona a la que le gusta la cultura, aprender cosas e idiomas, y eso ellos lo veían, así que era más fácil que me ayudaran.
¿Cómo decidió crear su empresa, Biznaga Travel Company?
Estuve dos años en Málaga hasta que mi padre me llamó y me dijo: Oye, tú tienes una carrera y no puedes pasarte la vida en la playa. No estaba muy de acuerdo, pero volví a Australia. Y siempre venía para vacaciones y periodos más largos. Hace cinco años me vine definitivamente y quise inventar algo que me dejara vivir entre ambos países. Lo que hice fue pensar en algún negocio, y me dije: 'llevo tanto tiempo en Málaga que conozco la cultura, el idioma y la parte real de España y Málaga, no sólo la turística'. Y pensé en cómo aprovechar esa situación y enseñar a la gente que viene una parte de España que es diferente. Al final de una visita de mi hermano, él me agradeció haberlo llevado a sitios como el mercado, de copas a la playa y cosas así. Yo le expliqué que esa era la vida de aquí, que es lo normal, y se sorprendió tanto que pensé que, quizá, otros compatriotas pensarían igual. Así nació Biznaga Travel Company. Se trata de enseñar a la gente la vida normal, más allá de la que ellos tienen en la cabeza: Toros, flamenco, museos… Son cosas típicas, claro, pero no de todos los días.
¿Qué les gusta más de Málaga a los australianos?
La playa les gusta, pero en Australia tenemos un montón, así que no es lo que más les llama la atención. Les atrae la forma de vivir, el ir a comer a un sitio que parezca cutre pero que luego tiene una cocina buenísima. Les llama la atención comer en los mejores sitios de España sin que cueste 1.000 dólares.
¿Y qué imagen tienen sus grupos de España?
Lo que les sorprende a los que vienen a España es que la imagen externa es mucho peor de lo que hay aquí. Hace unos días veíamos la Eurocopa en el centro y mi cuñado me decía: "Aquí no hay crisis, la gente tiene dinero". Todos los días hay gente de compras, de tapeo, de cervezas… Eso les sorprende porque en la prensa internacional no hay nada de nada sobre España. La gente llega pensando que el país va a estar horrible, pero les sorprende mucho que los españoles salgan, hagan cosas, vivan. También se sorprenden de cómo se vive el momento aquí. Siempre dicen que los españoles viven muy bien porque aprovechan todos los momentos, disfrutan con familias y amigos, se sientan a disfrutar la comida y en vez de comer un sándwich por la calle… Ellos se van pensando en que deberían vivir un poco más así, sin trabajar tantas horas al día.
¿Qué cree que aporta la diversidad a una ciudad como Málaga?
A mí me gusta tener mezcla de gente porque al final te da la sensación de que aprendes que hay otras cosas. No es todo España, hay cosas más allá. Cada país tiene sus ventajas e inconvenientes, claro, pero teniendo más gente de fuera aquí, te abre la mente, ves que hay otras cosas fuera y te da sensibilidad y entiendes muchas cosas. Si ves a gente en la playa vendiendo gafas de sol con el calor que hace piensas que, si están ahí trabajando duro, será porque lo que hay aquí no lo hay en sus países. Te abre la mente y te da una idea de cómo está la cosa, de que hay gente que no tiene lo que tenemos nosotros. Yo lo veo todo bien: Comida, cultura… Todo. Fíjate que hay muchos australianos que, cuando vuelven a su país, piensan en vivir un poco más a la española: echar alguna siesta en fin de semana, llevar otro ritmo de vida... En vez de trabajar el viernes por la tarde, pues acabamos a las dos y luego vamos a la playa. Y cambia su mente. Al convivir con gente de fuera aprendes muchísimo.
¿Se lleva Málaga bien con las personas extranjeras?
Si yo digo que vivo en Málaga, en Australia me miran y dicen: "¡Pero si allí viven todos los guiris!". Es cierto, pero yo creo que el aeropuerto es una especie de frontera. Hacia la Costa del Sol occidental, sí es cierto: hay sitios donde solo se habla inglés y te pones huevos con bacon para desayunar. Pero en la zona oriental y la capital, hay más españoles. Claro que hay personas extranjeras, pero esto es muy español. Los grupos que vienen a Málaga se dan cuenta de eso cuando vienen, y se dan cuenta que esta ciudad les gusta más al final que otras que tenían más interés como Sevilla, Granada o Barcelona. Y al final dicen que Málaga es muy bonita y que la gente les trata muy bien. No tiene Alcázar o Alhambra, pero sí otras muchísimas cosas y todo es más natural, más local, más de aquí. Y mucho encanto, cada día más.
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