“Butifarring”, bocadillos…
Primero probamos el bocadillo de morcilla de tortilla de patatas (4,50), elaborada con huevo en lugar de sangre. Albert la había cortado en rodajas antes de pasarla por la parrilla donde crepitaban rescoldos de sarmientos y carbón de encina. Bastante bueno. Luego llegaron los de escalivada (4,50) y butifarra clásica (3,90), y los de queso azul (4,50) y pollo (3,90). Butifarras de distintos sabores que fue dorando enteras, una a una, en la parrilla. Bocadillos que fuimos compartiendo, todos diferentes, buenísimos ¿Quién os suministra las butifarras, volví insistir? Mitjans una empresa de toda la vida, con las recetas que les pedimos, algunas de temporada, setas, calçots…
Llevado de mi impertinencia habitual dejé caer otra vez la misma pregunta ¿Elaboráis vosotros mismos las salsas? “No”, me respondió Gómez. “Son de Ferrer que nos las hace a medida, han ido rectificando las fórmulas hasta dar con los sabores que queríamos”. Para beber probé dos tipos de cerveza artesana de Cervesa del Montseny , proveedor exclusivo.
Como es lógico salí el jueves de Butifarring impresionado por el acierto de un negocio pequeñito donde todo se hace correctamente. No cocinan nada, simplemente ensamblan lo que les llega de proveedores escogidos a la vista de los clientes. Como rasgo diferencial, quiero recalcarlo de nuevo, utilizan horno de carbón para asar fugazmente los embutidos y una tostadora para templar los panes.
Me parece una cursilada hablar de butifarras Premium o butifarras gourmets, para referirse a esta casa. A sus 32 años, el cocinero Albert Gómez, que trabajó en El Bulli y fue discípulo de Martín Berasategui, ha realizado un trabajo de selección de productos encomiable. En realidad lo que este profesional y sus socios están haciendo es rescatar nuestra antigua y olvidada cultura del bocadillo.Un trabajo que yo califico de sobresaliente.
¿Por qué no habrá en nuestro país más lugares semejantes montados con buenos productos sin necesidad de grandes inversiones?