5 fotosEl cine puede esperarLa clase media recorta su gasto en cultura y lo sustituye por las plataformas online de pago y las descargas ilegalesEscuela de Periodismo UAM - EL PAÍSMadrid - 28 ene 2014 - 20:41CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLos últimos discos de Arcade Fire y John Grant relucen, casi sin usar, sobre la mesa del salón. “Me los compré porque soy muy fan, pero realmente no los utilizo: los escucho en Spotify”. Por el servicio premium, que permite escuchar 20 millones de canciones, paga unos 10 euros al mes. Los dos CD recién comprados le han costado, juntos, más del triple. Quizá por eso la industria de la música grabada ha reducido sus ingresos a la mitad desde 2007. Javier Pérez señala su libro electrónico, donde se pueden leer algunas páginas de Juego de tronos: “No suelo hacerlo, pero ese sí me lo he descargado sin pagar. ¿Te puedes creer que no hay una versión digital en español?”. Aunque la mitad de los títulos se editan ya en formato electrónico, este solo supone un 3% de los ingresos totales del sector editorial.EDPPara Mercedes López, el barco empezó a escorarse pronto. A partir de 2008, el despacho de arquitectos en el que trabajaba comenzó a recibir cada vez menos proyectos. "Toda la inversión pública se paró, los museos, centros de convenciones… Y eso era en lo que yo tenía más experiencia". Ella decidió abandonar la empresa antes de que la embarcación se hundiera del todo. Desde entonces, el único salario fijo que entra en casa es el de su marido. Han tenido que ponerse a régimen: nada de teatro, apenas cine, y los libros como último esfuerzo por seguir atados a la cultura.EDP"En cuanto tenga un poquito más de ingresos es lo primero que recuperaremos. Es lo que más echamos de menos: cultura, ocio y viajar", dice Mercedes López. Y parece que el viento comienza a soplar a favor de esta arquitecta y de la compañía que fundó hace un año con uno de sus antiguos compañeros: "Estamos empezando a tener beneficios, pero ya no hay encargos de los que te resuelven el año". Aún falta para volver a la normalidad: la última vez que compraron en una librería fue en verano. En 2012, cada español compró tres libros. En 2007 fueron cinco.EDPRaquel Crespillo lee Lo bello y lo triste, de Yasunari Kawabata, que acaba de comprar, y mañana mismo irá a un concierto. No es un reflejo de su vida cultural. Quizás en unas semanas adquiera de nuevo un libro, pero de la música en directo puede despedirse hasta dentro de meses. No es la única: la música en vivo ha perdido dos millones de espectadores entre 2007 y 2012. Hace un año que esta treintañera trabaja más horas, pero en su empresa han dejado de pagarle las extras. Ingresa 150 euros menos de un sueldo que roza los mil, una cantidad con la que paga "dos o tres recibos al mes". Ahora, dice, no tiene "ni tiempo ni dinero".EDPNi una entrada de cine entre las últimas adquisiciones de Raquel Crespillo. "Sigo alquilando películas, aunque el otro día vi una piratilla", explica esta malagueña entre risas. Algunas plataformas legales de películas y series online han empezado a desarrollarse en España. Por unos 7 euros al mes, proyectos como Filmin o Wuaki dan acceso ilimitado a su catálogo. A esta joven, el precio de los títulos disponibles en su servicio de Apple TV (alrededor de 14 euros para un estreno) se le escapa del presupuesto. "No puedo gastarme mi dinero libremente, hay que estar guardando todo lo que tengas por si acaso. ¡Si este invierno no me he comprado un abrigo todavía!".EDP