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Ev siempre supo que Twitter volaría alto

La salida a Bolsa de la empresa reveló a Evan Williams como su principal accionista individual Hijo de un granjero, dejó la facultad para perseguir el sueño americano y hoy tiene una fortuna de 1.900 millones Cofundador de la red social, rechazó las ofertas de compra de Facebook y Yahoo! porque creía que su compañía valía más

Evan Williams, uno de los fundadores de Twitter, en un congreso sobre la web 2.0 celebrado en San Francisco en 2010.
Evan Williams, uno de los fundadores de Twitter, en un congreso sobre la web 2.0 celebrado en San Francisco en 2010.PAUL SAKUMA (AP)

El tiempo acabó dando la razón a Evan Williams. Poner Twitter en manos de Facebook era mala idea. Pudo haber pasado hace justo cinco años, cuando la popular red de microblogging tenía poco más de un año de vida y negoció su posible venta. La cifra que puso Mark Zuckerberg fue entonces de 500 millones de dólares. Pero el cofundador de la joven puntocom pensaba que valía mucho, mucho más.

Twitter acaba de estrenarse en Wall Street y su capitalización bursátil ronda los 24.460 millones de dólares (18.240 millones de euros) en el momento de la primera subasta. Cuando una empresa se prepara para dar el salto al parqué debe revelar a los inversores sus secretos y sus miedos. En esa información, Williams aparece como el principal accionista individual tras la colocación, con el 10,4%. Solo le supera el fondo de Suhail Rizvi, con el 15,6%.

Con la valoración actual, Williams entraría a sus 41 años directamente en el club de los multimillonarios de Forbes si se toma como referencia lo que valen sus acciones. Pero viendo el caos que provocó hace año y medio Facebook en el Nasdaq, los bancos de inversión que dirigieron la colocación de Twitter pidieron a los propietarios originales que eviten la tentación de vender.

Ev, como se le conoce en Twitter, es paciente y calculador. Casado y con dos hijos, nació en un pequeño pueblo de Nebraska con menos de 400 habitantes. Su padre era granjero. Como otras figuras de renombre en Silicon Valley, abandonó los estudios universitarios para dedicarse a los negocios. Fundó Twitter junto a Jack Dorsey, Biz Stone y Noah Glass mientras dirigía Odeo, que desarrolló junto a Glass. Esta herramienta para editar y compartir podcasts se considera el germen de Twitter. Antes fundó Pyra Labs, donde desarrolló Blogger, que acabó vendiendo a Google. Durante año y medio trabajó para la que ahora es la mayor compañía en Internet. Dejó Mountain View poco después de que se estrenara en el Nasdaq. No es público lo que se llevó con la operación.

Nacido en un pueblo de 400 habitantes, es un empresario en serie paciente y calculador

La historia cuenta que fue Dorsey el que concibió la idea de Twitter. Pero Williams puso el dinero en sus inicios, y eso le colocó como el primer presidente de la firma. Mientras Dorsey llevaba las riendas, él se dedicaba a fondo a The Obvious Corporation, una incubadora tecnológica.

Forbes le define como “un empresario en serie”, porque crea empresas una tras otra. Su último proyecto lo presentó en agosto de 2012 junto a Biz Stone. Se llama Medium, una plataforma de blogs a medio camino entre Twitter y Blogger, aunque sigue siendo pequeña y confusa para el usuario.

La información remitida al regulador revela que Williams controla 56,9 millones de acciones de Twitter a través de varios instrumentos financieros. Echando cuentas, al precio al que se fijó la oferta, su fortuna asciende a 2.560 millones de dólares (casi 1.900 millones de euros). Su participación podría ser mayor si hace tres años no hubiera vendido una parte de la tarta al fondo Rizvi Traverse.

Williams, todo un gurú de la comunicación de masas, en algunas inversiones va de la mano de Eric Schmidt (Google), Jeff Bezos (Amazon) y Paul Allen (Microsoft), como la que hizo en EverFi. Se hizo con el puesto de consejero delegado de Twitter en octubre de 2008, después de que el Consejo de Administración decidiera relevar a Dorsey. Dos años después cedió los mandos a Dick Costolo.

Williams tuvo siempre una fe ciega en Twitter. Se habló de que podría haber sido adquirida por Yahoo!. Pero si los 1.000 millones que tenían los patrones en la cabeza eran un pico comparado con lo que vale ahora en Wall Street, la propuesta de Yahoo! era ridícula. En cuanto a las negociaciones con Facebook, Williams no confiaba en su manera de hacer negocio. Por eso consideró que no había que ceder ante Zuckerberg, como recoge el libro recién publicado por Nick Bilton. Hatching Twitter: A true story of money, power, friendship and betrayal (La eclosión de Twitter: una historia real de dinero, poder, amistad y traición) suena a guion para llevar la historia al cine. Bilton decía estos días que, para entender el futuro de Twitter, hay que conocer el pasado de sus fundadores. En Silicon Valley, el 75% de las empresas que emergen fracasan. El factor suerte es clave, y también el momento: ni muy pronto ni muy tarde. La suerte de Dorsey fue enviar su currículo a Williams para trabajar en Odeo. Lo hizo, por cierto, después de que no le contrataran en la española Camper.

La idea de Twitter no era original. Los usuarios de AOL ya intercambiaban mensajes cortos y existían aplicaciones para móviles para mandar avisos sobre la localización de los usuarios. La propia Odeo estaba trabajando en algo similar. Con la idea clara, llegó el nombre. Y como cuenta Bilton, también empezó a emerger una confrontación con Glass.

Williams no solo puso en Twitter el dinero que amasó con Blogger, también fue el encargado de explicar su potencial a inversores como Fred Wilson, de Union Square Ventures, Bijan Sabet, de Spark Capital, o Peter Fenton, de Benchmark. El rol de Ev fue el de poner orden, primero con el despido de Glass y después al forzar a Dorsey a renunciar al cargo de consejero delegado.

Ev tiene 1,7 millones de seguidores en Twitter. Dice que a la gente le gusta saber de otra gente. Y eso hace de Twitter y de Facebook una experiencia adictiva. Su perspectiva y conocimiento del negocio tecnológico le convierten en uno de los puntos de referencia en la industria de lo digital, donde Twitter se ha convertido en herramienta de referencia.

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