El médico del Rey del Pop es libre y quiere ser artista
Ahogado por deudas millonarias, le cayeron del cielo 110.000 euros al mes por cuidar de Michael Jackson Pero su “medicina de locos”, en palabras del juez, acabó en condena por homicidio involuntario Tras dos años de cárcel, Conrad Murray sale dispuesto a recuperar su reputación. Y pretende emular a su paciente y convertirse en cantante
La libertad sabe a una hamburguesa doble para Conrad Murray, ese cardiólogo vilipendiado en el mundo entero como el hombre que el 25 de junio de 2009 mató al cantante más idolatrado de las últimas décadas. Ese fue el primer gusto que se dio el doctor condenado por el homicidio involuntario de Michael Jackson nada más salir esta semana de la prisión tras cumplir dos años de pena de los cuatro a los que fue condenado. Mientras a la puerta de la cárcel central de hombres de California le esperaban la prensa y los fans, estos últimos indignados con la idea de que la muerte del Rey del Pop solo haya restado 24 meses de prisión a la vida del cardiólogo, Murray consiguió salir por la puerta trasera del centro pasando inadvertido, y dirigió sus pasos a una de las hamburgueserías más populares (y baratas) de EE UU, ese In & Out que cualquier estadounidense jura que hace las mejores hamburguesas del país.
Aunque cada envoltorio de In & Out lleva impreso un pasaje de la Biblia, Conrad ha dejado atrás la reflexión o incluso la contrición para pasar a la acción. Como anunció en la única entrevista concedida en los últimos meses, el médico tiene por delante una imagen y una carrera que reconstruir. “Si Dios lo permite, pondré mi vida de nuevo en marcha. Seré un ejemplo de que, pese a la adversidad, e incluso cuando le pasan cosas malas a la gente buena, uno puede salir adelante y tener éxito”, comentó el cardiólogo a una televisión estadounidense cuando todavía estaba encarcelado. Su buen comportamiento y un exceso de reclusos en las prisiones le pusieron en la calle antes de lo previsto. Pero con su libertad ha llegado el momento de demostrar sus palabras, y sus intenciones no se han hecho esperar. Según el portal TMZ, el mismo que informó en primicia de la muerte de Jackson, Murray pretende comenzar una nueva vida como escritor y cantante. Y si los colegios médicos de Texas y California lo permiten, incluso regresar a la medicina, para lo que ha solicitado por via judicial que se le devuelvan las licencias que le fueron retiradas. “Nosotros esperamos que nunca pueda volver a practicar la medicina. Que no vuelva a violar el juramento hipocrático y dañe a algún paciente”, respondieron airadamente los abogados de la familia Jackson.
Está a la caza de una editorial que le publique un libro, escrito en la cárcel, sobre su tiempo junto a Jackson
Según Valerie Wass, abogada de Murray, el doctor también seguirá adelante con su apelación legal. Da igual que hasta el juez describiera los actos de Murray como “una medicina de locos” y que el fiscal asegurara que el médico “jugó cada noche a la ruleta rusa” con la vida de Jackson cuando durante dos meses le suministró una dosis del potente anestésico conocido como propofol, que acabaría finalmente con su vida. Murray sigue defendiendo su inocencia sin demostrar ningún remordimiento. Este mismo miércoles, en sus primeras declaraciones como un hombre libre —y con un aspecto bastante desmejorado—, Murray reiteraba su inocencia. “La verdad es que nunca le he hecho daño”, aseguraba a TMZ. “Michael me ama tanto hoy como me amaba entonces, yo sé que él me ama como yo le amo”, decía a la cámara, mientras aseguraba que el cantante estaría escandalizado si viera cómo sus fans le están atacando. Aunque esta seguridad no siempre es la que ha demostrado, ya que ha llegado a decir que su comportamiento “quizá no fue ejemplar”, pero su intención “fue buena”.
Pero lo más acuciante es el dinero. Cuando Murray aceptó ese tentador sueldo de unos 110.000 euros al mes como médico personal de Jackson durante la que iba a ser su vuelta triunfal, el cardiólogo debía dinero a todo el mundo. Llevaba más de 70.000 euros de retraso en la hipoteca de su mansión en Las Vegas, tenía varios pleitos por moroso de su equipo médico, tampoco pagaba a tiempo la ayuda a sus diferentes familias (con dos divorcios y siete hijos de distintas madres) y hasta le quedaban pendientes deudas de sus años de estudiante. Este grandullón de 1,98 metros de altura llevaba una vida disipada, era un habitual en los hoteles de Las Vegas acompañado por strippers. Para muestra, un botón: mientras Jackson se sumía en su último sueño, Murray tuvo cuatro conversaciones telefónicas, todas ellas con mujeres: dos strippers, una camarera en Houston y su actual compañera y madre de su séptimo hijo, Nicole Alvarez, conocida como “la buenorra” de la desconocida película Days of Wrath.
A sus 60 años, Murray es una sombra de lo que fue, un hombre de pelo canoso sensiblemente más delgado. Pero muchas de sus necesidades económicas continúan presentes pese a declararse en bancarrota en California y estar considerado legalmente como un indigente. Sin oficio ni beneficio, y mientras espera que se aclare el tema de sus licencias médicas, su nueva fortuna le puede llegar una vez más de la mano de Jackson. Según TMZ, Murray está buscando editorial para sus memorias, un libro que escribió en la cárcel y que se centra en el tiempo que pasó junto al cantante. Y su fama, por mala que sea, le puede ayudar a rehacer su vida en campos tan dispares a la medicina como el mundo de la canción. Este hombre nacido en la isla de Granada considera que tiene buena voz, y así lo demostró en una de sus entrevistas. O su camino también puede estar en la televisión basura, donde se ha comentado la posible presencia de Murray en algún reality show. Un cambio de rumbo con el que el médico podrá seguir disfrutando de su libertad a la sombra del nombre de Michael Jackson.
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