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El ministro del Interior y la violinista miran al Elíseo

Él es un político francés ambicioso, mediático e hiperactivo; ella, una prestigiosa violinista Manuel Valls y Anne Gravoin son la pareja que cautiva a Francia a la sombra de Hollande Nacido en Barcelona, su posición sobre la inmigración le sitúa en la parta más a la derecha del gobierno socialista

Manuel Valls y su mujer, Anne Gravoin, a su llegada a una cena al Elíseo, el 3 de septiembre.
Manuel Valls y su mujer, Anne Gravoin, a su llegada a una cena al Elíseo, el 3 de septiembre.antoine antoniol (GETTY)

Con sus últimas declaraciones sobre la inmigración y los gitanos, sosteniendo tesis similares a las de la extrema derecha al negar la posibilidad de integrarse en Francia a los romaníes europeos y defender su expulsión, el ministro del Interior francés, Manuel Valls, ha vuelto a confirmarse como el menos socialista del gobierno socialista y alimenta la inevitable y recurrente comparación con el expresidente conservador Nicolas Sarkozy. Ambicioso, mediático e hiperactivo, el ministro más popular del ejecutivo, al igual que el exmandatario, domina a la perfección las cámaras de televisión y los focos de la prensa. No duda tampoco en poner en escena a su mediática esposa, la violinista de éxito Anne Gravoin, una mujer que se define como una “mano de hierro en un guante de seda”, recelosa de su independencia profesional, pero volcada a la vez en la fulgurante carrera de su esposo.

El espectacular beso protagonizado por la pareja al final de un concierto de la violinista, oficialmente espontáneo pero para muchos demasiado cargado de símbolos para no ser planeado, publicado en una doble página de la revista Paris Match, fue el gran protagonista del verano. Bajo el sugerente titular All you need is love, sirvió de colofón a un verano, redondo para el político nacido en Barcelona, durante el cual ha multiplicado sus apariciones y ganado de paso cuatro puntos de popularidad, para alcanzar un envidiable 73% de aprobación entre los franceses, según la misma revista. El porcentaje se dispara hasta el 80% entre los mayores de 50 años, y al 89% entre los simpatizantes socialistas.

La pareja se casó en julio de 2010, aunque ambos llevaban años viviendo juntos. Gravoin, quien ha mantenido su apellido –“aproveché una ley que acababa de entrar en vigor para guardar mi nombre, no soy la señora Valls, pero Manuel es mi gran amor”, declaraba a la revista Paris Match-, es la segunda esposa de Valls. Este se casó en primeras nupcias con Nathalie Soulié, con la que tuvo cuatro hijos. La violinista es por su parte madre de un pequeño, fruto también de una relación anterior.

El espectacular beso protagonizado de la pareja tras un concierto de la violinista se convirtió en el gran protagonista del verano

Criada en una familia acomodada de músicos, Gravoin ha seguido una carrera dibujada ya desde pequeña. A los ocho años ya estudiaba música clásica, aunque de mayor decidió romper los estereotipos y lanzarse a realizar colaboraciones con cantantes de música popular como los franceses Laurent Voulzy o Charles Aznavour o la estadounidense Liza Minelli. El día de la ceremonia de traspaso de poderes de su esposo, durante la primavera de 2012, no asistió porque tenía otro compromiso importante: dirigía una orquesta de unos 40 músicos clásicos en un concierto del rockero Johnny Hallyday en su gira de despedida.

A pesar de su dedicación con su propia carrera –en 2003 creó el grupo Régie Orquestre-, no descuida en ningún momento la de su marido, del que controla cada detalle de su impecable look. Durante la campaña electoral, la artista se hizo amiga de la periodista Valérie Trierweiler, pareja del ahora presidente François Hollande, por "el bien del futuro de su marido", según ella misma relataba en las cenas mundanas de las que es habitual como cuenta Le Canard Enchaîné.

Gravoin entró sin embargo en la arena pública con mal pie, a raíz de una minipolémica surgida de una frase tan elitista como absurda soltada en una entrevista al diario Le Parisien. Eran los primeros días del gobierno socialista instalado desde junio de 2010. Al preguntar al diario que la entrevistaba por qué se interesaban por ella, respondió ella misma: “Es verdad que una artista tiene más glamur que lo que hace Brigitte Ayrault”. La esposa del primer ministro Jean-Marc Ayrault es profesora de idioma en un colegio de la periferia de Nantes.

La última anécdota protagonizada por Gravoin vuelve ahora a colocarla en la polémica. Según la revista l’Express, Leaticia Hallyday, la esposa de Johnny Hallyday, le habría pedido la intervención del ministro del Interior para evitar el cierre administrativo de un local propiedad del padrastro del cantante. Valls anunció de inmediato que denunciaba a la revista por difamación.

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