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¿Dónde están las expertas en Siria?

La reportera fallecida Marie Colvin, durante una intervención en la iglesia de St. Bride en Londres hace tres años. / ARTHUR EDWARDS (GETTY)
La reportera fallecida Marie Colvin, durante una intervención en la iglesia de St. Bride en Londres hace tres años. / ARTHUR EDWARDS (GETTY)

Desde que estalló la guerra en Siria hace más de dos años, la presencia de reporteras internacionales sobre el terreno ha sido constante. Son legión las periodistas que han atravesado las fronteras sirias de la mano de grupos insurgentes y mediadores para contar desde un frente movedizo y peligrosísimo una guerra en la que han muerto ya más de 100.000 personas.

Reporteras jóvenes y veteranas han escrito y televisado excelentes piezas de periodismo. Han retratado el espanto cotidiano de la guerra y han dado fe de los avances y retrocesos de los rebeldes y el Ejército de esta guerra-acordeón. La lista de autoras es muy larga.

Desde Marie Colvin, la reportera del Sunday Times que murió bombardeada en Homs el año pasado, pasando por Zeina Khodr, de Al Yazira en inglés, Rania Abouzeid, colaboradora del New Yorker o Jenan Moussa de Al Aan TV, por citar algunas. La colaboradora de este diario en Beirut Laura J. Varo cruzó desde Líbano y se empotró en las filas insurgentes. Muchas lo hacen en condiciones lamentables. Como el resto de sus compañeros freelance van a buscarse la vida periodística nada más y nada menos que a la guerra. A vender historias en las que se juegan la vida por lo que cuesta una entrada al cine y unas cañas. A veces ni eso. Lo contó con desgarrador acierto Francesca Borri, una freelance italiana en el Columbia Journalism Review.

La reflexión que enciende estos días la Red es sin embargo otra. No se centra tanto en las condiciones laborales como en porqué si hay tantas mujeres que conocen bien el terreno y de primera mano a Gobierno, insurgentes, por qué son casi exclusivamente hombres lo que opinan y sientan cátedra sobre el presente y futuro del conflicto sirio.

En los think tanks y en los sesudos artículos que publica la prensa son a menudo nombres de hombres los que figuran. La mayoría de ellos desconoce la realidad sobre el terreno y tira de información de tercera y cuarta mano. A las mujeres se les niega de facto la capacidad de analizar, de entender y de manejarse en el lenguaje de la geoestrategia y la política global; una actividad que goza de enorme prestigio e importantes retribuciones económicas.

Se preguntaba acerca del por qué de esta desigualdad hace poco Sheera Frenkel, reportera y gran conocedora de los entresijos de la zona que ahora trabaja para Buzzfeed. En un artículo titulado "Las mujeres están cubriendo como nadie la guerra siria. ¿Por qué no lo has notado?", Frenkel argumentaba que las reporteras de guerra suelen ocupar puestos de trabajo más precarios en los diarios o televisiones y que por lo tanto los medios tienden a destacar menos sus artículos y sus firmas. Sostenía también que las periodistas son peores relaciones públicas de sí mismas que sus colegas hombres. Daba datos por ejemplo de que las reporteras se autopresentan a muchísimos menos premios periodísticos que los reporteros. El texto de Frenkel respondía a una tribuna que publicó The Guardian y en la que Jill Filipovic hizo el recuento durante cierto periodo de tiempo de las contribuciones de mujeres en columnas de opinión sobre Siria en el New York Times y el Washington Post. El resultado: 80 a 20. Parte de la veintena de los textos de mujeres estaban además cofirmados por hombres.

A la oleada de reflexiones en la Red, preguntándose por la ausencia de voces femeninas en el análisis de Oriente Próximo se ha sumado esta semana Rachel Shabi, comentarista y autora de un excelente libro sobre los judíos de origen árabe "Judíos israelíes de tierras árabes. No son el enemigo". En un análisis titulado ¿Por qué el debate mediático sobre Siria está dominado por hombres?, Shabi desgrana los sutiles mecanismos que animan a los editores a favorecer la presencia de reporteros frente a las reporteras. Entre ellos que la guerra y la diplomacia son asuntos de los que el acceso a las mujeres ha estado practicamente vedado y que como en otros muchos campos, el juicio al que se somete a las opinadoras es más estricto que el de los candidatos a opinar.

El artículo de Shabi ha dado pie a comentarios en los que se atribuye a las mujeres la responsabilidad de adquirir mayor presencia en las páginas de opinión. Las mujeres no hacen el esfuerzo suficiente por promocionarse, venían a decir. Shabi, buena conocedora de las redacciones de medio mundo respondió con sorna en su muro de Facebook. "Ah. Va ser por eso".

Comentarios

Pues tu te lo pierdes. Los articulos de Angeles Espinosa son de lo mejorcito: sucintos, precisos, complejos... como corresponde a la zona.
http://nelygarcia.wordpress.com Todo ocurre por la misma razón: la mujer todavía no goza del reconocimiento suficiente, entre la sociedad anquilosada, pero creo que la perseverancia será una aliada muy valiosa, para conseguir la igualdad.
Recordemos que en Siria los llamados "rebeldes" han sido y están siendo armados por ARABIA SAUDÍ y QATAR.Ver 04/07/2012 donde el diario EL PAÍS señalaba por primera vez:“La CIA, es cierto, le ha cedido información a países como Qatar o Arabia Saudí, que sí han armado a los rebeldes (sirios)”Resto:http://internacional.elpais.com/internacional/2012/07/24/actualidad/1343152495_803954.html¿Y qué opinión tiene las "autoridades" saudís del periodismo ejercido por la mujeres?10/08/2006 La agencia REUTERS informa sobre LA SITUACIÓN DE LA MUJER PERIODISTA EN ARABIA SAUDÍ (recordemos que hace poco importantes empresas españolas (Talgo, Renfe, Adif, OHL, Copasa, Dimetronic, Inabensa, Cobra, Indra, Imathia, Ineco, Consultrans...) han obtenido un contrato de casi 7.000 millones de euros para construir en Arabia Saudí un servicio de tren de alta velocidad entre Medina y La Meca):Una joven periodista de un medio impreso de Riad, que prefiere mantener su anonimato, explica "El problema es que no tenemos facultades de comunicación en las universidades dirigidas a mujeres, pero tienes que saber cómo escribir y yo no tengo las herramientas", se lamenta."La prensa te obliga a trabajar por las tardes. No puedes hacer entrevistas excepto en la redacción y si vas al vestíbulo de un hotel, el gesto se convierte en un crimen", detalla al recordar cómo una compañera fue penalizada por la Policía moral saudí tras entrevistar a un hombre."Tienes que encontrar maneras seguras de hacerlo. Tengo que ser muy cuidadosa. En Arabia Saudí, todo el mundo está vigilándote", explicaLa Policía religiosa, que cree que las mujeres deberían cubrirse completamente, rostro incluido, puede causar problemas a una mujer que esté tratando de obtener la opinión de la gente en la calle. En las ruedas de prensa, los hombres y las mujeres están sentados en lugares separados.Adlah, fotógrafa y periodista de Riad, dice que normalmente hace entrevistas caminando por centros comerciales, a pesar de que las sospechas siempre las rodean en esos lugares, en los que son mal vistas porque la gente cree que están coqueteando.Sentarse a una mesa para entrevistar a un hombre sí que es un problema. "¿Cafés? Oh, no. Los cafés son lugares cerrados. Eso va contra la cultura y mi familia se disgustaría mucho. La gente piensa que los cafés son sólo para las familias y el relax", explica Adlah. Una entrevista sentados en la relativa privacidad de un centro comercial no es mejor solución. "Nunca. La gente pensaría '¿qué le va a comprar?'".En su opinión, las mujeres periodistas trabajan más que los hombres. "Los hombres son menos cuidadosos. No quieren trabajar en absoluto. Son muy vagos. Llegan al trabajo a las 10 y se van a casa a las dos, mientras que las mujeres empiezan su jornada a las ocho y terminan a las cinco", asegura.Toda la información:http://www.elmundo.es/elmundo/2006/08/08/comunicacion/1155037449.htmlhttp://www.elmundo.es/elmundo/2006/08/19/comunicacion/1156010819.htmlhttp://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/14/economia/1326540527.html
A pesar de vivir sólo el resultado de sus esfuerzos, me refiero a ser consumidores de lo que cuentan sobre el terreno, considero a todos los corresponsales auténticos héroes. Y es verdad que hay que nacer para ser reportera en la línea de fuego, en países donde se tiene muy en cuenta la condición sexual y bajo circunstancias normalmente diseñadas para hombres, como son los enfrentamientos armados. Mi felicitaciones para todas las reporteras sobre el terreno.http://interesproductivo.blogspot.com.es/
¿Por qué no dan datos numéricos?¿Por que toda diferencia entre hombres y mujeres es por el machismo o por el virtuosismo femenino?¿Así cómo no van a creer que la sociedad es machista?Muy pocas cosas son 50%-50%.
Jenjis-Can... Antes de insultar de forma gratuita, por favor lee y no hables de memoria. Ángeles Espinosa empezó sus crónicas para este diario desde el frente Irán-Irak o los refugios antibombas de Beirut donde era corresponsal. Se jugó el tipo en más de una ocasión en los territorios ocupados o aguantó los bombardeos de Bagdad en dos guerras. Eso sin contar sus reportajes desde las trincheras de Afganistán donde se descomponían los cadáveres de talibanes recién abatidos por los americanos. Siria http://blogs.elpais.com/a-vueltas-con-el-golfo/2011/11/bienvenida-a-siria.html ha sido sólo uno más de los destinos que ha cubierto para que los lectores de este periódico entendamos mejor la complejidad de una parte del mundo en constante cambio, de una forma detallada, concisa y esclarecedora: http://blogs.elpais.com/a-vueltas-con-el-golfo/2012/03/ni-blanco-ni-negro.html
En realidad no es que siente ncátedra, es que se atreven a publicarlo (cara más dura, dan más la cara).
En general los hombres temen que las mujeres los superen. Mas bien pretenden ser amados , si es posible idolatrados, pero igualados, JAMÁS. Luego ellos forman un vínculo común con su núcleo social. En los países árabes esto es mas evidente porque en materia de liderazgos femeninos no confían en los otros hombres.
EXPERTAS LAS HAY, OTRA COSA ES QUE LAS TENGAN EN CUENTA. No hace falta presentarse con barba de ocho días para que sean creíbles y de valor las crónicas de los periodistas de guerra. ¿Se tiene que ser hombre para ser riguroso en un informe, sobre cualquier materia, que se requiera escucue los argumentos tales como: ellas no tienen xperiencia alargada en la historia de este oficio en guerras; son infantiles. Lo peor es que tales planteamientos vienen de las "cabezas dirigentes de los principales medios y agencias de información". Por esta regla, absurda, tendríamos que someternos a la espera de que transcurran uno o dos siglos hasta que las mujeres alcancen el "petigrís" para ser llamadas a dar valoraciones geopolíticas de lo que acontece en el mundo (sean de guerras o de otros tipos de cuestiones sobresalientes, del acontecer social y humano en general). Tampoco tendríamos presidentas de Gobiernos de naciones, o de la ONU, del FMI. De la Unión Europea, De la FAO, etc, etc. Por otro lado, en mi propio campo, el de la fe, veo este mismo espíritu machista. ¡¡Como cuesta ver y aceptar a predicadoras en muchos púlpitos protestantes!! Y en la casa de nuestros vecinos, los Católicos Romano y los Musulmanes, la situación es escandalosa. Creo que nos estamos perdiendo, el mundo en general, la bendición del aporte de análisis (muchas veces mucho mejor preparado que los de muchos hombres, según los ejes de la comunicación). Todo porque nosotros “hemos llegado primero” en el ejercicio de muchas de las labores y oficios. Pero en realidad no es que hayamos llegado primero, sino que no hemos dejado que ellas participasen, así es que hemos estado corriendo solos; esa es la realidad. Ahora, en los tiempos de la post-modernidad, no es ya aceptable la persistente actuación de los llaneros solitarios. (disculpen que me haya extendido).
EXPERTAS LAS HAY, OTRA COSA ES QUE LAS TENGAN EN CUENTA. No hace falta presentarse con barba de ocho días para que sean creíbles y de valor las crónicas de los periodistas de guerra. ¿Se tiene que ser hombre para ser riguroso en un informe, sobre cualquier materia, que se requiera escuchar o leer? Creo que los argumentos tales como: ellas no tienen experiencia alargada en la historia de este oficio en guerras; son infantiles. Lo peor es que tales planteamientos vienen de las "cabezas dirigentes de los principales medios y agencias de información". Por esta regla, absurda, tendríamos que someternos a la espera de que transcurran uno o dos siglos hasta que las mujeres alcancen el "petigrís" para ser llamadas a dar valoraciones geopolíticas de lo que acontece en el mundo (sean de guerras o de otros tipos de cuestiones sobresalientes, del acontecer social y humano en general). Tampoco tendríamos presidentas de Gobiernos de naciones, o de la ONU, del FMI. De la Unión Europea, De la FAO, etc, etc. Por otro lado, en mi propio campo, el de la fe, veo este mismo espíritu machista. ¡¡Como cuesta ver y aceptar a predicadoras en muchos púlpitos protestantes!! Y en la casa de nuestros vecinos, los Católicos Romano y los Musulmanes, la situación es escandalosa. Creo que nos estamos perdiendo, el mundo en general, la bendición del aporte de análisis (muchas veces mucho mejor preparado que los de muchos hombres, según los ejes de la comunicación). Todo porque nosotros “hemos llegado primero” en el ejercicio de muchas de las labores y oficios. Pero en realidad no es que hayamos llegado primero, sino que no hemos dejado que ellas participasen, así es que hemos estado corriendo solos; esa es la realidad. Ahora, en los tiempos de la post-modernidad, no es ya aceptable la persistente actuación de los llaneros solitarios. (disculpen que me haya extendido).

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