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El dueño de Tod’s y Armani echan un pulso sobre generosidad

Los diseñadores compiten fuera de las pasarelas por ver quien invierte más dinero en restaurar monumentos históricos italianos. Della Valle, que ha pagado la rehabilitación de Coliseo romano, invita a su colega a seguir sus pasos

El diseñador italiano Giorgio Armani.
El diseñador italiano Giorgio Armani.CORDON

Refinados, comedidos, sensibles al arte y referentes de la moda italiana que gusta y vende. Sin embargo, a veces, demasiado susceptibles. Diego della Valle, dueño de Tod's, y el rey de las pasarelas Giorgio Armani acaban de pelearse en la distancia, enseñando los dientes y su faceta más quisquillosa.

El terreno elegido para el duelo no fue el de la alta costura, familiar para ambos, sino el del mecenazgo artístico. En momentos de dolorosos apretones de cinturón por parte de las administraciones públicas, las personas más acaudalados tienen la obligación de dar un paso adelante para proteger el patrimonio nacional, según sostuvo della Valle en la última de sus frecuentes intervenciones televisadas. Y aún más deberían sentirse responsables si para vender su firma en el mundo hacen hincapié en la tradición artesanal e industrial de Italia y el proverbial ingenio creativo de su pueblo.

El fabricante de bolsos y zapatos de lujo, que presentó la semana pasada su primera colección de prendas, realizaba sus consideraciones con su conciencia limpia ya que acaban de instalarse los andamios necesarios para las reformas del Coliseo financiadas por su grupo con 25 millones de euros. Así que atacó: "Me gustaría que Armani hiciera lo mismo en Milán. Como señal de agradecimiento hacia el lugar desde donde empezó su trayectoria. Me gustaría que arreglara el castillo Sforzesco, símbolo de la ciudad".

En un primer momento, Armani desoyó la petición o la provocación. Pero al final de su desfile, que cerró la semana de la moda milanesa, no pudo contenerse y contestó muy airado: "Cada uno debería pensar en sus propios asuntos. Yo no necesito, al menos aún no, alguien que me diga lo que tengo que hacer. Aquel señor [ni le nombró] ya me atacó otra vez, cuando amablemente me definió como  'un avispado viejito'". Aquella definición no le gustó nada a Armani, que arremetió contra Della Valle: "Ya hago mucha beneficencia. Hace años, desembolsé tres mil millones de liras (más o menos 1 millón y medio de euros) para reformar la bellisima mansión Necchi, que ahora pertenece al Fondo Ambiental Italiano (un ente nacional que protege monumentos y paisajes). Justo allí Della Valle presentó sus colecciones. Estoy convencido de que algunas cosas es mejor hacerlas en silencio, sin anunciarlas. Se me ocurre pensar que toda la historia del Coliseo le va a servir para publicitar sus bolsos", espetó al dueño de Tod's. Y luego,  añadió: "De todos modos, cuando decido desarrollar algún patrocinio, saco dinero de mi bolsillo, mientras él utiliza el dinero de los inversores". Armani hacia referencia a que la suma destinada a la restauración del Anfiteatro romano pertenece a la sociedad que Della Valle fundó y controla, de la cual sin embargo no es el único accionista.

La reacción del modista afincado en Milán fue tan dura que Della Valle decidió replicar por escrito. "Estoy sorprendido y amargado - se lee en una nota que difundió unas horas después - Lo mío era un deseo, en absoluto no una orden, ni una invasión de la privacidad ajena. Considerarle como el posible protagonista de una operación tan importante (la reforma del céntrico castillo de los Esforza) era por mi parte una muestra de estima, no una ofensa", explicaba el dueño de Tod's, quien 'vendió' a bombo y platillo el apoyo a las antiguas arcadas del Coliseo, porque - como siempre dijo - hay que dar el buen ejemplo, "para que a muchos otros se le ocurra hacer lo mismo". Por ejemplo, en primavera, Fendi decidió cuidar de la Fontana de Trevi. "En coyunturas complicadas como la actual, considero justo que quien tiene la posibilidad haga gestos importantes". Y añadió: "Montar polémicas sobre estos asuntos es una idiotez".

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