Fairtrade apuesta por un comercio más justo con los productores del Sur
Por Marco Coscione
Desde su nacimiento, la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores de Comercio Justo (CLAC) nunca ha dejado de criticar profunda y constructivamente la forma en que el sistema FLO se ha desarrollado internamente y se ha alejado de sus compromisos originarios. La representación de los diferentes intereses del circuito justo sellado es uno de los más controvertidos, pero no el único: la transparencia interna y la falta de comunicación entre productores y compradores son otros claros ejemplos.
Por primera vez desde la creación de FLO, los productores de África, Asia y Latinoamérica representaron el 50% de los votos en la última Asamblea General anual de la organización (12 de junio de 2013). Antes los productores tenían sólo 3 de los 22 votos en la asamblea; las iniciativas nacionales de certificación concentraban la mayoría de los votos. Por tanto, la voz más representada en el interior de FLO seguía siendo la del Norte, mientras que los productores del Sur seguían manteniendo un rol minoritario. Esto ya cambió.
Fue a finales de 2011 cuando los productores lograron el compromiso por parte de todos los actores del sistema de incrementar hasta el 50% su representación en la asamblea. Faltaba solo la aprobación de los nuevos estatutos de la Asociación Fairtrade International. Su publicación oficial a principio de junio de 2013 permitió, por tanto, poner en práctica el nuevo esquema de representación ya a partir de la asamblea de junio de este año. «Este es el verdadero empoderamiento», expresó Marike de Peña, actual vicepresidenta en la Junta, directiva de FLO, y presidenta del Consejo de Directores de la CLAC. Además de la copropiedad del sistema FLO y de un enfoque más centrado en el movimiento social y menos en la certificación en sí misma, los nuevos estatutos de FLO presentan varios cambios concretos que Marike de Peña explica: «Los servicios a los productores, actualmente suministrados por los Producers’ Support and Relations Teams (PSR) van a pasar en un lapso de dos años a las redes de productores. Las redes asumirán un rol más activo en todo lo relacionado a los servicios a los productores: aumentar la oferta de productos, identificar y apoyar a nuevas organizaciones con capacidad de suplir el mercado Fairtrade, gestionar los recursos, la comunicación de impacto, el desarrollo de los estándares, entre otros».
Es lo que las organizaciones de pequeños productores reclaman desde hace tiempo: en la práctica se trata de rescribir las reglas del comercio justo desde el Sur, desde las perspectivas y las necesidades de los productores. Se trata, en definitiva, de dar un paso hacia adelante, de implementar una transformación que siga las exigencias de los pequeños productores y, al mismo tiempo, que responda a los cambios geopolíticos globales en una época en la que el Sur está asumiendo cada vez más importancia frente a un claro declive de la “vieja Europa”.
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