_
_
_
_
3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

¿Piensa su ayuntamiento que la solidaridad es un crimen?

Esta entrada ha sido escrita por Nacho Sánchez, de Málaga Acoge.

Foto: MARCOS MORENO.

Las playas volcánicas de Puerto de la Cruz son uno de los grandes atractivos de este pequeño municipio tinerfeño de 35.000 habitantes. El turismo es su principal motor. Y allí llegan cada año miles de personas para pasar sus vacaciones y, también, buscar trabajo. “Lo hacen desde otras islas cercanas, de la península, de Europa o de cualquier otro continente”, cuenta Jonás González, concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Puerto de la Cruz. González destaca que el municipio siempre ha tenido “fama de integrador” y que allí conviven 97 nacionalidades. Por eso se llevó una gran sorpresa cuando presentó la moción relativa a la campaña Salvemos la Hospitalidad, que pide no incluir la solidaridad con los inmigrantes en situación irregular en el Código Penal. “El portavoz del partido popular decía que tal como estaba redactado el artículo (antes de la última modificación) no dejaba ninguna duda y que sólo castigaba actos ilícitos. Alucinante... tiene dudas el Consejo General del Poder Judicial, pero él no”, subraya González.

La presentación de mociones en ayuntamientos fue una de las acciones que proponía la campaña salvemoslahospitalidad.org, puesta en marcha por una veintena de organizaciones sociales de todo el país. Iniciativa que venía a reforzar el trabajo y las reivindicaciones de la plataforma Salvemos la Hospitalidad, que únicamente piden la no inclusión de la solidaridad en la reforma del Código Penal que realiza el Gobierno. Cuatro meses después, ya son el doble de entidades del tercer sector las que promueven la campaña.

Puerto de la Cruz es uno de los diez municipios donde la moción no ha sido aprobada. Ha ocurrido también en lugares como Huelva, Santiago de Compostela, Algeciras o Roquetas de Mar, donde el grupo municipal popular, que gobierna, rechazaba la moción debido a que el texto todavía se está debatiendo. “Cuando salga redactado, ya veremos lo que tenemos que hacer”, contaba el concejal de Servicios a los Ciudadanos, José Galdeano. Al menos en estos consistorios la moción se debatió: en otros, como Granada y Gijón, ni se pudo discutir. Igual ocurrió en la Diputación de Málaga, donde se argumentó que el de la hospitalidad no era un tema de su competencia, eliminando así la posibilidad de que un elemento tan importante como la solidaridad se debata en los ámbitos políticos más cercanos a la ciudadanía, como pueda ser una diputación provincial.

Durante estos cuatro meses de campaña se han conseguido dar dos pasos importantes. El primero, una corrección en el borrador de la reforma. Un cambio importante pero que no convenció al incluir la palabra “ocasional” para determinar cuándo los actos solidarios serán o no punibles en el Código Penal. Y el segundo, lo que se desprendía de una respuesta parlamentaria hace unos días, donde el Gobierno decía que “de ningún modo, la prestación de ayuda solidaria a extranjeros en situación irregular debe ser castigada como un delito” y que se excluye cualquier sanción “en el caso de actuaciones altruistas”. Un nuevo paso adelante, muy cercano ya al objetivo final de la campaña salvemoslahospitalidad.org, pero que no celebraremos hasta que esas intenciones se plasmen en el texto final del Código Penal, donde nunca debió siquiera pensarse la inclusión de la solidaridad y la hospitalidad.

Y resaltemos también lo más positivo de la iniciativa: haber visibilizado que hay muchas personas, entidades sociales y administraciones locales firmemente comprometidos con el concepto de ciudadanía. Municipios de todo tipo (variados tamaños e ideas políticas) que han conseguido que los diez ayuntamientos que han rechazado la moción sean algo anecdótico: hay ya otros 45 que han dado el sí, y en la mayoría de ocasiones lo han hecho por unanimidad. Ciudades del tamaño y peso de Valencia, Málaga, Sevilla, Getafe, Burgos, Palma de Mallorca, Córdoba o Alicante rechazan ya la inclusión de la hospitalidad en el Código Penal. También lo han hecho comunidades como Navarra y Aragón a través de sus parlamentos autonómicos. Y, por delante, tenemos otras 47 mociones ya presentadas en ayuntamientos de todo el país que se debatirán en los próximos meses. Y nuevos municipios que se van sumando a la campaña día a día. España es solidaria. Y lo está demostrando.

[La iniciativa de change.org está en este enlace, por si lo necesitáis.]

Comentarios

Es que ocurre un fenómeno curioso con esto de los derechos humanos.Y resulta que grupos de gente, reclutan a criaturas pobres y desesperadas, con promesas de trabajos, ganancias y buena vida.Para luego dejarles al pairo y sujetos por una deuda, en un apáñatelas como puedas y tráeme las ganancias.Haciendo negocio con la desesperación de quienes no tienen nada ni nada que perder.A costa de ciudadanos y ciudadanas que aun reclaman derechos y justicias.Por eso hay que aclarar y tener muy claro la diferencia que hay entre solidaridad con las necesidades humanas, y el dejarse timar.Poe el descaro de las mafias que se lucran al amparo de la miseria de los sin nada.Y poner normas y reglas.Y leyes internacionales que regulen las ayudas en el origen, y el trasiego de personas con contrato.No como mercancía, ni como esclavos.Eso, o no saldremos de la ciénaga.
Es que ocurre un fenómeno curioso con esto de los derechos humanos.Y resulta que grupos de gente, reclutan a criaturas pobres y desesperadas, con promesas de trabajos, ganancias y buena vida.Para luego dejarles al pairo y sujetos por una deuda, en un apáñatelas como puedas y tráeme las ganancias.Haciendo negocio con la desesperación de quienes no tienen nada ni nada que perder.A costa de ciudadanos y ciudadanas que aun reclaman derechos y justicias.Por eso hay que aclarar y tener muy claro la diferencia que hay entre solidaridad con las necesidades humanas, y el dejarse timar.Poe el descaro de las mafias que se lucran al amparo de la miseria de los sin nada.Y poner normas y reglas.Y leyes internacionales que regulen las ayudas en el origen, y el trasiego de personas con contrato.No como mercancía, ni como esclavos.Eso, o no saldremos de la ciénaga.
Es que ocurre un fenómeno curioso con esto de los derechos humanos.Y resulta que grupos de gente, reclutan a criaturas pobres y desesperadas, con promesas de trabajos, ganancias y buena vida.Para luego dejarles al pairo y sujetos por una deuda, en un apáñatelas como puedas y tráeme las ganancias.Haciendo negocio con la desesperación de quienes no tienen nada ni nada que perder.A costa de ciudadanos y ciudadanas que aun reclaman derechos y justicias.Por eso hay que aclarar y tener muy claro la diferencia que hay entre solidaridad con las necesidades humanas, y el dejarse timar.Poe el descaro de las mafias que se lucran al amparo de la miseria de los sin nada.Y poner normas y reglas.Y leyes internacionales que regulen las ayudas en el origen, y el trasiego de personas con contrato.No como mercancía, ni como esclavos.Eso, o no saldremos de la ciénaga.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_