El G8 puede evitar que le roben
Esta entrada ha sido escrita por nuestro colaborador Alex Prats(@AlexPratstweets).
David Cameron, anfitrión de la cumbre del G8 de esta semana. Fuente: www.gov.uk
Hoy y mañana, los líderes del G8 se reúnen en Lough Erne, Irlanda del Norte, con la ambición de acabar con la opacidad financiera que facilita la corrupción, el blanqueo de dinero y el fraude fiscal. Sólo éste último le cuesta a la Unión Europea un billón de euros cada año, una hemorragia siempre grave, pero mortífera en los tiempos que corren.
No se pierdan el video que ha montado la ONG InspirAction con los líderes del G8 bailando el Harlem Shake. No están solos. Les acompaña el gran Chuck Norris.
Sí, resulta extraño ver a la siempre contenida Angela Merkel entregada de tal manera, pero más sorprende conocer algunos de los datos revelados por un nuevo informe de Christian Aid sobre paraísos fiscales e inversión en el extranjero:
- Luxemburgo, que ocupa la posición 70 en el ranking mundial según el PIB (tamaño de su economía), es el cuarto país que más invierte en el extranjero, por delante de Francia, Alemania, Suiza (posición 19 según PIB) y Japón.
- Las Islas Vírgenes Británicas ocupan la posición 194 según PIB, pero cierran el top ten del ranking según volumen de inversión en el extranjero. De hecho, la cantidad de dinero que salió de las Islas Vírgenes Británicas en el año 2011 fue 863 veces superior a su PIB. Para que comparen: en el Reino Unido, ese mismo ratio es de 0,91, y en Estados Unidos, 0,21. ¿Extraño? Pues la verdad, muy extraño.
- Uno de cada diez dólares invertidos en los países en desarrollo procede de paraísos fiscales asociados al Reino Unido, precisamente el país que lidera este año la reunión del G8. Ironías de la vida.
Las razones por las que territorios tan diminutos como las Islas Caimán o las Islas Vírgenes Británicas son capaces de atraer tanto capital de forma tan desproporcionada con el tamaño de su economía son muy parecidas a las que explican algunas de las aficiones favoritas de un tal Bárcenas en Suiza. Todos las conocemos. Los líderes del G8 también las conocen. Es más, parece que hasta el mismísimo Hitler estaba al corriente de todo.
¿Qué esperamos de los líderes del G8 esta semana?
- Deben comprometerse a implementar un registro público con los nombres y apellidos de las personas que tienen en última instancia el control de empresas, fundaciones y otras entidades corporativas. Con ello se logrará que evasores, criminales y políticos corruptos no puedan seguir escondiendo su identidad y dinero detrás de sociedades pantalla (el Reino Unido anunció ayer mismo que apoyará esta medida). Hasta el más idiota es capaz hoy día de blanquear dinero logrado de forma ilegal.
- Deben comprometerse a implementar un sistema de intercambio de información fiscal automático, para que, pongamos por ejemplo, el gobierno de España pueda saber si una persona residente en nuestro país logra beneficios no declarados en, digamos, Uruguay, por los que debería haber tributado en España.
- Deben requerir a las empresas multinacionales que reporten anualmente los beneficios logrados e impuestos pagados en todos los países en los que operan, incluidos paraísos fiscales. En esto, Francia es el país que más está empujando.
- Deben buscar soluciones efectivas para acabar con las lagunas legales que hacen posible que empresas multinacionales como Amazon o Google paguen menos de 5% de impuestos sobre sus beneficios sin violar la ley. Lo que no pagan las empresas, lo acabamos pagando entre todos.
La semana pasada, más de 40.000 personas nos reunimos en el Hyde Park de Londres para reclamar al G8 que acabe de una vez por todas con la opacidad financiera. Esta opacidad facilita que las multinacionales les birlen cada año 160.000 millones de dólares a los países en vías de desarrollo, mucho más de los que reciben como ayuda oficial al desarrollo. Si acabamos con la opacidad financiera, los países pobres podrán disponer de los recursos financieros necesarios para acabar con el hambre (50.000 millones de dólares cada año hasta 2025, según la FAO).
Si estos niños pueden hacerlo en su particular cumbre del G8, no hay razón por la que no puedan lograrlo los mayores. Les estaremos vigilando.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.