La Universidad 'Slow Food'
L'Universitá.
Cuando recibí la invitación de laUniversidad del Estudio de las Ciencias Gastronómicas de Italia(UNISG) supe que mi carrera había tocado techo. A menos que se tratase de un nuevo bromazo de mis amigos (gente sin escrúpulos), me encontraba ante la oportunidad con la que los de mi tribu solo sueña: una semana en el verano del norte de Italia, en una institución dedicada al estudio de los alimentos y en la que me pedían las preferencias del menú por adelantado. Todavía se me quiebra la voz al recordarlo...
Pues bien, sufridos lectores: cuando terminé de leer el correo, el asunto resultó cien veces más interesante. La universidad en cuestión es la sede intelectual delMovimientoSlow Food, del queya hemos hablado en @3500M. Fundado a finales de los 80 por el italiano Carlo Petrini,un personaje fascinante,Slow Foodes un movimiento internacional que vincula el aprecio por los buenos alimentos y los espacios para consumirlos, con el compromiso del ciudadano con un sistema alimentario más justo, sostenible e inteligente: proteger la biodiversidad, educar el gusto y el aprecio por los productos locales y promover redes de productores, cocineros y consumidores son solo algunas de las actividades de sus 1.500 capítulos locales, en los que participan más de 100.000 miembros.
La UNISG es una de las joyas de este entramado. Con el apoyo de instituciones públicas y privadas,esta universidad ha establecido una serie de programas de grado y postgrado que permiten a los estudiantes zambullirse en la lógica deSlow Fooda través de la historia, el arte, el desarrollo sensorial, las técnicas de producción, o el marketing y la gestión de un negocio. La universidad se apoya en un entramado de hotel, bodega, huertas y restaurante que replican en la práctica el espíritu de este movimiento social.
Los estudiantes de mi curso –Justicia alimentaria- tienen otro perfil. Aunque el grupo incluye a hosteleros, cocineros y sommeliers, la mayor parte son comunicadores especializados en el mundo de los alimentos. Con ellos hemos estudiado las profundas distorsiones e inequidades del sistema alimentario global y hemos explorado el papel que cada uno puede jugar a la hora de resolverlas. Les aseguro que el aprendizaje ha sido mutuo.Cada vez estoy más convencido de las oportunidades que ofrece el compromiso personal y social de consumidores, productores y cocineros en esta batalla. Eltrabajoque está haciendoGastón Acurioen Perú es solo un ejemplo de ello.
Si no lo han hecho ya, échenle un vistazo a la web de Slow Food en España o en el país en el que residan. Merece la pena vincularse a ellos. Y, aunque ya sé que no está la crisis para muchos bollos, tal vez alguno de los muchos jóvenes españoles que se interesan por el mundo de la gastronomía y la alimentación se anime a completar sus estudios en la UNISG. Merece la pena.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.