Los problemas de Mourinho
El gran problema de Mourinho es que nadie parece haberle aclarado que en el Real Madrid no se cuentan las semifinales jugadas, ni las finales, solo los títulos conseguidos. No han sido pocos los inquilinos del club blanco que han sido destituidos después de ganar competiciones importantes.
Otro problema del entrenador luso es que no ha acabado de entender que los equipos están muy por encima del ego de sus empleados, por ilustres que sean o se consideren, y que tienen por tanto su propio carácter, su propio estilo. El Real Madrid no fue fiel a sí mismo en las semifinales de Champions contra el Borussia salvo en los últimos 10 minutos del partido decisivo, cuando se liberó de las cadenas de una estrategia calculadora y especulativa y dibujó el miedo en el rostro de los alemanes. Solo ahí, cuando resucita el viejo Madrid, el que enarbola la bandera de la épica, desde el empuje constante e irracional, desde el arrebato de furia y dignidad, es cuando recupera su propia esencia y cuando todos los madridistas caemos en la cuenta de que de buen tiempo a esta parte se ha tratado de suplantar una identidad basada en la superación y esfuerzo colectivo por una basada en el autoritarismo mercenario.— David Pérez Tallón.
