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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

Aminatta Forna, los verdugos y las víctimas

Gost es un pueblo situado entre montañas y campos de flores silvestres. El sol del verano quema, mientras que el invierno trae vientos helados. Más allá de los límites de la ciudad una casa antigua, rodeada de campos en barbecho, que ha permanecido durante años muestra señales de vida. Una de las ventanas, de cristales sucios, está abierta y a través de ella se escuchan voces muy animadas que hablan en inglés. Laura y sus hijos adolescentes se han instalado allí. A poca distancia se encuentra la cabaña de Duro Kolak (que es el narrador de la historia) que vive solo con sus dos perros de caza. Mientras ayuda a Laura con la reparación de la antigua casa, descubren (aunque Duro dice que fue él quién les guió hasta él) un mosaico en una de las paredes. Bajo el intenso calor del verano lo restauran cuidadosamente, cortando las minúsculas piezas que lo componen. Sin embargo, en Gost no todo es tan bucólico como parece, el conflicto que hace tiempo vivió el país está muy presente y sigue supurando a través de las cicatrices.

Esta es la historia que se lee en The Hired Man (Bloomsbury, 2013), la nueva novela de Aminatta Forna, que nos habla de cosas como la nostalgia, la pérdida, la guerra, la convivencia, la culpabilidad, la negación y el amor.

Lo que me ha llamado la atención de este nuevo libro es que Aminatta Forna, que en 2007 fue aclamada como una de las jóvenes escritoras africanas más prometedoras por la revista Vanity Fair, aparentemente, se aparta de Sierra Leona, y de África en general, donde se situaban sus dos primeras novelas: El jardín de las mujeres (2006) y La memoria del amor (2010) y sus memorias, The Devil that Danced on the water (2003).

La historia tiene lugar en Croacia, concretamente en una de sus regiones más pobres, Lika, en el pueblo de Gost, un lugar idílico pero que llama la atención de Laura por la falta de turistas, los campos sin cultivar, la ausencia de panaderías…mientras que sus hijos adolescentes se encuentran perdidos sin móviles. Duro y la restauración del mosaico llevará a la familia a través de los teribles años de la guerra de la antigua Yugoslavia.

Posiblemente nunca se sepa el verdadero alcance de la limpieza étnica de aquella contienda y Forna no intenta dar explicaciones ni toma partido. Sin embargo, como muy bien dice Alfred Hickling en The Guardian, a través de sus palabras transmite perfectamente la atmósfera envenenada de culpabilidad y negación de la que surgen los conflictos civiles.

A mí, personalmente, me impresiona la forma en que describe el ambiente en el que conviven los verdugos, aquellos que cometieron los más horribles actos de violencia, y sus víctimas, el trauma de un pasado demasiado reciente todavía a pesar de los años transcurridos, la llegada de gente con dinero que ignora todo esto o no quiere enterarse… y la verdad, los campos siguen sin cultivar porque están sembrados de minas.

Es aquí donde me da la impresión de que Aminatta, a pesar de haber trasladado su novela a Croacia, no ha abandonado África. Los temas tratados, las historias narradas, los sentimientos transmitidos pueden ser similares a los que se viven en muchas aldeas de Sierra Leona después de 11 años de paz, por ejemplo, o en Liberia o en tantas otras partes del continente.


La lectura del libro me deja en la boca un regusto a La memoria del amor y, sobre todo, a The Devil that danced on the water, a ese encuentro que tuvo que hacer Aminatta con su pasado y con la verdad sobre su padre. Un medico sierraleonés, que estudió en Escocia, donde nació Aminatta. Más tarde la familia regresaría a Sierra Leona y el padre ejerció su profesión hasta que fue nombrado ministro de economía, para al final ser asesinado por sus oponentes políticos, en 1975, cuando Forna tenía 10 años.

En sus memorias, Aminatta hablaba de su regreso a Sierra Leona durante los últimos años del conflicto (1991-2002) y describe su encuentro con el cansancio, el hastío, el miedo, la desilusión… que produce la guerra. En aquellos años surgió el Proyecto Rogbonko, en esa aldea temne fundada por su abuelo, que había sido devastada y hundida económicamente por la contienda y en con el que ella intenta curar las heridas del pasado reciente y de su propia historia.

Con Aminatta Forna coincidí varias veces en Freetown, más concretamente en el Balmaya, un pequeño restaurante y galería de arte en Congo-Cross, propiedad de Joyce, una amiga que protege y promociona a todo tipo de artistas y a la que le gusta albergar encuentros literarios para dar a conocer a poetas y escritores locales.

En aquellos años, cuando conocí a Aminatta, no existían librerías en Freetown, solo algunos puestos de libros escolares en los alrededores de Victoria Market, donde de vez en cuando se podía encontrar algún volumen de segunda mano o alguna que otra copia de alguno de los títulos de la serie de autores africanos, dirigida por Chinua Achebe, de la editorial Heinemann. Por eso, mi acercamiento a la literatura africana durante muchos años ha dependido, principalmente, de los libros que pudiera encontrar en las librerías de los aeropuertos de Bruselas, Londres o Ámsterdam, cuando pasaba por ellos.

El libro de Aminatta, The Devil that danced on the water, fue el primer libro sin usar que pude encontrar en Sierra Leona. Lo compré en Balmaya en 2003, el único lugar donde se podía adquirir. Para mí es un icono de la transformación que estaba viviendo el país tras 11 años de guerra y me ayudó a poner nombre a muchos sentimientos y emociones. Por eso le tengo tanto cariño.

Ahora en The Hired Man, me da la impresión de que Aminatta parece repetir una constante suya: que solo “juntos bajo el mismo techo puede un país aprender a vivir con su pasado”.

El libro llegó a las librerías británicas el pasado 28 de marzo. Todavía no está traducido al castellano, esperemos que se haga pronto porque es una obra que vale la pena leer, pero la versión original, en inglés, ya está llegando a algunas librerías y dentro de pocos días se podrá adquirir, entre ellas Oriental, de Madrid donde también se podrá adquirir a través de su página.

Foto de Aminatta Forna: Bloomsbury Publishing

Comentarios

Chema, hay que ver cuántas luces traes a este blog de temas de los que lo poquísimo que sabemos habla de sus sombras. Mil gracias, después de esta reseña ya se que voy a pedir para mi cumpleaños!
Aclaren tambien que decir Americano a las personas que pertenecen al pais de Estados Unidos de America, es falso y completamente arrogante, ellos son Estado unidenses y no Americanos. Claro si son del Continente Americano, eso si es cierto. pero tambien es cierto que no son los unicos somos algo de 23 o mas paises que conformamos el CONTINENE AMERICANO; por lo tanto somos muchas personas de difernetes paisen que podemos llamarnos AMERICANOS. saludos
Chema, hay que ver cuántas luces traes a este blog de temas de los que lo poquísimo que sabemos habla de sus sombras. Mil gracias, después de esta reseña ya se que voy a pedir para mi cumpleaños!
Aclaren tambien que decir Americano a las personas que pertenecen al pais de Estados Unidos de America, es falso y completamente arrogante, ellos son Estado unidenses y no Americanos. Claro si son del Continente Americano, eso si es cierto. pero tambien es cierto que no son los unicos somos algo de 23 o mas paises que conformamos el CONTINENE AMERICANO; por lo tanto somos muchas personas de difernetes paisen que podemos llamarnos AMERICANOS. saludos

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