Un día en el fútbol
El martes estuve en el Camp Nou. Soy socio del Madrid y estuve junto a otros aficionados madridistas en la parte más alta del estadio. Alguna vez había acompañado a mi equipo a otros desplazamientos, pero nunca a Barcelona y vi cosas increíbles.
Estuvimos antes del partido tomando algo por los aledaños del estadio y no vi una sola bufanda o bandera del Madrid; tampoco era posible comprarlas en los numerosos puestos que recorrimos. En Madrid, en cualquiera de los puestos del Bernabéu puedes comprar bufandas e insignias del Madrid y de cualquier otro equipo, incluido el Barcelona. Creo que la de los madrileños es una mentalidad infinitamente más tolerante y abierta —que conste que yo soy vasco afincado en Madrid—.
Al acceder al estadio nos cachearon como nunca me habían cacheado en mi vida. Subimos a nuestras localidades. Estábamos separados del resto de aficionados por una red y absolutamente rodeados de mossos d’Esquadra.
Los aficionados del Barça que teníamos debajo se pasaron toda la segunda parte tirándonos cosas, especialmente botellas llenas de líquido, con el consentimiento de los mossos y de la seguridad del estadio. En un momento dado, nos lanzaron una bengala que cayó a pocos metros de mí; el aficionado al que casi le causan un destrozo —estuvo rápido esquivándola, gracias a Dios— la cogió y la tiró de vuelta. Lo increíble de todo esto es que en algunos medios catalanes se podía leer al día siguiente: “Vándalos hinchas madridistas agreden lanzando una bengala a aficionados culés”. Es increíble; sabían perfectamente que era mentira, que estaban dando información falsa y lo hicieron a pesar de todo. Luego han rectificado, pero el daño ya estaba hecho.— Luis Arsuaga.