Aquí quien no trinca, vuela
Irene Zoe Alameda se inventó un alias para venderle unos artículos supersesudos y superbién remunerados al 'think-tank' socialista que dirigía su exmarido, Carlos Mulas, quien no se coscaba de la película. Y voy yo, y me lo creo
Ya lo dice mi vidente: soy una ilusa. Sí, qué pasa, voy a una adivina para adelantarme a los acontecimientos, ¿no va la baronesa Thyssen y no osa ni dios llevarle la contraria, salvo Borja y Blanca? Pues eso. Pero resulta que a mi gurú la acaba de fichar el FMI como experta en futuros; su sustituta me lee estas paridas y, según entro, me suelta la muy enterada que a quién pretendo engañar con mis ínfulas de analista sociopolítica. “La cabra tira al monte”, va y dictamina sin echarme siquiera las cartas. “Y el monte, esta semana, se llama Milan, tú misma”, sentencia antes de clavarme cien pavos, con tanta incertidumbre la prospectiva se ha puesto por las nubes. Salí supermosqueada. Vale que la cosa está muy mala y cualquier chorrada sobre el bebé de Piqué y Shakira se vende como tablets. Pero me hastían los rorros de los famosos, y, de momento, a mí no me dice nadie de qué tengo que hablar en este foro, aunque no sea el de Davos.
Yo no seré columnista estrella, pero en lo de ir por libre estoy con Amy Martin, la ídem fantasma de la Fundación Ideas. Lo único que, como dice Rouco, una cosa es la libertad y otra el libertinaje, y a la tal Amy la han pillado con todo el equipo, porque ya me dirás si es verosímil que semejante tejemaneje lo llevara ella sola. Resulta que dice la polifacética Irene Zoe Alameda que fue ella quien se inventó ese alias para venderle unos artículos supersesudos y superbién remunerados al think-tank socialista que dirigía su exmarido, el lumbreras Carlos Mulas, quien, a la sazón, no se coscaba de la película. Y voy yo, y me lo creo. Total, que Caldera ha cesado al pobre cónyuge, y yo que me alegro, porque aunque no sería ni el primero ni el último al que se la meten doblada, el asunto huele que trasciende.
Lo que está cristalino es que aquí el que no trinca, vuela. Mira a Mas, que ha logrado que el Parlament declare al pueblo catalán sujeto político y jurídico de soberanía. Vale que yo me quedé en sujeto, verbo y predicado, pero, francamente, estoy inquieta. Porque si Cataluña se va de España; Escocia, del Reino Unido; y Cameron cumple su órdago de pirarse de la UE, al final no va a quedar en la vieja Europa ni El Tato, que diría Rajoy si se dignara a abrir el pico. Claro que, a veces, calladito está más mono. Alguien se lo tenía que haber dicho a Guindos para que se abstuviera de soltar eso de “hemos tocado fondo”, cinco minutos antes de que la agorera de Lagarde dijera que 2013 será peor que 2012 y siempre se puede caer más bajo. Que digo yo que a ella se lo sopló mi adivina, si no, a qué tanta clarividencia.
En fin, que quienes no tenemos el cuajo de trincar la pasta e irnos, nos evadimos como podemos: aquí estoy yo, enganchadita al Lorazepam, como tantas. Dice Lance Armstrong que es imposible ganar el Tour sin doparse. Y la doble jornada, no te digo. Y menos con las lorzas que he echado para terminarme los polvorones. No tengo cintura. Ni política ni de la otra. No como Shakira, que va a salir de la Teknon con la tableta en su sitio gracias a su cirujana plástica. Mira, al final voy a tener que hablar del niño mimado, porque me da a mí que al lado de Milan Piqué Mebarak, Suri Cruise es Cenicienta.
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