El divorcio de Paulina Rubio y Colate, en punto muerto

Hay quien dice que el plazo para superar una ruptura amorosa equivale al tiempo que duró la relación. Si nos lo creemos, los nueve meses que han pasado desde la separación oficial de Paulina Rubio y Nicolás Vallejo-Nágera no alcanzan ni para empezar a lamerse las heridas, pero la cantante mexicana ya le ha anunciado muy convencida a Vanity Fair que tendrá más hijos, y también que volverá a encontrar el amor. Mientras la recuperación sentimental sigue, con sus cosas, los aspectos legales de este divorcio mediático están parados.

La chica dorada, que en enero se enfrentará a un juicio por un supuesto incumplimiento de contrato, según El Universal, estrena nuevo disco este año y ejerce como jurado en el programa La voz México. Y no quiere pronunciarse sobre el tema. “No”, responde escuetamente su representante legal cuando se le pregunta por correo electrónico qué hay de nuevo nueve meses después de su primera negativa. Colate, que tampoco quiere meterse en berenjenales, sí habla, aunque con prudencia. “Las cosas siguen como estaban el primer día”, explica por teléfono desde Miami.

En una entrevista en ¡Hola! el pasado mes de marzo, Colate hizo pública la ruptura de una de esas parejas del glamour hispanohablante que copaban las portadas. Las portadas siguen saliendo, pero él desmiente la mayor parte de ellas. Las cosas siguen igual y no ha habido avances aparte de un intento de mediación que, por ahora, no ha llegado a buen puerto. Pero no pierde la esperanza. Asegura que no quiere ir a juicio, tampoco por la custodia de su único hijo en común. “Yo lucho por los derechos de mi hijo. Por el derecho de mi hijo a tener padre y mi derecho como padre a tener un hijo, sin vulnerar para nada los derechos de la madre”, explica. Y reconoce que el pequeño ha viajado con su madre pero no ha podido ir con él a España.

Y hasta ahí hemos llegado. Colate no quiere meterse en dar datos de peticiones económicas o reparto de bienes. Eso sí, corrige a quienes decían que hace poco tuvo que sacar sus pertenencias de la vivienda de ambos en Madrid. “Tenemos casa en común en Madrid y la estamos vendiendo. La gente de Pau sacó sus cosas y yo saqué las mías”, matiza.

La relación de estos dos personajes mediáticos se formalizó hace cinco años en una boda en el Caribe mexicano. Ante 700 invitados, muy feliz, Paulina gritó “¡Viva España, viva México!”, pero la historia acabó con algunos medios de su país natal acusando a Colate de ser un “mantenido”. El español rebate con insistencia esos rumores: “Dicen que no trabajo, pero trabajo todos los días. Dejé todo de lado por unos años y estoy intentando poner de nuevo en marcha mis empresas, y también trabajando en proyectos nuevos”. Uno de ellos, su colaboración con Market America, una empresa estadounidense de venta online de la que son imagen otros famosos como Eva Longoria, y que él pretende llevar a España.

Mientras se desenmaraña el tema legal, Colate sigue en Miami y allí piensa quedarse. Ha recuperado el boxeo y se ha aficionado a las motos de agua –cosa que no gusta tampoco a la prensa rosa, asegura, porque les reafirma en su "imagen de vividor”-. La curación de la ruptura, por cierto, la hizo a base de sudar en el centro de yoga de Nacho Cano: “Hice mucho bikram yoga al principio de mi separación. Batí el récord de mi estudio. Era de 63 clases seguidas. Yo hice 120”.