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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

ONG: ¿desaparecer para sobrevivir?

Escrita por Yolanda Román (@stricto_sensu) es experta en derechos humanos e incidencia política. Trabaja desde hace 15 años en el sector de las ONG.

El hachazo presupuestario a la política española de cooperación internacional la ha reducido a su mínima y ridícula expresión: 2.048 millones de euros según el Gobierno, lo que representa un 0,2% del producto interior bruto, muy alejado del simbólico 0,7% al que no hace tanto aún aspirábamos. Esto es un golpe contundente a las ONG que, como denuncian los compañeros de Intermón Oxfam en un vídeo, supone el desmantelamiento de 32 años de ayuda al desarrollo. Es una tragedia política indudable. No sólo por los efectos negativos, inmediatos y en el largo plazo, que la desaparición de ayudas y proyectos tendrá en la vida de millones de personas, sino porque anuncia una concepción del mundo y de las relaciones internacionales basada en la desigualdad y la insolidaridad. Esconde, además, una alarmante e irresponsable falta de reflexión en términos de seguridad global. Lo diré sin sofisticación: habrá más pobres y el mundo será más inseguro. Supongo que saben a qué me refiero.

Pero esta deriva insolidaria puede suponer también una oportunidad de renovación y mejora para el sector de las ONG. Reconozcamos que las organizaciones de cooperación han dependido excesivamente (a veces en exclusiva) de la financiación pública y admitamos que la dependencia económica es incompatible con la independencia política. Ahora, las organizaciones que pretendan sobrevivir a la debacle tendrán que buscar otras fuentes de financiación que aseguren la sostenibilidad de sus proyectos y para eso necesitarán volver a plantearse su misión, revisar y racionalizar sus objetivos y acercarse más a la sociedad. Tendrán que convencer de la importancia de su labor al pequeño donante solidario y no al gobierno de turno. Tendrán que rendir cuentas de otra manera, con menos facturas y con más resultados. Tendrán que ser más transparentes, eficaces e innovadoras. O desaparecerán. Si además, los máximos responsables de la ONG se atreven a evaluar con autocrítica la gestión de los últimos años, este proceso darwinista puede resultar muy positivo para el sector.

El Secretario de Estado de Cooperación Internacional compareció la semana pasada en el Congreso de los Diputados y dijo que las organizaciones no gubernamentales, como el resto de los actores de la cooperación, “tendrán que repensar su labor”. Esta frase no ha sentado bien entre las organizaciones y se ha percibido como un ataque o distanciamiento por parte del Secretario de Estado, hasta ahora cuidadoso en sus referencias a la sociedad civil. Pero se puede no estar de acuerdo con él en el fondo y aún así aceptar que tiene razón. Es hora de reinventarse, de hacerse fuertes, con valentía, con decisión. Desde la independencia tendremos más capacidad para promover otro tipo de política exterior en la que la cooperación al desarrollo y la defensa de los derechos humanos ocupen un lugar destacado. También podremos exigir con más contundencia cambios en las políticas económicas y comerciales, igualmente necesarias, si no más, para promover el desarrollo en los países más pobres. Tendremos menos dinero, pero podemos tener más fuerza y legitimidad. Nuestras estructuras serán más pequeñas, pero nuestro impacto puede ser mayor.

Sé que están en juego muchos puestos de trabajo, pero esa no puede ser la razón para resistirse a un cambio necesario. Debemos aprovechar la coyuntura actual para abordar nuestra propia revolución interna, como expresión de un verdadero movimiento político. Pero movimiento de moverse, no de atrincherarse.

A veces, para contribuir a una evolución positiva y exigir cambios, hay que estar dispuestos a cambiar. Incluso a desaparecer.

Comentarios

Totalmente de acuerdo. Puede ser doloroso admitirlo pero la dependencia que tenía el Tercer Sector de la financiación pública era insana como poco. Sea lo difícil que sea, más que pedir una vuelta al modelo anterior, es momento de repensar el trabajo que hacemos.
Yo también coincido con el planteamiento de esta entrada, aunque veo algunos problemas:- Hubiera sido deseable que fuera un planteamiento asumido hace años y no en el actual contexto de crisis de financiación y de existencia. Muchas ONGD, ahogadas por la supervivencia a corto plazo en este escenario, no se plantean el debate estratégico propuesto en esta entrada.- El riesgo que se corre en la actualidad es que este discurso en realidad se acompañe de una estrategia adaptativa al cambio, pero que no apuesto por transformar realmente el papel de las ONGD.- Me parece que el sector, además de estar ocupado en la urgencia, no está maduro para abordar esta reflexión. Y mucho me temo que el resultado, en el medio plazo, puede ser un sector todavía más preocupado por la búsqueda de recurosos para el sostenimiento de la actividad que por el debate político y la reflexión estratégica sobre los problemas del desarrollo.En resumen, esta crisis que atraviesa el sector puede entenderse como una oportunidad para, de la mano del refuerzo de las relaciones con la base social, elevar el perfil de las ONGD como agentes de incidencia política y generación de la política de cooperación. Sin embargo, analizando mínimamente la realidad parece que la crisis acentuará aún más el perfil de la prestación de servicios, que privilegia la gestión, de la mano del discurso que apuesta por la innovación social (que muchas veces no se diferencia del impulso de la iniciativa privada).En cualquier caso, muy de acuerdo con la autora, ahora o nunca.
Yo creo que por definición, "NO GUBERNAMENTAL" quiere decir no dependiente de gobiernos sean municipales ó lo que sean, por lo tanto no deberían tener ese enunciado y ponerles "peñas" ó cualquier otro.Para mi las ONGS auténticas son, ó deben ser independientes de cualquier mafia ó grupo sospechoso y sujeto a caprichos de cualquier tipo. Y finalmente, estos gobiernos que empobrecen a base de enriquecerse, deberían pasar por un tribunal internacional de derechos humanos y responder de sus fechorías. ¿Que no hay leyes aplicables a "ellos"?, pues esa es la lucha.
Muy de acuerdo con el comentario de Nacho. Particularmente con si el rol de las ONG es la prestación de servicios quedando al final en una suerte de "subcontratistas" del Estado en su labor. A este respecto hay que ver la pérdida de capacidad de movilización social de las ONG y la causa de la cooperación al desarrollo. Una causa que en 1994 provocó una movilización espontánea, particularmente de la gente jovén, en una época que no era de bonanza, y que ahora no moviliza. Hay que hacerse la pregunta ¿por qué? ¿algo han dejado de hacer las ONG desde entonces?.Y además añado que incluso ONG con una sólida financiación privada, en la que lo público puede estar en torno a 20/30 % también se están viendo inmersas en la crisis y corren el riesgo de que su análisis estratégico sea más en cómo mejorar su marketing y captar recursos sin cuestionarse si el modelo de trabajo y de relación con la sociedad civil es el más adecuado.Es un debate que se debe tener, pero ¡cuidado! estoy seguro que las conclusiones a las que el sector llegará no son las del Secretario de Estado, que, en todo caso, me parece que simplemente busca argumentos con que justificarse ante los recortes. No me creo mucho sus palabras.Mi visión es que en el sector, en unas organizaciones más que en otras, determinados problemas que iban más allá de la financiación. Es importante ver cierto desapego.
La financiación privada no va a cubrir el hueco de la financiación pública. Desde luego, realizando incidencia política reclamaríamos más dinero para desarrollo, más dinero para luchar contra el SIDA. Las ayudas publicas que han recibido las ONGs no han impedido a muchas criticar las políticas de los gobiernos y exigir derechos de los ciudadana/os. Creo, ademas, que deberíamos ser cuidadosos a la hora de hablar de la ayuda al desarrollo, porque podemos dar la impresión de que las ONGs ante los recortes están más preocupadas por mantener su estructura que por el impacto de sus proyectos, y dar la idea de que el dinero que hasta ahora se ha destinado a las ONGs ha sido en parte un despilfarro, que en el caso de algunas administraciones públicas ha estado directamente asociado a la corrupción.Se necesita programas para luchar contra el SIDA, violencia contra las mujeres, etc con dotación económica suficiente para implementarlos. Hacer incidencia política es reclamar fondos para estos programas y querer participar socialmente en las solución de los problemas, administrando y ejecutando proyectos que deben ser financiados con el dinero de todas/os, no solamente con el dinero de personas solidarias que puedan permitirse donar parte de sus ingresos. Hagamos incidencia política reclamando que no se recorte donde no se tiene que recortar y pidiendo a los estados que cumpla con sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos. La declaración de Viena deja claro cuales deberían ser las prioridades de estos al afirmar que la protección de los derechos humanos es "la primera responsabilidad" de los gobiernos; no lo es, cumplir con los objetivos del déficit. Hagamos, pues, incidencia política, reclamemos fondos para la ayuda al desarrollo, denunciemos y visibilicemos las consecuencias que los recortes va a tener para muchas personas y la ilegalidad de las políticas que actualmente está llevando a cabo los gobiernos.
Dependencia de la financiación pública no, pero financiación pública sí. Hemos trabajado duro por convertir la cooperación en una política pública, y no podemos renunciar: la política cooperación es mucho más que los fondos que se destinaban a las ONGD para trabajar en el Sur. En Catalunya también el Dtor. de Cooperación nos está diciendo lo que tenemos que hacer las ONGD, cómo debemos reconvertirnos y de dónde sacar fondos. Son las mismas tácticas de despiste y ninguneo.Que tenemos que espavilar y reinventarnos está claro, y que eso debe ser un debate y una misión colectiva, también. Este blog y estos posts nos sirven para eso, pero deberíamos poder ir más allá. Si las estrategias son individuales, efectivamente ganarán las de supervivencia económica y, hasta la fecha, en este sector, bases sociales amplias no han sido garantía de valentía, de innovación o de liderazgo colectivo. Las grandes ONG, muy responsables de la imagen global del sector, han basado su discurso público en mensajes para la captación (eficacia económica para la supervivencia propia) y no para el compromiso ni el cambio político (eficacia social y cultural para la supervivencia colectiva), y no se han mostrado muy comprometidas con el futuro del sector. Esta deriva insolidaria de nuestros gobiernos es, también, un fracaso de nuestras estrategias de educación para el desarrollo. Empecemos por ahí a refundarnos.
¬¿Sueñas con PERDER °PESO?? ¡¡Deja de soñar!! Este VIDEO te muestra COMO LOGRARLO de manera FACIL: http://su.pr/1xuU15
Totalmente de acuerdo con el argumento de esta entrada. Renovarse o morir. Es la selección natural... morirán las que no innovan nada y sobrevivirán aquellas capaces de adaptarse al medio.
Me preocupa un planteamiento que se repite en este sector y que equipara la "dependencia" económica con la "dependencia" política. Aun siendo cierto esto, nos lleva a un marco mental muy frecuente hoy en día del paradigma más neoliberal: "la 'dependencia' de financiación pública determina una alineación con la ideología del gobierno de turno, por lo que, a priori, es mala". Ya la palabra dependencia tiene una gran carga ideológica.Pero claro, no debemos olvidar que la financiación pública procede de los ciudadanos y, por tanto, debería ser tan transparente como un vaso de agua y, en cooperación como en otros sectores, no debería depender de ningún alineamiento ideológico.Es utópico porque se aleja de la realidad, pero es el marco que debemos tener en cuenta antes de criticar esa "excesiva dependencia político-económica de las ONG". Son muchas las que han mantenido su independencia. Y la financiación privada, desde luego, tampoco garantiza esa independencia.En cualquier caso, estoy de acuerdo. Debemos transformarnos en el sector de las ONG de Cooperación y de Acción Social, pero es importante que cambiemos ya nuestra narrativa.
Se veía venir desde hace años. Al calor de los tiempos de "abundancia" aparecieron muchas organizaciones con una bajisima base social y una desproporcionada dependencia pública, por tanto condenadas a presentar a financiación proyectos en los sectores, los paises y con la tematicas que los Organismos Publicos priorizaban en sus bases de convocatoria, claro ahora viene las vacas flacas y la realidad se impone, lo vivido en los últimos años era una "ilusión" insostenible. Así que toca ponerse las pilas.
Totalmente de acuerdo. Puede ser doloroso admitirlo pero la dependencia que tenía el Tercer Sector de la financiación pública era insana como poco. Sea lo difícil que sea, más que pedir una vuelta al modelo anterior, es momento de repensar el trabajo que hacemos.
Yo también coincido con el planteamiento de esta entrada, aunque veo algunos problemas:- Hubiera sido deseable que fuera un planteamiento asumido hace años y no en el actual contexto de crisis de financiación y de existencia. Muchas ONGD, ahogadas por la supervivencia a corto plazo en este escenario, no se plantean el debate estratégico propuesto en esta entrada.- El riesgo que se corre en la actualidad es que este discurso en realidad se acompañe de una estrategia adaptativa al cambio, pero que no apuesto por transformar realmente el papel de las ONGD.- Me parece que el sector, además de estar ocupado en la urgencia, no está maduro para abordar esta reflexión. Y mucho me temo que el resultado, en el medio plazo, puede ser un sector todavía más preocupado por la búsqueda de recurosos para el sostenimiento de la actividad que por el debate político y la reflexión estratégica sobre los problemas del desarrollo.En resumen, esta crisis que atraviesa el sector puede entenderse como una oportunidad para, de la mano del refuerzo de las relaciones con la base social, elevar el perfil de las ONGD como agentes de incidencia política y generación de la política de cooperación. Sin embargo, analizando mínimamente la realidad parece que la crisis acentuará aún más el perfil de la prestación de servicios, que privilegia la gestión, de la mano del discurso que apuesta por la innovación social (que muchas veces no se diferencia del impulso de la iniciativa privada).En cualquier caso, muy de acuerdo con la autora, ahora o nunca.
Yo creo que por definición, "NO GUBERNAMENTAL" quiere decir no dependiente de gobiernos sean municipales ó lo que sean, por lo tanto no deberían tener ese enunciado y ponerles "peñas" ó cualquier otro.Para mi las ONGS auténticas son, ó deben ser independientes de cualquier mafia ó grupo sospechoso y sujeto a caprichos de cualquier tipo. Y finalmente, estos gobiernos que empobrecen a base de enriquecerse, deberían pasar por un tribunal internacional de derechos humanos y responder de sus fechorías. ¿Que no hay leyes aplicables a "ellos"?, pues esa es la lucha.
Muy de acuerdo con el comentario de Nacho. Particularmente con si el rol de las ONG es la prestación de servicios quedando al final en una suerte de "subcontratistas" del Estado en su labor. A este respecto hay que ver la pérdida de capacidad de movilización social de las ONG y la causa de la cooperación al desarrollo. Una causa que en 1994 provocó una movilización espontánea, particularmente de la gente jovén, en una época que no era de bonanza, y que ahora no moviliza. Hay que hacerse la pregunta ¿por qué? ¿algo han dejado de hacer las ONG desde entonces?.Y además añado que incluso ONG con una sólida financiación privada, en la que lo público puede estar en torno a 20/30 % también se están viendo inmersas en la crisis y corren el riesgo de que su análisis estratégico sea más en cómo mejorar su marketing y captar recursos sin cuestionarse si el modelo de trabajo y de relación con la sociedad civil es el más adecuado.Es un debate que se debe tener, pero ¡cuidado! estoy seguro que las conclusiones a las que el sector llegará no son las del Secretario de Estado, que, en todo caso, me parece que simplemente busca argumentos con que justificarse ante los recortes. No me creo mucho sus palabras.Mi visión es que en el sector, en unas organizaciones más que en otras, determinados problemas que iban más allá de la financiación. Es importante ver cierto desapego.
La financiación privada no va a cubrir el hueco de la financiación pública. Desde luego, realizando incidencia política reclamaríamos más dinero para desarrollo, más dinero para luchar contra el SIDA. Las ayudas publicas que han recibido las ONGs no han impedido a muchas criticar las políticas de los gobiernos y exigir derechos de los ciudadana/os. Creo, ademas, que deberíamos ser cuidadosos a la hora de hablar de la ayuda al desarrollo, porque podemos dar la impresión de que las ONGs ante los recortes están más preocupadas por mantener su estructura que por el impacto de sus proyectos, y dar la idea de que el dinero que hasta ahora se ha destinado a las ONGs ha sido en parte un despilfarro, que en el caso de algunas administraciones públicas ha estado directamente asociado a la corrupción.Se necesita programas para luchar contra el SIDA, violencia contra las mujeres, etc con dotación económica suficiente para implementarlos. Hacer incidencia política es reclamar fondos para estos programas y querer participar socialmente en las solución de los problemas, administrando y ejecutando proyectos que deben ser financiados con el dinero de todas/os, no solamente con el dinero de personas solidarias que puedan permitirse donar parte de sus ingresos. Hagamos incidencia política reclamando que no se recorte donde no se tiene que recortar y pidiendo a los estados que cumpla con sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos. La declaración de Viena deja claro cuales deberían ser las prioridades de estos al afirmar que la protección de los derechos humanos es "la primera responsabilidad" de los gobiernos; no lo es, cumplir con los objetivos del déficit. Hagamos, pues, incidencia política, reclamemos fondos para la ayuda al desarrollo, denunciemos y visibilicemos las consecuencias que los recortes va a tener para muchas personas y la ilegalidad de las políticas que actualmente está llevando a cabo los gobiernos.
Dependencia de la financiación pública no, pero financiación pública sí. Hemos trabajado duro por convertir la cooperación en una política pública, y no podemos renunciar: la política cooperación es mucho más que los fondos que se destinaban a las ONGD para trabajar en el Sur. En Catalunya también el Dtor. de Cooperación nos está diciendo lo que tenemos que hacer las ONGD, cómo debemos reconvertirnos y de dónde sacar fondos. Son las mismas tácticas de despiste y ninguneo.Que tenemos que espavilar y reinventarnos está claro, y que eso debe ser un debate y una misión colectiva, también. Este blog y estos posts nos sirven para eso, pero deberíamos poder ir más allá. Si las estrategias son individuales, efectivamente ganarán las de supervivencia económica y, hasta la fecha, en este sector, bases sociales amplias no han sido garantía de valentía, de innovación o de liderazgo colectivo. Las grandes ONG, muy responsables de la imagen global del sector, han basado su discurso público en mensajes para la captación (eficacia económica para la supervivencia propia) y no para el compromiso ni el cambio político (eficacia social y cultural para la supervivencia colectiva), y no se han mostrado muy comprometidas con el futuro del sector. Esta deriva insolidaria de nuestros gobiernos es, también, un fracaso de nuestras estrategias de educación para el desarrollo. Empecemos por ahí a refundarnos.
¬¿Sueñas con PERDER °PESO?? ¡¡Deja de soñar!! Este VIDEO te muestra COMO LOGRARLO de manera FACIL: http://su.pr/1xuU15
Totalmente de acuerdo con el argumento de esta entrada. Renovarse o morir. Es la selección natural... morirán las que no innovan nada y sobrevivirán aquellas capaces de adaptarse al medio.
Me preocupa un planteamiento que se repite en este sector y que equipara la "dependencia" económica con la "dependencia" política. Aun siendo cierto esto, nos lleva a un marco mental muy frecuente hoy en día del paradigma más neoliberal: "la 'dependencia' de financiación pública determina una alineación con la ideología del gobierno de turno, por lo que, a priori, es mala". Ya la palabra dependencia tiene una gran carga ideológica.Pero claro, no debemos olvidar que la financiación pública procede de los ciudadanos y, por tanto, debería ser tan transparente como un vaso de agua y, en cooperación como en otros sectores, no debería depender de ningún alineamiento ideológico.Es utópico porque se aleja de la realidad, pero es el marco que debemos tener en cuenta antes de criticar esa "excesiva dependencia político-económica de las ONG". Son muchas las que han mantenido su independencia. Y la financiación privada, desde luego, tampoco garantiza esa independencia.En cualquier caso, estoy de acuerdo. Debemos transformarnos en el sector de las ONG de Cooperación y de Acción Social, pero es importante que cambiemos ya nuestra narrativa.
Se veía venir desde hace años. Al calor de los tiempos de "abundancia" aparecieron muchas organizaciones con una bajisima base social y una desproporcionada dependencia pública, por tanto condenadas a presentar a financiación proyectos en los sectores, los paises y con la tematicas que los Organismos Publicos priorizaban en sus bases de convocatoria, claro ahora viene las vacas flacas y la realidad se impone, lo vivido en los últimos años era una "ilusión" insostenible. Así que toca ponerse las pilas.
Totalmente de acuerdo. Puede ser doloroso admitirlo pero la dependencia que tenía el Tercer Sector de la financiación pública era insana como poco. Sea lo difícil que sea, más que pedir una vuelta al modelo anterior, es momento de repensar el trabajo que hacemos.
Yo también coincido con el planteamiento de esta entrada, aunque veo algunos problemas:- Hubiera sido deseable que fuera un planteamiento asumido hace años y no en el actual contexto de crisis de financiación y de existencia. Muchas ONGD, ahogadas por la supervivencia a corto plazo en este escenario, no se plantean el debate estratégico propuesto en esta entrada.- El riesgo que se corre en la actualidad es que este discurso en realidad se acompañe de una estrategia adaptativa al cambio, pero que no apuesto por transformar realmente el papel de las ONGD.- Me parece que el sector, además de estar ocupado en la urgencia, no está maduro para abordar esta reflexión. Y mucho me temo que el resultado, en el medio plazo, puede ser un sector todavía más preocupado por la búsqueda de recurosos para el sostenimiento de la actividad que por el debate político y la reflexión estratégica sobre los problemas del desarrollo.En resumen, esta crisis que atraviesa el sector puede entenderse como una oportunidad para, de la mano del refuerzo de las relaciones con la base social, elevar el perfil de las ONGD como agentes de incidencia política y generación de la política de cooperación. Sin embargo, analizando mínimamente la realidad parece que la crisis acentuará aún más el perfil de la prestación de servicios, que privilegia la gestión, de la mano del discurso que apuesta por la innovación social (que muchas veces no se diferencia del impulso de la iniciativa privada).En cualquier caso, muy de acuerdo con la autora, ahora o nunca.
Yo creo que por definición, "NO GUBERNAMENTAL" quiere decir no dependiente de gobiernos sean municipales ó lo que sean, por lo tanto no deberían tener ese enunciado y ponerles "peñas" ó cualquier otro.Para mi las ONGS auténticas son, ó deben ser independientes de cualquier mafia ó grupo sospechoso y sujeto a caprichos de cualquier tipo. Y finalmente, estos gobiernos que empobrecen a base de enriquecerse, deberían pasar por un tribunal internacional de derechos humanos y responder de sus fechorías. ¿Que no hay leyes aplicables a "ellos"?, pues esa es la lucha.
Muy de acuerdo con el comentario de Nacho. Particularmente con si el rol de las ONG es la prestación de servicios quedando al final en una suerte de "subcontratistas" del Estado en su labor. A este respecto hay que ver la pérdida de capacidad de movilización social de las ONG y la causa de la cooperación al desarrollo. Una causa que en 1994 provocó una movilización espontánea, particularmente de la gente jovén, en una época que no era de bonanza, y que ahora no moviliza. Hay que hacerse la pregunta ¿por qué? ¿algo han dejado de hacer las ONG desde entonces?.Y además añado que incluso ONG con una sólida financiación privada, en la que lo público puede estar en torno a 20/30 % también se están viendo inmersas en la crisis y corren el riesgo de que su análisis estratégico sea más en cómo mejorar su marketing y captar recursos sin cuestionarse si el modelo de trabajo y de relación con la sociedad civil es el más adecuado.Es un debate que se debe tener, pero ¡cuidado! estoy seguro que las conclusiones a las que el sector llegará no son las del Secretario de Estado, que, en todo caso, me parece que simplemente busca argumentos con que justificarse ante los recortes. No me creo mucho sus palabras.Mi visión es que en el sector, en unas organizaciones más que en otras, determinados problemas que iban más allá de la financiación. Es importante ver cierto desapego.
La financiación privada no va a cubrir el hueco de la financiación pública. Desde luego, realizando incidencia política reclamaríamos más dinero para desarrollo, más dinero para luchar contra el SIDA. Las ayudas publicas que han recibido las ONGs no han impedido a muchas criticar las políticas de los gobiernos y exigir derechos de los ciudadana/os. Creo, ademas, que deberíamos ser cuidadosos a la hora de hablar de la ayuda al desarrollo, porque podemos dar la impresión de que las ONGs ante los recortes están más preocupadas por mantener su estructura que por el impacto de sus proyectos, y dar la idea de que el dinero que hasta ahora se ha destinado a las ONGs ha sido en parte un despilfarro, que en el caso de algunas administraciones públicas ha estado directamente asociado a la corrupción.Se necesita programas para luchar contra el SIDA, violencia contra las mujeres, etc con dotación económica suficiente para implementarlos. Hacer incidencia política es reclamar fondos para estos programas y querer participar socialmente en las solución de los problemas, administrando y ejecutando proyectos que deben ser financiados con el dinero de todas/os, no solamente con el dinero de personas solidarias que puedan permitirse donar parte de sus ingresos. Hagamos incidencia política reclamando que no se recorte donde no se tiene que recortar y pidiendo a los estados que cumpla con sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos. La declaración de Viena deja claro cuales deberían ser las prioridades de estos al afirmar que la protección de los derechos humanos es "la primera responsabilidad" de los gobiernos; no lo es, cumplir con los objetivos del déficit. Hagamos, pues, incidencia política, reclamemos fondos para la ayuda al desarrollo, denunciemos y visibilicemos las consecuencias que los recortes va a tener para muchas personas y la ilegalidad de las políticas que actualmente está llevando a cabo los gobiernos.
Dependencia de la financiación pública no, pero financiación pública sí. Hemos trabajado duro por convertir la cooperación en una política pública, y no podemos renunciar: la política cooperación es mucho más que los fondos que se destinaban a las ONGD para trabajar en el Sur. En Catalunya también el Dtor. de Cooperación nos está diciendo lo que tenemos que hacer las ONGD, cómo debemos reconvertirnos y de dónde sacar fondos. Son las mismas tácticas de despiste y ninguneo.Que tenemos que espavilar y reinventarnos está claro, y que eso debe ser un debate y una misión colectiva, también. Este blog y estos posts nos sirven para eso, pero deberíamos poder ir más allá. Si las estrategias son individuales, efectivamente ganarán las de supervivencia económica y, hasta la fecha, en este sector, bases sociales amplias no han sido garantía de valentía, de innovación o de liderazgo colectivo. Las grandes ONG, muy responsables de la imagen global del sector, han basado su discurso público en mensajes para la captación (eficacia económica para la supervivencia propia) y no para el compromiso ni el cambio político (eficacia social y cultural para la supervivencia colectiva), y no se han mostrado muy comprometidas con el futuro del sector. Esta deriva insolidaria de nuestros gobiernos es, también, un fracaso de nuestras estrategias de educación para el desarrollo. Empecemos por ahí a refundarnos.
¬¿Sueñas con PERDER °PESO?? ¡¡Deja de soñar!! Este VIDEO te muestra COMO LOGRARLO de manera FACIL: http://su.pr/1xuU15
Totalmente de acuerdo con el argumento de esta entrada. Renovarse o morir. Es la selección natural... morirán las que no innovan nada y sobrevivirán aquellas capaces de adaptarse al medio.
Me preocupa un planteamiento que se repite en este sector y que equipara la "dependencia" económica con la "dependencia" política. Aun siendo cierto esto, nos lleva a un marco mental muy frecuente hoy en día del paradigma más neoliberal: "la 'dependencia' de financiación pública determina una alineación con la ideología del gobierno de turno, por lo que, a priori, es mala". Ya la palabra dependencia tiene una gran carga ideológica.Pero claro, no debemos olvidar que la financiación pública procede de los ciudadanos y, por tanto, debería ser tan transparente como un vaso de agua y, en cooperación como en otros sectores, no debería depender de ningún alineamiento ideológico.Es utópico porque se aleja de la realidad, pero es el marco que debemos tener en cuenta antes de criticar esa "excesiva dependencia político-económica de las ONG". Son muchas las que han mantenido su independencia. Y la financiación privada, desde luego, tampoco garantiza esa independencia.En cualquier caso, estoy de acuerdo. Debemos transformarnos en el sector de las ONG de Cooperación y de Acción Social, pero es importante que cambiemos ya nuestra narrativa.
Se veía venir desde hace años. Al calor de los tiempos de "abundancia" aparecieron muchas organizaciones con una bajisima base social y una desproporcionada dependencia pública, por tanto condenadas a presentar a financiación proyectos en los sectores, los paises y con la tematicas que los Organismos Publicos priorizaban en sus bases de convocatoria, claro ahora viene las vacas flacas y la realidad se impone, lo vivido en los últimos años era una "ilusión" insostenible. Así que toca ponerse las pilas.

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