Naturalezas urbanas: cuatro oasis para escapar del asfalto

No va a ser solo visitar museos o ir de tiendas. Las capitales europeas cuentan con espacios naturales y jardines históricos donde el ruido del tráfico deja paso al silencio de cuidados parterres y bosques otoñales.

LONDRES

Richmond Park

"Un jardín inglés puede ser interesante para una vaca, pero del todo incapaz de alimentar el corazón de un hombre", escribió un viajero chino, seguramente acostumbrado a la exquisita sobriedad de los jardines orientales. A pesar de esta maliciosa opinión, los parques y jardines que adornan Londres distan mucho de ser vulgares. Uno de los más bonitos y refinados es Saint James Park, junto al palacio de Buckingham, que, con Regent's Park, Hyde Park, Green Park, Battersea Park y Kensington Gardens, dibuja el mapa verde de la capital británica. Menos conocido por los turistas es Richmond Park, a 16 kilómetros del centro y el mayor espacio verde de la ciudad. Este antiguo cazadero del rey Carlos I conserva su aire montaraz, con una población de más de 600 ciervos salvajes.

www.royalparks.gov.uk

BERLÍN

Tiergarten

Desde la columna de 67 metros de la Siegessäule, la misma desde la que el ángel Bruno Ganz contemplaba el Berlín de la posguerra en la película El cielo sobre Berlín, de Win Wenders, un ángel dorado vigila Tiergarten, el gran pulmón verde de la capital alemana. El parque ocupa una superficie de más de 200 hectáreas en el centro de la ciudad y en sus alrededores se encuentran algunos de los edificios más emblemáticos de Berlín, como el Reichtag, la Potsdamer Plaz o la Puerta de Brandeburgo.

www.visitberlin.de/es

ESTOCOLMO

Djurgarden

Estocolmo es la única ciudad del mundo que cuenta con un parque nacional urbano: el Ekoparquen, una zona verde de 27 kilómetros cuadrados reservada para el ocio y las actividades al aire libre. Una porción del mismo corresponde a la isla de Djurgarden, que, además de robles centenarios, alberga varios museos, como el Vasa, donde se conserva un imponente buque de guerra del siglo XVII rescatado del fondo del mar; Skansen, un museo al aire libre con antiguas casas de madera procedentes de todo el país, o el museo Nórdico.

www.stockholmtown.com .

PRAGA

Parque Petrin

Al oeste del barrio praguense de Malá Strana se extienden las frondosas laderas del parque Petrin, uno de los espacios de recreo preferidos por los habitantes de Praga. De la plaza de Kinsky, en la parte baja de la ciudad, sale una ruta de tres kilómetros que permite acceder a la cima de esta colina boscosa de 300 metros, donde existe un mirador desde el que se obtienen algunas de las mejores panorámicas de la capital bohemia. El recorrido, por un empinado sendero, serpentea entre palacetes, pabellones de caza y algún antiguo monasterio, como el de Strahov. Los que no se sientan con ánimo para la caminata hasta lo alto de Petrin pueden tomar el funicular que sube desde la calle de Karmelitska.

www.disfrutapraga.com