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La hija del dictador uzbeko quiere ser Lady Gaga

Multimillonaria, guapa y con dotes de mando, Gulnara Karimova aspira a triunfar como cantante

Gulnara Karimova, en mayo de 2012.
Gulnara Karimova, en mayo de 2012.CORDON PRESS

Para Gulnara Karimova no hay barreras. La hija mimada del dictador uzbeco, Islam Karimov, se ha empeñado en triunfar en Occidente y poco le importa que sea con sus diseños o con sus canciones, a cara descubierta o bajo seudónimo. La princesa de Uzbekistán, a la que se atribuye una fortuna superior a los 500 millones de euros, se presenta ahora como Googoosha (el apelativo cariñoso que le dio su padre) y, a golpe de talonario, aspira a convertirse en la nueva reina del pop. Dispuesta a hacer sombra a Lady Gaga, Shakira, Beyoncé, Madonna o Lana del Rey, la cantante ha presentado este mes un álbum en Nueva York y para promocionarlo se ha hecho su propia portada en el último número de la revista Billboard.

Hasta ahora, Karimova, de 39 años, había tratado de conquistar el mercado internacional con sus diseños de joyas para la prestigiosa firma de joyería suiza Chopard y con su firma de alta costura Guli. Pero en el último año, las organizaciones de derechos humanos que la persiguen desde hace tiempo, por la barbarie del régimen que representa, han logrado cerrarle el paso. Cuando sus modelos estaban listos para desfilar por la pasarela de la Semana de la Moda de Nueva York, en septiembre de 2011, las protestas en las calles de Manhattan forzaron a la organización a exigirle que se retirase. Chopard también decidió prescindir de sus diseños.

Doctorada en Políticas y con un máster por la Universidad de Harvard, Gulnara Karimova, también era hasta el 5 de octubre del año pasado, embajadora de su país en España, aunque no residía en Madrid, sino en Suiza, donde es embajadora ante las Naciones Unidas en Ginebra. La princesa uzbeca sabe muy bien lo que sucede en su país, donde su padre gobierna con puño de hierro esta exrepública soviética bajo la excusa de mantener a raya a los radicales islámicos. Ese fue el argumento que utilizó en 2005 cuando mandó disparar contra miles de mujeres y niños que protestaban por la represión en la ciudad de Andijan, y causó centenares de muertos. Islam Karimov —que en la época soviética era el jefe del Partido Comunista en Uzbekistán— se convirtió en presidente del país cuando este accedió a la independencia en 1991.

Amiga de Julio Iglesias —cantó con él a dúo en 2008 Bésame mucho—, Elton John, Rod Stewart y Sting, entre otros, que no han podido resistirse a los millonarios encantos de la diva, Googoosha tuvo siempre pasión por los escenarios. Tras la serie de videoclips difundidos con éxito por Asia Central, la cantante ha recurrido a las redes sociales para conquistar el mercado occidental. Tiene contratada una amplia campaña a través de Twitter.

Gulnara Karimova tiene claro que el dinero abre muchas puertas y muchas amistades, como la del expresidente azulgrana Joan Laporta. En mayo pasado asistió a las Noches de Mónaco, una gala que beneficia por igual a las fundaciones del príncipe Alberto II de Mónaco y de William Clinton. Su principal fuente de financiación es el conglomerado Zeromaz, que explota la minería, el transporte, el algodón y sobre todo al pueblo uzbeco, que soporta uno de los regímenes más corruptos del mundo.

Profesora en la Universidad de Tashkent, divorciada y con dos hijos, Gulnara tal vez optó por transformarse en Googoosha después de que Wikileaks hiciera un público un cable del embajador norteamericano en la capital uzbeca en el que aseguraba que la hija del dictador es “la mujer más odiada de su país”. Quizá cantando y con las muchas acciones que tiene de Coca-Cola logré hacerse un hueco en EEUU, ya que el estallido de la primavera árabe hace cada día más improbable su posibilidad de reinar en Uzbekistán.

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