El séptimo de Rafa Nadal
El tenista manacorense derrota a su gran rival, Novak Djokovic, en Roland Garros
Rafael Nadal, probablemente el mayor deportista español de todos los tiempos, tenía desde hacía algún tiempo una especie de esquina que doblar para alcanzar cotas aún más altas de su carrera.
Y cada vez que se acercaba a ella, la esquina retrocedía manteniendo una cierta distancia. Esa esquina se llamaba Novak Djokovic, aún hoy el número uno del tenis mundial.
Es cierto que el gran deportista español ya había hecho algunos intentos, aparentemente exitosos, de doblar esa esquina, como fueron las dos últimas veces que se enfrentó al serbio, derrotándole, en tanto que en las siete ocasiones anteriores, todas en 2011, este había sido su verdugo.
Los aficionados al deporte de la red y la raqueta podían sostener que bastaba con esas dos pruebas, ambas este año, pero para que se restableciera el orden natural de las cosas hacía falta algo más: que Nadal derrotara a Djokovic en un Grand Slam y ninguno mejor que la arcilla de Roland Garros en París, el alma mater de Nadal, mal que les pese a algunos franceses y en especial a Yannick Noah, el excampeón, que si la envidia fuera tiña habría sido ayer todo un espectáculo.
El manacorense batía, es probable que para siempre salvo para él mismo, el récord de victorias en Roland Garros, siete, los siete últimos con una única interrupción en que venció ese campeón de campeones que es el suizo Roger Federer. El anterior poseedor, ex aequo con Nadal, de ese récord de seis Roland Garros, el sueco Bjorn Borg, todo un caballero, se había apresurado a decir hace unos días que el mallorquín era el mejor tenista del mundo en tierra batida, lo que casi equivalía a anunciar que a su marca le quedaba ya poca vida.
Nadal, al que la fama, el dinero, el agasajo mundial —salvo cierta televisión francesa— no ha cambiado en absoluto de cuando era un muchachito que se preparaba para el día en que llegara a arrasarlo todo, cosecha ya 11 torneos de Grand Slam (siete Roland Garros, dos Wimbledon, un Australia y un US Open), mientras que Federer tiene nada menos que 16. ¿Quién sabe si algún día Nadal, con 26 años, podrá asaltar ese récord? ¡Ah! y, por cierto, Noah solo tiene uno, el de Roland Garros.
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