Derroche de medios
En el día 31 de mayo, a una hora en la que el tráfico de la M-30 era fluido, me encuentro de repente, dos coches Toyota Prius grises, del Ayuntamiento de Madrid, escoltados por nada más y nada menos que 14 motoristas de la Policía Municipal. Este convoy ocupaba tres carriles de la calzada central, aunque en ese tramo la calzada central son cuatro carriles, el convoy la ocupaba entera. Tuvieron que incorporarse a la calzada lateral y volver a rehacer la formación, es decir, 14 motos y un coche pasaron de ocupar tres carriles a uno en el desvío y luego a tres carriles otra vez más.
Mis reflexiones son las siguientes: La ostentación y el gasto que esto genera. Cualquier persona con algo de conocimiento se da cuenta de que para escoltar a dos coches no son necesarios 14 motoristas.
El peligro no para los ocupantes del convoy, sino para el resto de conductores. Esta situación supone frenazos para dejar paso al convoy. Los motoristas, además, te ordenan dejarle sitio.
Es un ayuntamiento, aunque sea el de la capital del país. No se puede permitir que para cualquier desplazamiento (sea de quien sea) se haga ese abuso de medios públicos. Creo que la seguridad no justifica este despliegue ya que, que sepamos, no existen amenazas sobre empleados públicos —recuerdo que hasta la alcaldesa es una empleada pública— que puedan desembocar en tal derroche de medios.
Y esto es solo lo poquito que se ve, así nunca saldremos de esta crisis.— Gonzalo Corral Pugnaire.
Gonzalo Corral Pugnaire
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