Indignarse de Sol a Sol
Hace un año observaba (emocionada) desde Chile cómo en mi país el Sol brillaba con más fuerza que nunca. Hartos de gritar cada día en susurros, miles de ciudadanos se reunieron en las plazas de sus ciudades para sumar sus voces y expresar su indignación de manera colectiva. Acabamos de celebrar el primer aniversario de ese movimiento y espero de verdad que este día no quede en el calendario como un recuerdo bonito y cómodo que contemplamos con autocomplacencia desde los sillones de nuestras casa, sino que sirva como estímulo para hacernos salir a la calle cada día, conscientes de todo lo que todavía queda por hacer.
Porque en estos tiempos en que las tijeras del poder están más afiladas que nunca, en los que nos cambian sanidad y educación por pan y circo, debemos ser conscientes de que el que calla otorga y de que no hay más mudo que el que decide callar. Por eso, no sólo los 15 de mayo, sino cada día, cada mes, en cualquier lugar debemos despertarnos por la mañana y pensar: ¿indignación… o resignación?— María Rotaeche Toribio.
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