Una periodista, nueva inquilina del Elíseo

Los tiempos cambian en el Elíseo. El presidente saliente Nicolas Sarkozy rompió los moldes de la familia tradicional con su sonado divorcio de Cécilia Ciganer, ahora Attias, nada más pisar el palacio presidencial. Apenas unos meses más tarde sorprendía contrayendo matrimonio con la exmodelo y cantante Carla Bruni, representando una imagen de familia moderna a la vez que glamourosa que copó las portadas de medio mundo. Aunque mucho más discreta y alejada del mundo de la farándula, Valérie Trierweiler, tampoco será una primera dama al uso. Divorciada en dos ocasiones y madre de tres hijos, la compañera de François Hollande será la primera periodista en El Elíseo.

“Simplemente orgullosa de acompañar al nuevo presidente de la República y siempre tan feliz de compartir la vida de François”. Con este mensaje en su cuenta de Twitter reaccionaba la periodista el domingo por la noche tras conocerse los resultados. Poco se sabe sobre el papel que asumirá una vez se efectúe el traspaso de poderes el 15 de mayo, pero Treirweiler, de 47 años, atractiva y con carácter, avisaba ya en una entrevista al diario Libération en plena campaña que no iba a renunciar a su independencia: “Seguiré trabajando de una forma u otra (…) no quiero vivir a expensas del Estado”.

El lujo del Elíseo, que como profesional conoce desde hace más de 20 años, no le impresiona. “Quiero que nuestro día a día siga siendo como el de todos los franceses”, dice esta mujer que procede de los barrios populares de Angers, en el oeste de Francia. La quinta de seis hermanos, de padre inválido y madre cajera en la piscina municipal, se diplomó en Ciencias Políticas en la Universidad de Sorbona antes de llegar a la editora Profession Politique. “Me impresionó su fuerza de carácter. ¡No era una enchufada, venía de un medio modesto! Valérie tenía pasión y pronto se impuso como una de las mejores periodistas de mi equipo”, recuerda su jefe de entonces, Gérard Carreyou, al diario France Soir. Su consagración le vino con la incorporación en 1989 a la revista Paris Match, con la que todavía colabora, y en 2005 con el salto a la televisión en el canal privado Direct 8.

Su relación con Hollande se remonta a 2006, cuando esté estaba todavía oficialmente con la que iba a ser candidata socialista en las elecciones de 2007, compañera de cuatro décadas y madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal. La ruptura entre los dos socialistas no se hizo oficial hasta pasados los comicios, en los que Royal resultó derrotada por Sarkozy. Treirweiler por su parte seguía casada con su segundo marido, el también periodista Denis Treirweiler y padre de sus tres hijos. Anteriormente había contraído matrimonio con un amor de juventud.

El romance, que no se hizo público hasta hace año y medio, cuando Hollande proclamó en la portada de la revista Gala su amor a “la mujer de su vida”, la obligaron a poco a poco a sacrificar parte de su carrera. En 2006 tuvo que cambiar el servicio político de Paris Match por el suplemento cultural, y renunciar a un programa televisivo sobre las presidenciales. Ella vivió “de forma dolorosa estas etapas”, confesó al diario Le Monde, “antes de aceptarlas”.

La competición entre Hollande y Royal durante las primarias socialistas de octubre del año pasado, forzaron a Treirweiler a quedarse en un discreto segundo plano para evitar envenenar la campaña política con asuntos personales. Una vez investido Hollande, empezó a asistir a los mítines en primera fila, dar alguna entrevista y aprender a convivir con la idea de encontrarse al otro lado de la barrera. El domingo, en el escenario alzado en la plaza de la Catedral de Tulle, lo primero que hizo Hollande tras dar su primer discurso como vencedor fue pedirle que se subiera al escenario. El beso de la nueva pareja presidencial fue una de las fotografías de la noche.